Sin perder las esperanzas de que en algún momento podamos dar la noticia de que el asesinato del fiscal Marcelo Pecci, cometido en Colombia, hace dos años, haya sido definitivamente aclarado, en lo que concierne a sus mandantes -puesto que ya se sabe la identidad de los delincuentes que tomaron participación del atentado en sus diferentes fases en la ejecución propiamente dicho, los que además ya se encuentran condenados- es que ahora nos hacemos eco de una noticia: hay una nueva línea de investigación transnacional que se centra en una alianza entre capos mafiosos de Paraguay y de Brasil -diríamos nosotros, con el eventual apoyo de un grupo mafioso extranjero- que habrían recaudado dinero en diferentes oportunidades -entre el hampa, por cierto- para materializar el magnicidio en territorio colombiano , dado que en el Paraguay no se daban las condiciones, por la seguridad destinada al fiscal. Hay que anexar a esta información que se habrían identificado a tres capos mafiosos, como los presuntos responsables de dar la orden para el crimen de fiscal. Ampliamos en esta entrega los detalles de la información que hoy por hoy es noticia internacional.
Esta novedad salió a la luz a través de la revista colombiana Semana y ya recorrió el mundo. Una novedad que sigue manteniendo en ristre -allá en el horizonte- la eventual luz de que la verdad podría surgir de un momento a otro, respecto a los mandantes de esa muerte que no solo nos ha sacudido como personas -que hacemos parte de una antimafia popular- sino que además, ha permitido al mundo acusar recibo -tragedia mediante- que la ideología narco mafiosa en América Latina, no solo no conoce de fronteras, sino que además no escatima en crueldades a la hora de sacar de su camino a un personaje que incomoda o que va contra sus intereses, y a la hora de dar un mensaje a la comunidad internacional, de que el crimen no conoce de límites. El mensaje fue dado, pero lo ejecutores fueron capturados y condenados, no así los verdaderos responsables, que siguen gozando de impunidad, escondidos entre las sombras, operando desde sus nidos de criminalidad eterna -de la región o allende el Atlántico- o quizás a la vista de todos, mismo en el Paraguay, instalados en estratégicos sitios de poder. Así de simple.
Pero retomando a la novedad que proviene de la revista colombiana, se consigno que agencias de inteligencia de Colombia, Estados Unidos, Centroamérica y otros países estarían trabajando en forma conjunta sobre una pista que habría arrojado la investigación transnacional. La pista alude, directamente, a una alianza mafiosa entre paraguayos y brasileños los que recaudaron fondos monetarios para poder financiar todo el aparato logístico y la ejecución en sí misma del fiscal paraguayo, pero sin dejar rastros. Pero cometieron errores y dejaron rastros, y los sicarios y sus cómplices fueron identificados y más tarde detenidos.
Según “Semana” la idea era ejecutar a Pecci en el Paraguay, pero hubo un cambio de planes y se tuvo que optar -a último momento- llevar adelante la operación del atentado en la turística Isla Barú, en Colombia, con el concurso de sicarios contratados a una agencia criminal con asiento en Medellín.
Paso a paso la operación
Se informó desde la revista colombiana que se resolvió el asesinato de Pecci en territorio brasileño y que para financiarlo húbose recolectado la friolera de un millón de dólares -con fines de logística-, señalándose además que los sicarios que fueron contratados pusieron proa a la ciudad de Asunción para concretar el trabajo.
Allí en la capital del Paraguay el fiscal fue seguido desde cerca y de esa forma se le conocieron todas sus rutinas. En la publicación colombiana se puntualiza “Ya hay rastro y datos exactos de las reuniones y sus participantes. Cómo se movió el millón y el grupo de sicarios, que durante varios días siguió al fiscal antimafia en los despachos judiciales, su oficina y hasta su casa en Paraguay, donde vivía con su esposa, la periodista Claudia Aguilera”.
