Sábado 20 Abril 2024

El extraditado a Asunción, Paraguay, forma parte del clan Peirano

Una familia reconocida en Latinoamérica por estafar y arruinar a cientos de ahorristas

Después de 21 años del inicio de varias causas penales en Paraguay contra los hermanos Juan y José Peirano Basso por varios delitos, como estafa, lesión de confianza, conducta indebida en situación de crisis, y declaración falsa, en perjuicio de ahorristas del Banco Alemán y de Fondos Mutuos, está prevista la llegada a Asunción, este lunes 29 de mayo, en horas posteriores del mediodía, del exbanquero uruguayo José Peirano Basso, extraditado de Uruguay.

La redacción de Antimafia Dos Mil contacto telefónicamente con el abogado defensor de Peirano Basso, el Dr. Guillermo Duarte Cacavelos para saber sobre la situación procesal de su representado, quien manifestó que una vez que llegue a Asunción José Peirano, deberían ser convocados, para las dos audiencias respectivas por los jueces penales de garantías Clara Ruiz Díaz y Raúl Florentín, que son los magistrados competentes en las dos causas en donde su cliente fue imputado, uno por el caso de fondos mutuos y el segundo, el de ahorristas del Banco Alemán.

También expresó el letrado que, en el caso de Fondos Mutuos, Peirano ya tiene un requerimiento conclusivo de parte de la Fiscalía, donde se había solicitado como salida procesal un criterio de oportunidad, pero es el juez el que debe decidir aceptar o rechazar este planteamiento en audiencia preliminar. En la otra causa, donde las victimas serían los ahorristas del banco alemán, pedirá la libertad ambulatoria o el arresto domiciliario de su defendido en otra audiencia. Allí presentara todas las documentaciones de los casos que Peirano Basso tiene en Uruguay, de los acuerdos conciliatorios a que había llegado con algunos querellantes en Paraguay.

Asimismo, a criterio del abogado Duarte Cacavelos, la solicitud de rebeldía de su cliente de parte de la justicia paraguaya fue mal declarada por que por cuestiones ajenas a su voluntad José Peirano no se presentó ante los tribunales paraguayos porque estaba cumpliendo otras medidas cautelares en Uruguay. Aún no sabe si ambas audiencias se realizarán el lunes o en otra fecha fijada por los jueces penales. No sabe el lugar donde se alojaría José Peirano, pues siendo una cuestión de orden y seguridad pública, estaría a cargo de agentes de la Interpol, quienes son responsables de ver el lugar donde estaría hospedado el extraditado, señaló Duarte Cacavelos.

El clan Peirano

El clan Peirano, es muy conocido en Latinoamérica- y no precisamente por su eficiencia y honestidad- cuyo patriarca: Jorge Peirano Facio y sus hijos Juan, Jorge, Dante y José Peirano Basso controlaban el 70% de las acciones del Grupo Velox, en cuyo poder se encontraban bancos, financieras, supermercados y una serie de negocios en varios países del Mercosur, y que a partir del años 2002, de manera simultánea causaron la quiebra en cadena de bancos y financieras en Uruguay, Argentina y Paraguay, a causa del vaciamiento de los depósitos de los clientes, a través de diversas maniobras fraudulentas, que generaron miles de ahorristas estafados en Sudamérica, que de la noche a la mañana, se quedaron sin ningún peso, sin sus ahorros de toda una vida. Ahorros, que de un plumazo habían desaparecido.

En el Paraguay formaban parte del Grupo Velox, el Banco Alemán, Financiera Guaraní, Financiera Parapiti, Inversiones Guaraní, Velox Inversiones, Garantía (en sociedad con el Citibank), Supermercado Strok (en sociedad con Royal Ahol de Holanda) y el Shopping del Sol (en sociedad con accionistas locales).

Hay que recordar que los hermanos Juan y José Peirano Basso, entre otras personas fueron procesados por la justicia paraguaya ya en el 2002, por estafa, como exintegrantes del directorio del banco alemán y del Grupo Velox, así como por los delitos de conducta indebida en situación de crisis (art. 179 CP) y lesión de confianza (art. 192 CP), cuyas conductas de acuerdo al código penal, habrían atentado contra los bienes de la persona y el patrimonio. En el mismo año 2002 el Banco Central del Paraguay (BCP) intervino el Banco Alemán y demostró que el desvió de fondos de los ahorristas supero los 19 millones de dólares.

En dicha oportunidad lo que había acontecido es que los hermanos Peirano luego de captar los fondos de los clientes, colocaron el dinero en cuentas del exterior y que fueron utilizados como garantía para obtener créditos con la finalidad de pagar a ahorristas de un banco de la Argentina. Es decir, se habían hecho prestamos con dinero de los ahorristas de Paraguay para pagar deudas de otros clientes ahorristas de la Argentina. Este manejo irregular del dinero de los ahorristas paraguayos es lo que después tendría como consecuencia la quiebra del Banco Alemán, propiedad del Grupo Velox, cuyos accionistas mayoritarios eran los Peirano, quienes huyeron del país.

