Denuncia pública

Muralla de fuego de gran altura cercó predio donde están centrales nucleares Atucha 1 y 2

La industria nuclear argentina, no tiene ningún tipo de plan de contingencia ante estos incendios

Crisis dentro de crisis. Crisis bélica, energética, climática y dentro de la espiral de caos, la nuclear. Lo dijimos muchas veces y lamentablemente tuvimos razón. En medio de la gran vorágine de la propaganda nuclear verde, que nos “garantiza el futuro” con reactores domésticos hechos a medida, para usarlos hasta en la luna, la cuestión nuclear en los próximos escenarios de cambio climático solo puede empeorar. Centenares de centrales nucleares expuestas a maremotos, terremotos, ciclones, lluvias interminables, inundaciones y sequías. Y ahora también al fuego incontrolable, que amenaza esta vez a la central nuclear de Atucha en Zárate (Argentina).

Este lunes 7 de marzo, una muralla de fuego de gran altura empezó a cercar el predio en donde se encuentran las dos centrales nucleares Atucha 1 y 2. Los incendios provocados por la acción descontrolada de la tala de árboles y el desmonte, llegaron a 700 metros de lo que pudo ser una catástrofe. La extensa ola de calor que se vive en Argentina y los cambios de dirección en los vientos, produjeron lo que años atrás era inimaginable: una central nuclear casi rodeada por el fuego.

La industria nuclear argentina, no tiene ningún tipo de plan de contingencia ante estos nuevos escenarios. No tiene capacidad de respuesta y simplemente los niega. La empresa gerenciadora que opera los reactores, Nucleolectrica Argentina S.A., emitió un par de escuetos comunicados ante la dantesca situación, para minimizarla y transmitir de manera irresponsable tranquilidad a la población. Mientras esto ocurría, varios grupos de operarios dejaron la central nuclear de manera preventiva, evacuándola debido a la gran cantidad de humo que imposibilitaba continuar trabajando. Tres aviones hidrantes, un helicóptero, más las dotaciones de bomberos de las ciudades de Campana, Zárate y otras de zonas más lejanas, acudieron al lugar para recién sobre el final del día, evitar que siga el avance.

Como antecedente inmediato, la semana pasada, el fuego tiro abajo el tejido de la red de distribución eléctrica, en la localidad de General Rodríguez, a unos 50 km en línea recta de las Atuchas. Como consecuencia de ello, la porción remanente de la red eléctrica en funcionamiento, se sobrecargó y tuvieron que obligadamente retirar potencia. De manera urgente se sacó de operación, entre otras, a las centrales nucleares. Casi medio país estuvo prácticamente sin abastecimiento eléctrico durante días. Esa misma ola de calor que continúa desde hace meses en Argentina, es la que provocó esta vez que el fuego llegue al borde de las centrales nucleares.

En medio de negadores seriales, de los lobos disfrazados de corderos, de mercenarios que promueven lo nuclear como salida para el cambio climático, la naturaleza nos avisa.

Atucha estuvo rodeada de fuego y el mensaje nos quedó muy clarito.

Esperemos que así sea para todos: ¡No a la energía nuclear!

Foto: captura de pantalla