Ríos de tinta en diarios y semanarios, horas y horas de programas de televisión y radio, y en redes sociales, fueron dedicados al caso Ferrero; y por si fuera poco, también sobre el mismo caso, toneladas de opiniones de fiscales, ex fiscales, periodistas, sociólogos, parlamentarios, dirigentes políticos, e integrantes del gobierno, y la ciudadanía , se hicieron sentir después del pasado 28 de domingo de setiembre. Pero hay más, porque en medio de esa muy intensa movida, y es lo que más me ha llamado la atención, es el muy alto nivel de amnesia que muchos demostraron tener al momento de mirar para atrás, al analizar el terrible momento por que el que transita el Uruguay. Un momento de extremo accionar criminal y además, de una turbiedad explícita dentro de ese ámbito, porque se fusiona -como es ya norma cuando esos vientos campean- lo narco mafioso con una lucha de poder subterráneo, bien propia de un negocio de muerte, dinero y capitales en manos de los poderosos de siempre, del mundo de la política y del mundo de la corrupción pública y del crimen organizado, literalmente, con sus diferentes rostros.
Fue un muy preciso y bien definido atentado mensaje, bastante burdo entre otras cosas; fue una movida maestra de orígen sumamente extraño, y que seguramente tendrá autores intelectuales más que significativos: ¿Los conoceremos algún día?¿Se llegará a la verdad algún día, y más allá de la que se procura dibujar , con la formalización de tres involucrados en el ataque material, vnculándolos a la familia Albín o a Sebastián Marset?. No por casualidad, ni por ejercicio empecinado de replicar a todo el contexto mediático y político sobre este caso, es que Antimafia Dos Mil invita al lector a manejarse dentro de una sensata línea del discermiento, a la hora de armar todo este verdadero rompecabezas, siempre escrutando todos los hechos, y todo el contexto (el bosque, no quedarse solo con el árbol) pero con ojo muy fino.
¿Qué se sabe del mensaje atentado?¿Por qué fué?
El crimen organizado, que ya se hubo instalado en el Uruguay desde comienzos del 2000, por dar una fecha, el 28 de setiembre pasado irrumpió una vez más en el medio de nuestra sociedad, entrando en el hogar de la Fiscal de Corte Mónica Ferrero, abriéndose paso entre las sombras a balazos y explotando una granada de fragmentacion. Y fue un crimen organizado a la perfección, porque esa madrugada cumplió con su cometido exitósamente: sembrar el terror y dejarle a ella, a todo el Ministerio Público, al sistema político y financiero, y a toda la sociedad uruguaya un mensaje preciso. Un mensaje mafioso, que puede ser de procedencia narco o no. Pero mensaje en fín. Y no muerte.Solo un mensaje.¿El cometido? No hay respuesta. Solo especulaciones.
Pero lo cierto es que los piolines de las marionetas de la criminalidad, sentada entre nosotros desde hace mucho más que dos décadas, esta vez ,se movieron de tal forma, que hoy de lo único que se habla, además del hecho en sí mismo -casi obsesivamente- es de los autores materiales del hecho y del mundo que los rodea; de las previsiones que hay que tomar ; y del asombro y del impacto que generó asumir que los narcos están entre nosotros sembando violencias, sin considerar el contexto en su totalidad.
Desde años atrás
Al menos para nosotros , el contexto en su totalidad, además de incluir a los ideólogos -que son parte medular- incluye, como punto de partida, considerar, sin padecer amnesias tendenciosas, una serie de sucesos que se han venido dando desde años atrás, que podemos interpretar como claras señales que anunciaban este panorama actual, y puntualmente lo ocurrido en la casa de Ferrero.