Se informa además que uno de los implicados , hoy condenado, Francisco Correa Galeano -hoy también colaborador de la justicia, bajo el principio de oportunidad- habría asegurado y confirmado, no solo esa versión del seguimiento realizado al fiscal, sino además, que al magistrado le habrían enviado (segú la jerga del hampa) “unos pesados a quienes les pagaron el millón de dólares para asesinarlo en el Paraguay”. Pero surgieron imprevistos operativos, se publica en la revista,como por ejemplo la seguridad con la que contaba el fiscal, de ahí que los sicarios habrían optado por otro plan tras estar en conocimiento de que Pecci viajaría -por su luna de miel- a la región de Cartagena, en Colombia. En un principio se planificó que el atentado contra su vida -en la Isla Barú- se haría pasar por un hecho delictivo relacionado con el robo , pero los sicarios no habrían hallado el momento preciso para ese accionar, razón por la cual optaron por instalarse en el hotel donde Pecci y su esposa se alojaban, en la Isla, y ahí se concretó el asesinato, prácticamente en las horas finales a la permanencia de la pareja en ese centro de turismo. La imperiosa necesidad de ultimar a Pecci, hizo que su muerte fuese por demás aparatosa, visibilizándose la saña y la alevosía propia de una ejecución de cuño mafioso.
Y según se informó, para esta operación considerada como “plan B”, se recaudó otra vez dinero, vale decir otro millón de dólares. Solo así, bajo ese contexto se pudo concretar el magnicidio, el día 10 de mayo de 2022.
Tres mafiosos involucrados
En la revista colombiana se consignan las identidades de tres narcos, quienes habrían hecho parte de un triunvirato criminal, formando una alianza, como mandantes del atentado contra Pecci. A saber: el brasileño -nacionalizado paraguayo- Jarvis Chimenes Pavao (hoy condenado por narcotráfico y preso en Brasil) alias “El Barón de la Droga”, quien se encuentra condenado por narcotráfico y recluido en el Brasil; Miguel Insfrán, alias “Tío Rico”, cuya red de narcotráfico fue desarticulada en el megaoperativo A Ultranza Py; y Jaime Franco, condenado a 18 años de cárcel , fruto de las investigaciones llevadas adelante por Pecci
En este contexto de novedades surge una pregunta ¿Por qué meses atrás Francisco Correa Galeano en Colombia hubo vinculado al ex presidente paraguayo Horacio Cartes con el crimen de Pecci? Investigaciones en este sentido, hasta el momento no permitieron hallar pruebas específicas de ese vínculo. Entonces, habrían surgido otras novedades, se afirma desde la revista “Semana” que al parecer, en el sub mundo de los narco mafiosos paraguayos-brasileños se habría recolectado otra suma de dinero -se desconoce el monto- para desviar la atención de las autoridades sobre los capos narcos sudamericanos, materializándose así una suerte de vendetta contra Horacio Cartes, dado que en el período en que fue presidente -2013 al 2018- habría enviado a prisión a varios capos del narcotráfico regional, alguno de ellos inclusive extraditados. La vedetta contra su persona se tradujo en direccionarle a él la autoria ideológica del magnicidio.
Todas esas informaciones habrán de ser chequeadas por los investigadores. Arduo trabajo, indudablemente. Estamos ante un episodio, de una complejidad inimaginable. Y tanto es así, que por más sospechas de ideólogos y de partícipes -ya condenados- del magnicidio Pecci, en sus múltiples fases, las reales razones del crimen del fiscal, seguramente seguirán siendo un enigma, lo que nos demuestra a las claras, que cuando se trata de este tipo de atentados, no podemos ignorar ni ser indiferentes a una realidad que hoy impera en todo el mundo. ¿Cuál? Que la ideología narco mafiosa de nuestros días -sea local o extranjera, y ahí decimos que la ‘Ndrangheta no sería en absluta ajena al crimen de Pecci- opera no solo con un financiamiento descomunal propio, sino que además estaría peligrosamente infiltrada en las instituciones de los países donde se opera criminalmente, de ahí que las investigaciones se enlentecen, o son nulas, o estériles, o literalmente son infiltradas y desviadas, a gusto y forma, y por parte -o por orden- de los abyectos poderes mafiosos -con personajes que gozan de impunidades varias- que hoy incluso estarían insertos dentro de nuestras democracias, que creemos impolutas.
*Foto de Portada: Ministerio Público de Paraguay