...pero Italia elige el “banco de la guerra”
 
Francesco Piras y Francesco Ciotti-26 de enero de 2021

Una voz que grita en el desierto. Es la del tratado de la ONU para la prohibición de armas nucleares que entró en vigor el 22 de enero, 90 días después de la ratificación de al menos 50 Estados desde su inicio hasta la firma sancionada en Nueva York, el 20 de septiembre del 2017. Pocas sorpresas en la lista de signatarios, que no incluye a todos los países con armas atómicas ni a todas las naciones de la OTAN, incluida Italia.

La carrera por la guerra infinita de la alianza atlántica

De hecho, se puede decir que el programa nuclear de Estados Unidos y sus aliados no podría ser más próspero: después de que en las últimas décadas el poder de las barras y estrellas se desvinculara de todos los tratados para la prohibición de los sistemas antimisiles, de los misiles de mediano alcance y del tratado de cielos abiertos, llevó a la OTAN a las fronteras de Rusia y ahora se coloca en la cima de una verdadera carrera armamentista, en realidad la más grande de los últimos 60 años. El 6 de noviembre, la Lockheed Martin firmó un contrato de 340 millones de dólares para la producción de misiles de mediano alcance, incluidas las ojivas nucleares diseñadas para ser instaladas en Europa; para el año en curso, el Departamento de Defensa de Estados Unidos ha propuesto al Congreso destinar 2.865 millones de dólares (un 14% más que en el 2020), para continuar con el nuevo programa avanzado de armas hipersónicas. Respuesta clara a los nuevos misiles rusos "Khinzal" y "Avangard" presentados por Vladimir Putin en 2018, capaces de cegar totalmente los sistemas antimisiles Aegis instalados en Europa.

Italia elige la guerra, con reservas

Mientras que en Italia, a raíz del tratado de la ONU, se elevan los más sinceros llamamientos del Papa Francisco y del Padre Alex Zanotelli para que nuestro parlamento lo ratifique de inmediato, el Ministerio de Relaciones Exteriores hace pública una declaración en la que subraya que "aún guardando un profundo respeto por las motivaciones de los promotores del Tratado y sus partidarios, creemos, por tanto, que el objetivo de un mundo sin armas nucleares sólo se puede alcanzar de manera realista a través de un camino articulado por etapas que tenga en cuenta no solo las consideraciones humanitarias, sino también las necesidades. de seguridad nacional y estabilidad internacional".

Las armas nucleares son, por tanto, un requisito de seguridad nacional para nuestro país, listo para albergar en el 2021 las nuevas bombas B61-12 que sustituirán a las más obsoletas ojivas nucleares B61, ubicadas en Aviano y Ghedi.

Otro giro más del movimiento 5 Estrellas, que hace solo 3 años, por intermedio del actual ministro de Relaciones Exteriores, Luigi Di Maio, se comprometió solemnemente a promover la adhesión de Italia al Tratado de la ONU, firmando el llamado del Movimiento Antinuclear Ican, una organización del Premio Nobel de la Paz 2017.

¿Qué queda de esas hermosas palabras y promesas? Quizás una retórica mezquina que esconde el creciente compromiso de nuestro país por invertir en la guerra, a pesar del período de profunda crisis económica y social que estamos viviendo.

De hecho, en la ley de presupuesto del 2021 se destinarán 6.000 millones de euros más para crear nuevos sistemas de armas y se señala que "gracias a este tipo de producción (sector aeronáutico, ndr), el sector aeroespacial y de defensa en Italia tiene un alto efecto sobre la economía, con un multiplicador del valor añadido calculado en 2.6 y relevantes efectos sobre el empleo, los ingresos fiscales y repercusiones en otros sectores económicos con la participación de numerosas y calificadas pequeñas y medianas empresas, con diferentes grados de especialización".

La OTAN prohibe las armas nucleares 3

Aumento del precio de las acciones de Leonardo SpA

Parece que solo una guerra podría salvarnos de la inminente crisis en curso, según nuestra clase dirigente: glorifiquemos pues a la inmensa obra salvadora representada por el portaaviones Cavour, que costó 1.300 millones de euros, o el Trieste (1.100 millones de euros), sin olvidarnos de los 90 F35 con un costo total de 14.000 millones de euros y de los cuales 60 (el F35-A) tienen capacidad nuclear. ¡Ya se sabe que para los conflictos bélicos la crisis nunca ha existido!