La mayoría de las voces políticas y del universo mediático -salvo contadas excepciones del mundo periodístico y una muy profunda del sistema político, como es el caso de Identidad Soberana, partido liderado por el reconocido abogado penalista Gustavo Salle- pretenden erróneamente interpretar el episodio Ferrero, como el punto de inflexión relacionado con el brote criminal que impera en el Uruguay, cuando en realidad, el punto de inflexión o el punto de partida mayúsculo de toda esa presencia nefasta de la narco mafia en Uruguay debemos situarla -y siempre así lo he dicho personalmente como ADM- cuando desde mediados de la década del año 2000 y de ahí en adelante, hasta nuestros días, comenzaron a sucederse diversos acontecimientos. A saber algunos: la recurrente salida de cargamentos de cocaína -desde el puerto de Montevideo- con destino a países europeos; la ratificación, de que dentro de ese contexto, Uruguay ya hacía parte de una de las tantas rutas preferidas por el narcotráfico en América Latina; y siempre siguiéndose esa línea en el universo criminal, se comenzaron a registrar (en las últimas dos décadas principalmente) intensas violencias en el ámbito del narcomenudeo por luchas de poder barrial y con el uso de un brazo ejecutor, como el de los sicarios, con un saldo demoledor y alto, de personas asesinadas, o heridas de bala , en muchos casos niños y adolescentes, hasta el día de hoy ; y además, en los barrios donde operaban (y siguen operando con mayor influencia) familias que tienen en sus manos importantes bocas de venta de drogas, se fueron desatando violencias no solo entre los involucrados, sino además contra personas ajenas a esos grupos criminales urbanos; así mismo, en los barrios sub urbanos se fue acentuando la ausencia del Estado, en políticas sociales, y educacionales, y de seguridad que hicieron su efecto inmediato en las cúpulas criminales , propiciando una “narco cultura” paralela, que fue minando groseramente el valeroso trabajo de docentes en liceos y escuelas de Montevideo para sacar a los jóvenes de las manos del narcotráfico local, hecho que más tarde se agravó más aún , cuando po ejemplo, desde un programa de televisión se presentó la entrevista al narco prófugo Sebastián Marset con el rótulo de “ángel o demonio” incurriendo en el desarrollo de la entrevista, en una suerte de apología de delito, dándole además a los jóvenes de hoy, un mensaje más funcional a la narcocultura que a la cultura de la legalidad. Y todo esto no fue poca cosa.
De Rocco Morabito en adelante
Pero lo que en realidad fue más alevoso a la hora de rasgarse las vestiduras opinando, analizando, evaluando, o reflexionando en torno al caso Ferrero, fue ignorar o hacer a un costado, todo el panorma descripto, y algunos otros hechos que fueron verdaderamente un escándalo en la vida nacional : la presencia en territorio uruguayo en la clandestinidad y con otra identidad (por estar prófugo de la justicia italiana) del mafioso de la ‘Ndrangheta, Rocco Morabito desde hace 15 años, lo que fue visibilizado tras su captura en 2017; y su posterior fuga en el 2019, de Cárcel Central de Montevideo a escasas horas de ser extraditado a Italia (una fuga que habría contado con la complicidad de al menos una decena de funcionarios policiales del Ministerio del Interior, en la administración de su vértice frenteamplista Eduardo Bonomi, hoy fallecido); luego, el caso de la entrega express del pasaporte en Dubai (con anuencia explícita e implícita de varias personalidades de gobierno) al narco, hoy prófugo, Sebastián Marset, hecho que desató un tsunami en filas gubernamentales del presidente Luis Lacalle Pou y la estrepitosa caída de ministros del Poder Ejecutivo, investigados hssta hoy por el tema del pasaporte y por la destrucción de evidencias de dialogos comprometedores relacionados con la maniobra ; y por si fuera poco, debemos sumar también otras dos realidades: por un lado , la tenebrosa situación dentro e ciertas cárceles uruguayas desde las cuales los elementos del narcotráfico regentean a su soldados de extramuros, llevando adelante sus actividades criminales con la misma presencia y eficiencia, con la que se comportarían estando libres; y por el otro lado, el caso de amenazas de muerte que se hicieron al hoy ex diputado Sebastián Cal (del Partido Cabildo Abierto) por parte de un empresario, Gonzalo Aguiar, (hoy fallecido, fruto de un incidente que tuvo con su pareja, una mujer que en un acto de legítima defensa lo ultimó de un balazo, hecho ocurrido en la entrada de su casa en en el departamento de Maldonado, en el 2024); Cal, en en el año 2023 debió andar munido de un arma de fuego como defensa, al tiempo de denunciar todo ese contexto al Ministro del Interior de la época y a la Policía, y más tarde a la Fiscalia que dispuso las investigaciones en varios frentes, sin que se llegase aún a una resolución al respecto.