El cúmulo de delitos cometidos por los hermanos Peirano fue considerado como una de las mayores estafas financieras y delitos contra el patrimonio de inicios del milenio, en Paraguay y que ocasiono una grave crisis bancaria, estatal y social , que no solo afecto a cientos de ahorristas, muchos de los cuales jamás pudieron recuperar su dinero, ya que murieron antes a consecuencias del daño económico y psicológico que sufrieron, sino que también afecto al Estado paraguayo, a través del Banco Central del Paraguay, que puso dinero del pueblo al intervenir el ente bancario, para pagar un porcentaje a los ahorristas damnificados.

Estafas del clan Peirano visibiliza fallas en el control del sistema bancario en Paraguay

Independientemente a los montos de dinero que los Peirano administraron en Paraguay, ya sea a través del Banco Alemán y otras entidades, lo que ocurrió en el 2002, con estos hechos punibles que habrían cometido los exbanqueros uruguayos, evidenciaron las graves falencias que había en Paraguay de parte de los organismos competentes en el control del sistema bancario y financiero, así como la deficiente legislación que posibilitaba este tipo de manejo discrecional y criminal del dinero de personas, de parte de empresarios extranjeros, que se aprovecharon de estos defectos y negligencias de las autoridades competentes paraguayas, para aplicar una ingeniería de la estafa y de perjuicio patrimonial, pocas veces vista en Paraguay, para apropiarse en un abrir y cerrar de ojos, de los ahorros de toda la vida de cientos de personas, cuyo perjuicio económico en total abrían alcanzado la suma aproximada de casi 40 millones de dólares.

En Paraguay, en relación a los supuestos delitos atribuidos a José Peirano Basso, en la doctrina penal es de los denominados “delitos de cuello blanco o relacionados al crimen organizado empresarial”, que históricamente en nuestro país ha quedado en la impunidad, salvo excepciones, o se ha aplicado penas insignificantes o salidas procesales hasta ridículas, teniendo en cuenta los daños patrimoniales causados, ya sea al Estado o a particulares.

La justicia paraguaya no se ha caracterizado por su buena administración de justicia valga la redundancia, o por su eficiente administración de legalidad, cuando los imputados o acusados son personas ligadas al poder político o económico, o pertenecientes a estructuras criminales empresariales. Por su falta de independencia y coraje, la regla ha sido la impunidad, o una salida procesal siempre favorable a los poderosos y es por eso que, en este caso, a pesar de la importancia histórica de esta extradición, no soy muy optimista de que se aplique una pena ejemplar a José Peirano Basso en las causas que tiene en Paraguay. Lo más seguro es que en la causa donde ya existe como requerimiento el criterio de oportunidad, el juez del caso acepte ese pedido que favorece notoriamente a Peirano Basso, que no solo no tendrá una pena privativa de libertad, sino que esta figura establecida en el artículo 19 del código procesal penal si se dan los presupuestos establecidos en ella, implica que el Ministerio Publico, con consentimiento del Tribunal competente, podrá prescindir de la persecución penal del delito que involucro a Peirano y que incluso técnicamente no formara parte de sus antecedentes penales el hecho por el cual había sido imputado.

En la otra causa en relación a los ahorristas del banco Alemán, probablemente el abogado defensor presente efectivamente todas las documentaciones referentes a probables acuerdos que el exbanquero haya tenido con algunas víctimas o querellantes paraguayos, en donde supuestamente Peirano ya haya reparado integralmente el daño particular o social causado, y demás ofreciendo incluso como donación una suma de dinero en guaraníes, muy inferior a los millones de dólares de que se apropió la familia Peirano, para una entidad de beneficencia o de interés social como lo prevé la legislación paraguaya conforme al artículo 25 Inc. 10 del Código Procesal Penal. Este artículo establece que, si se dan los presupuestos mencionados, siempre que lo admita la víctima o el Ministerio Público, según el caso, la acción penal se extinguirá, es decir, concluirá el proceso en relación a esta causa.

En Uruguay la justicia penal aplicó penas privativas de libertad a los Peirano, sin embargo en Paraguay, si ello ocurriese sería la noticia relevante, destacada e inusual, pues aquí se ha normalizado una justicia penal débil e hipergarantista con los poderosos, que casi nunca han recibido penas privativas de libertad, pero fuerte, inquisitiva, e incluso racista y discriminatoria con los pobres diablos delincuentes comunes o las personas que cuestionan al sistema político-electoral, judicial y económico, altamente condicionados por el crimen organizado y la mafia, que casi siempre durante el proceso ya están en prisión preventiva en la cárcel y luego reciben como pena la privación de su libertad a pesar de la insignificancia del delito o el reproche reducido del autor del hecho.

Por lo tanto, no espero mucho de la justicia paraguaya en relación al caso Peirano. Todo se resolverá como siempre se ha hecho en los casos de delitos económicos vinculados al crimen organizado empresarial, salvo excepciones, de acuerdo al poder político, y económico del imputado.

Foto: Ámbito