Claudia Korol está sentada en el salón del hotel Bauen de la ciudad de Buenos Aires, de Callao y Corrientes, que ha sido destinado a la presentación de su libro “Las revoluciones de Berta”;  está ubicada  –en aquel atardecer del  miércoles 27 de febrero-  en uno de los extremos del gran círculo ovalado en el que nos encontramos. Ubicada prácticamente en diagonal a donde está Bertha Zúñiga (la hija de Berta Cáceres) y su hermano Salvador. Junto a Claudia está  Mirtha Baravalle, de Madres de Plaza de Mayo, línea fundadora, y de ahí en más, la ronda de extiende con jóvenes: las generaciones que multiplican y multiplicarán las luchas (las resistencias y las revoluciones) de Berta Cáceres.

Claudia Korol es una protagonista del encuentro porque ha escrito y ha conversado (una y mil veces con Berta); y porque ha tenido el talento para dar forma a una publicación que en estos últimos días he leído , con especial atención, lo que me permite decir que su trabajo ha sido y es sobradamente valioso: porque en cada tramo del volumen de 253 páginas Berta está presente, como así también sus seres queridos; como así también  compañeras y compañeros suyos,  participando del proyecto con sus expresiones, sus ideas, sus recuerdos , sus poemas: poemas y recuerdos, y vivencias de luchas y más luchas, que por si fuera poco, dieron forma a una publicación que es una suerte de  historia del COPINH (Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras). Una publicación de alto valor vivencial y que será referente en las luchas del mañana. Una publicación que mantiene vivo el pensamiento vivo de Berta Cáceres, en el contexto de su pueblo y en su tierra, y del río Gualcarque

Claudia Korol, por su amistad con Berta, la ha conocido (en su más definida y nítida fibra humana): ha conocido el sentimiento revolucionario de la mujer activista que Berta fue; sentimiento revolucionario  que trascendió fronteras. Claudia Korol, además,  fue  muy oportuna con su libro, en ésta América Latina, desgarrada por las zarpas del fascismo, del capitalismo, del autoritarismo y de las bajezas patriarcales dominantes en Honduras y en otros países de la región.

Entonces, ubicada estratégicamente y con su semblante y su timbre de voz marcando el liderazgo de esa jornada (propio de una  mujer militante y de personalidad fuerte, tan fuerte como su espíritu de lucha y de escritora).  Claudia Korol, además de ser la anfitriona del encuentro, fue confidenciándonos  algunos recovecos de su libro. Confidenciándonos como si estuviese participando de un encuentro militante y  entre militantes, de este tiempo y de todos los tiempos.

“Hay partes del libro que parecen dichas en el 2009, dichas cuando estaban en las calles, porque no es que se sentó a leer y a analizar. En medio de la calle decía: “Si no paramos este proyecto del golpe de Estado - ya cuando se había realizado- esto sigue por otros países del continente; puede ser Venezuela, Argentina, puede ser Brasil”.  Lo decía con mucha claridad; lo dijo acá, cuando estuvo con nosotras en el Encuentro Nacional de Mujeres. Berta le apostó a esa semilla porque cuando ella decidió ir al encuentro que fue el de Bariloche, fue porque le decían: “Berta, tienes que ir, tienes que ir al encuentro de mujeres y conocer la experiencia… y ella dijo “Ah ¿territorio mapuche?. Ahí voy.” Y después fuimos recorriendo otras comunidades, conversando con hermanas de distintas comunidades yendo más hacia el sur, pero entonces ahí ella denunciaba esto: que no sería el último golpe de Estado sino el primero de este siglo XXI; y que había una política y una geopolítica imperialista y de las transnacionales, que estaba en marcha. Esa es  la primera parte del libro”

“Esos diálogos hechos durante todos estos años, Berta los llegó a leer, los corrigió;  como decía, los corrigió obsesivamente, así que está lo que ella quería.  Seguramente hay más reflexiones que quedarán para algún momento. Lo que sí hay, en  esa primera parte que ella no llegó a ver, son notas al pie que traté de elaborar,  para que se entienda el contexto en el que se estaban dando esos debates”

“Cuando sucedió el crimen de Berta, ya estábamos pensando en sacar el libro así que detuvimos la idea porque pensamos que de esa forma ya no podía ser; era muy difícil y muy doloroso también pensar qué decir después de eso, cómo decirlo; así que se quedó ahí, un poco parado, pensando en  los caminos para seguir. Fue muy importante para mí en ese proceso poder llegar a hablar con Berthita y con Laurita, sobre todo de algunos temas que había que ver cómo encarar, por ejemplo el juicio. Pero hay un diálogo que hicieron entre Laurita y Bertha donde explican las búsquedas que hicieron como familia y como COPINH para que no haya impunidad; las estrategias que utilizaron. Me parece que es muy interesante para todos y todas las que luchamos contra la impunidad, mirar cómo encaró el COPINH y la familia ese juicio. Y la tercera parte, son algunas miradas de las compañeras que andábamos con Berta”

“Berta no andaba nunca sola, no caminaba nunca sola; en general andaba rodeada de muchas compañeras  del COPINH, del Feminismo Autónomo Insurrecto, eran muchas compañeras, que ahí escriben. Era muy amiga de Miriam Miranda, acá tenemos también la presencia de la hija y de la sobrina de Miriam. Miriam es la dirigente de la Organización Fraternal Negra de Honduras, estuvo con nosotras en el encuentro del Chaco, acompañándonos; eran hermanas que recorrían muchos caminos juntas y también ahí va su palabra”

 “Hay también varios textos de Laurita y me alegra mucho que Salvador, el hijo, nos diera un texto,  que completan un poco esa mirada múltiple, porque nadie es una sola persona; la podemos mirar desde distintos lugares, desde distintos momentos compartidos, y eso es el libro que estamos queriendo compartir”.

“Luchó por la libertad del Rio Gualcarque. Y no se lo perdonaron. Pero tampoco le perdonaron la libertad para sentir, para acompañar, para amar,  para tener amigas, para viajar. Yo me acuerdo que en un momento en que está prófuga -porque estaba con orden de prisión y ella decidió que no iba a ir a prisión- estaba ahí, medio en los bosques, a los saltos,  y pudimos encontrarnos y yo le había dicho “¿qué te llevo, un vino?” y entonces, estaba ahí bajo la mata, tomando el vino tinto,  Postales del sur del mundo, que era el que me gustaba llevarle”.

“Digo esto porque a veces nos quedamos solo en la parte heroica; y claro que para nosotras tiene mucho de heroica la lucha de Berta, pero creo que también era heroica porque podía disfrutar  la vida como la disfrutaba”

“No es casualidad que después del crimen lo primero que trataron de decir es que fue un crimen pasional; porque si son mujeres y mujeres libres, seguro que lo que nos toque es un crimen pasional y van a usar ese argumento, que era absolutamente irreal, para criminalizarla y para justificar el crimen;  y sobre todo para quitarle responsabilidad a la empresa y al Estado, que eso es lo que estaba en juego”

“Creo que ahí la familia de Berta y el COPINH tuvieron la gran inteligencia de decir quiénes eran los responsables y mantener como una línea muy fuerte, muy sistemática de denunciar a la empresa DESA, al Estado, a las fuerzas represivas, así como también una línea muy clara de investigación”

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*Foto de Portada: Lucas Gabriel Martins y Sebastian Bagnasco, de OUR VOICE