Entonces, señales de la infiltración de la narco mafia en nuestro país, sobraban descaradamente antes del 28 de setiembre , momento en que el crimen organizado entró por la puerta trasera a la intimidad del hogar de nada menos que la Fiscal Ferrero, la que por otra parte ya había recibido amenazas de muerte, de ahi que contaba con una custodia en su hogar, que obviamente fue burlada en todo el sentido de la palabra, por quienes tirotearon la vivienda de la magistrada, sin ocasionar heridos ni fallecidos, porque evidetemente, ese no era el cometido.
No se hizo nada
Pero esas señales no se atendieron debidamente ni desde el sistema político, ni desde filas gubernamentales, ni desde las fuezas policiales. Era un secreto a voces, que los narcos ya estaban campeando a sus anchas entre nosotros y lo que es más, en todos los niveles, pero igualmente no se hzo nada ¿Por qué?
Hoy, seamos honestos, y digámoslo: a su debido momento, no se hizo nada, o no se quiso hacer nada; o se miró a un costado; o no convenía, en ciertos ámbitos, hacer algo. Diríase mejor, que no hubo voluntad política para hacer algo al respecto, cuando ya todas las luminarias estaban encendidas, y haciendo foco en el crimen organizado, de una narco mafia local y regional, y transnacional, que estába más que infiltrada, y sin mucho problema, dentro de un país en el que hoy los homicidios entre narcos siguen siendo habituales, incluso en el mismo momento en que escribimos estas líneas. No obstante, muchos se cortan las venas y se hacen los sorprendidos, como si “el narco” fuese un fenómeno criminal de reciente aparición; cuando en realidad, desde hace ya bastante, las puertas del Uruguay se abrieron de par e par a la narco mafia, con resultados que no se calibraron debidamente, pero ni por asomo, aún cuando desde varios ángulos , hubo advertencias explícitas.
Una de esas advertencias, gústele o no a muchos, fue protagonizada por Antimafia Dos Mil, en mi persona (en mútiples intervenciones en Televisión -Polémica en el Bar, por ejemplo- y radio, y en la persona del director de Antimafia Duemila Giorgio Bongiovanni, cuando estando Rocco Morabito todavía en prisión preventiva en Cárcel Central , dijo al periodista del diario El País en una entrevista por esa época, que en Italia se sabía que probablemente Morabito iba a darse a la fuga. Y esto ocurrió, tal cual como lo advirtió nuestro director al colega del diario matutino. ¿Y por que era inevitable esa fuga? ¿Y cómo la concretó tan rápidamente con el corcurso , obviamente, de las fuerzas de seguridad venales en la administración Bonomi, de la izquierda uruguaya? Ya, por aquellos días de 2019, la situación no era para minimizar al personaje Rocco Morabito. Pero lo minimizaron igual, y hasta se instrumentó que fuera visitado varias veces impúnemente, conducido por policías, por uno de los capos de cártel mexicano “Los Cuinis” que estaba en prisión preventiva, y que fuera luego extraditado a los Estados Unidos.
Salle:”¿Vamos a buscar a los narco lavadores?
Más después, otras similares advertencias sobre la voracidad del narcotráfico en nuestro país, dominándolo todo y a todos en el gobierno y en las altas esferas del poder económico, las hizo -y en no pocas oportunidades- el hoy diputado de Identidad Soberana, Gustavo Salle.