Un banco de la OTAN

Dado el manifiesto sufrimiento financiero de nuestro país, agravado por la desaceleración económica provocada por la pandemia de Covid-19, resulta a este punto completamente normal preguntarnos dónde se van a encontrar estos recursos monetarios. No hay problema, llega el banco de la OTAN.

Un banco de reciente creación, propiedad de la Organización del Atlántico Norte. Esta es la idea que nace del Center for American Progress, una muy importante organización lobista con sede en Washington, que cuenta con un contacto muy estrecho con el Partido Demócrata estadounidense.

En el estudio titulado "Brecha financiera de la OTAN: por qué la OTAN debería crear su propio banco", fácilmente disponible en el sitio del mismo grupo de expertos y escrito por Max Bergmann y Siena Cicarelli, se recuerda que, "después de la invasión rusa de Ucrania y la toma de Crimea", los países de la OTAN "estuvieron de acuerdo en que la defensa de Europa sería una prioridad absoluta y se comprometieron a gastar al menos el 2% del PIB en defensa para el 2024". Esto, para Italia, supondría alcanzar un gasto que ronda los 36.000 millones de euros al año, el equivalente a unos 100 millones de euros al día. Cifras asombrosas, especialmente si tenemos en cuenta el hecho de que nuestra Constitución, en el artículo 11, especifica que "Italia repudia la guerra como instrumento de atentado a la libertad de otros pueblos y como medio para resolver controversias internacionales".

"Ahora", prosigue el estudio, "dado que la crisis del COVID-19 está provocando daños en los presupuestos de todos los Estados miembros", les resulta muy difícil "dar prioridad a la defensa". Y nuevamente: "Este es un problema serio para la Alianza, y la OTAN necesita pensar de manera más creativa sobre cómo apoyar la inversión continua de los Aliados". "No será suficiente con simplemente pedirle a los aliados que gasten más en defensa". Y aquí está la propuesta impensable del lobby: históricamente, "la OTAN no ha explotado su estatura financiera colectiva y la posición de sus muchos miembros ricos para apoyar a la Alianza. A raíz de la crisis del COVID-19, esto debe cambiar mediante la creación de su propio banco". De hecho, "la OTAN no solo debe estar preparada militarmente para escenarios de conflicto prolongados, sino también financieramente. La alianza no debe colocar la carga de apoyar financieramente un esfuerzo regional masivo en los Estados Unidos; otros miembros de la OTAN también deberían aumentar su gasto militar. Pero en lugar de encontrar un acuerdo financiero en medio de una crisis, la OTAN debería planificar qué hacer ahora. Si los Estados miembros luchan juntos, es fundamental determinar cómo financiar este esfuerzo. Un banco de la OTAN debe ayudar a una rápida colaboración y coordinación entre los ministros de finanzas y los secretarios de tesorería, quienes prepararán mejor a la alianza para cubrir los gastos necesarios en caso de conflicto".

En esencia, este banco de la OTAN:

  • Se parecería a otras instituciones financieras, pero se centraría en las prioridades relativas a la defensa aliada;
  • Financiaría los esfuerzos económicos y de inversión para países en dificultades;
  • Proporcionaría una alternativa a aquellos países o regiones que de otro modo se verían obligados a recurrir a bancos e instituciones de crédito vinculados a competidores de la OTAN, como China y Rusia;
  • Ayudaría a la Alianza a gestionar los desafíos financieros del conflicto.

"El Banco financiaría proyectos prioritarios de la OTAN, como la modernización de la defensa dentro de la Alianza... inversiones estratégicas en infraestructura; inversiones en tecnologías emergentes como el desarrollo de 5G; y fondos de respuesta a las crisis". En particular, el estudio habla de fortalecimiento de puertos, centrales eléctricas, ferrocarriles y carreteras, pero también puentes, ya que muchas de estas infraestructuras "son incapaces de soportar el tránsito de equipos militares pesados ​​como tanques". Dado que China está invirtiendo fuertemente y ganando el control de puntos estratégicos clave de la Alianza, como en el caso del Pireo en Grecia, "la OTAN tiene un claro interés en asegurar que la infraestructura crítica para las operaciones de la Alianza permanezca bajo el control de los Estados miembros". Además, el estudio también habla del desarrollo de una red 5G para uso militar dentro de la OTAN, separada de la de producción china.

La OTAN prohibe las armas nucleares 2

Los lados oscuros del Center for American Progress

Uno se pregunta, por tanto, qué es este Center for American Progress, quién forma parte de él, y sobre todo cuál es el poder y la autoridad que le permite a esta organización asesorar a una alianza militar internacional, como la OTAN, sobre qué hacer o no hacer.

El grupo de expertos fue fundado el 24 de octubre de 2003 por John Podesta. Este último fue Jefe de Gabinete de la Casa Blanca bajo la administración de Bill Clinton de 1998 a 2001, y asesor del presidente Barack Obama de 2014 a 2015. Y también fue Secretario de Gabinete de la Casa Blanca de 1993 a 1995, siempre bajo la administración Clinton, y Subjefe de Gabinete de la Casa Blanca para operaciones de 1997 a 1998. John Podesta es el ex presidente, ahora presidente y asesor del Center for American Progress. En resumen, no es alguien de menor importancia. En 1988, también fue fundador, junto con su hermano Tony, de Podesta Group, una empresa de lobistas y asuntos públicos, efectivamente finalizada en el 2017. No son pocos los rumores sobre la proximidad de la empresa al Partido Demócrata y a la administración Obama. En 2016, Wikileaks comenzó a publicar miles de correos electrónicos que contenían comunicaciones de Podesta sobre energía nuclear, su proximidad a la Fundación Clinton y su posible participación en el presunto escándalo de Uranium One: en el 2013, esta empresa canadiense, especializada en la extracción de uranio, fue vendida a Rosatom, una empresa estatal rusa especializada en el sector de la energía nuclear. El escándalo involucraría a empresarios, tanto canadienses como rusos, a Bill Clinton, a su fundación y a su esposa Hillary. Para completar la información, debe decirse que nunca se ha encontrado evidencia al respecto.

La presidenta y directora ejecutiva del Center for American Progress es Neera Tanden, quien, en el 2003, desempeñó un papel central en la fundación del lobby. Recientemente, fue nombrada directora de la Oficina de Gestión y Presupuesto por la administración Biden. Ha trabajado para varias campañas presidenciales demócratas, incluidas las de Bill Clinton en 1992, Barack Obama en 2008 y Hillary Clinton en 2016.

¿Más fondos para la guerra?

Continuamente se proclama un estado de crisis económica. Se habla de falta de fondos para la salud, se hacen recortes en educación, seguridad social, bienestar. Entonces ¿por qué seguimos invirtiendo miles de millones en armamento? No hay justificación para unirse a la OTAN, que en su historia más o menos reciente ha demostrado ser algo muy distinto a una organización "proveedora de paz". Una clase política de "sirvientes y mercenarios", tanto de derecha como de izquierda, traiciona cada día ese artículo 11 de la Constitución que afirma que "Italia repudia la guerra como instrumento de atentado a la libertad de los demás pueblos y como medio de resolución de disputas internacionales".

Se necesitaría un cambio de dirección hacia un país que exalte la cultura, la filosofía, el arte, la belleza y la paz, en lugar de malgastarlos. Esa sería una Italia capaz de enorgullecer a su pueblo. Una Italia fuerte, capaz de tomar decisiones valientes y contra la corriente; capaz de alzarse como líder en la defensa de los derechos y la igualdad de la humanidad. Desafortunadamente, al menos por ahora, sigue siendo una utopía lejana.

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*Foto de portada: www.antimafiaduemila.com

*Foto 2: © Imagoeconomica / El ministro de Asuntos Exteriores italiano, Luigi Di Maio

*Foto 3: © Imagoeconomica / Fragata con bandera de la OTAN ©