Y fue él en particular quien además, y recientemente, en una conferencia de prensa en el Parlamento, a raíz de una reunión del Comité de Seguridad de la Cámara Baja, tras los hechos de la fiscal Ferrero, subrayó enfáticamente lo siguiente: primero que eran necesarias, y por eso las pedía fundamentándolas con total convicción, la renuncia o destitución, del Ministro del Interior Carlos Negro y del Prosecretario de la Presidencia Jorge Díaz; y segundo, “que el narcotráfico es uno de los pilares del sistema mundo que vivimos actualmente. Es una pirámide de poder y en la cúspide están los banqueros. 460 mil millones de dólares se lavan en el sistema financiero internacional. En tercer lugar, y dadas esas características, de ser un pilar del sistema mundo en el que vivimos, tiene el apoyo de las estructuras más intrincadas estatales a nivel mundial ¿Qué vamos hacer, nos vamos a meter con el sistema financiero?¿Vamos a buscar a los banqueros narco lavadores o le vamos a ir a pegar al de abajo?. Pedimos penas para el de abajo. El de abajo es peligroso;el de abajo se presta para amputarle los dedos a las chicas en vida o para matar y oficiar de sicarios de ciudadanos comunes. El problema del narcotráfico no pasa por una mera declaración , es un problema brutal, que tiene el mundo”
“ ¿Hay voluntad política, como se dice normalmente? No, por el momento no, y reitero, la lucha contra el narcotráfico actualmente es teatral ¿Y saben qué? A mí me surge una duda ¿Qué pasó? ¿De qué no nos enteramos, qué pasó, que se le quiso mandar un mensaje a Mónica Ferrero? De una Fiscalía General que és inconstitucional, por cuando hablan de ataque a la institucionalidad, si no hay institucionalidad. No vivimos en un Estado de Derecho. Mónica Ferrero permaneció en el cargo mucho tiempo. Hay toda una estructura que es vulnerable, que vino con el golpe de Estado técnico” (aludiendo a la creación y vigencia, desde el 2017, de la Fiscalía General).
La lucha a nivel popular
Resumiendo. La otra llave, para encarar todo este grave problema del narcotráfico ( ese “enfant terrible” que hoy se entrometió en la sociedad uruguaya que lo mira estupefacto) es literalemente conocer muy bien al enemigo, definirlo muy bien , porque solo así se lo puede confrontar o neutralizarlo en serio, porque no se trata de un juego de caja. Se trata de un juego mortal, que puede seguir destruyendo la democracia y la libertad, y la economía de un país, llevándose además gente de diferentes niveles, al cajón, a puro plomo. O que puede seguirnos enviando atentados mensaje. Y esa movida de lucha al crimen organizado (nosotros decimos a una narco mafia impune, porque está protegida desde niveles que uno ni se imagina o supone) tiene que ser a convicción y no teatralizada, ni con la retórica, ni con la inoperancia; en contrario debe ser enfrentada con una operatividad que tiene que desarrollarse también a nivel popular, indefectíblemente, porque solo en el seno de lo popular se abre la conciencia ciudadana, para que a la hora de votar a los políticos en tiempos electorales, los votos ss destinen a hombres honestos de partidos políticos honestos, no fraudulentos en su discurso; y se pueda tener así a gobernantes honestos, a funcionarios públicos honestos y a fuerzas de seguridad honestas, para hacer el contrapeso ideal a un poder oculto, que hace parte de una criminalidad organizada transnacional y perversa, e integrante vital del sistema mundo.
Todos los cuentos
Por último: las autoridades y los parlamentarios, si son autoridades y legisladores honestos, deberían tratar de aplicar un mas que urgente accionar de lucha que debe apuntar a llegar a los autores intelectuales, principalmente; y también apuntando hacia otros frentes, como ser los deterioros sociales de nuestra sociedad, los recursos presupuestales para la educación, la soberanía en la lucha contra la narco-mafia, la neutralización y la eliminación de la indiferencia institucional, y obviamente la protección de un estado de Derecho, regresando al viejo sistema judicial penal, que deberá sustituir de raíz a la Fiscalía General.
En fín, mucho por hacer. Pero a conciencia. Menos mirar el árbol, y más el bosque. Ese frondoso bosque llamado narco mafia, antes que sea más tarde aún. Sin demagogia. En serio, porque el problema es serio, sea que lo de Ferrero sea una falsa bandera, una maniobra perversamente movilizada, sea lo que sea, el sello del crimen organizado estuvo presente y está entre nosotros. Por enésima vez nos dió el golpe, que ya fue anunciado. No lo quisimos ver. No quisieron que lo veamos y lo que es peor: no lo quisieron ver desde las filas guberamentales de los últimos 30 años. ¿Es hora de que nos preguntémos: ¿pero por qué pasó todo esto? ¿Qué está pasando bajo nuestros piés y sobre nuestras cabezas, y el horizontes de nuestros ojos?
El desafío está planteado, y no nos extrañemos si nos sobreviene otro susto, el que por cierto nos resultaría muy terrible. Y si ocurre sería porque nos dormimos, porque fuimos cobardes e indiferentes y porque no tuvimos discernimiento al momento de tenerlo, con todo a la vista; y por creernos todos los cuentos.
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