Como consecuencia de ese ataque murió uno de los líderes de la guerrilla, Raúl Reyes y varios guerrilleros de las FARC. Ese bombardeo generó una crisis profunda entre estos dos países (Ecuador y Colombia) y llevó a Venezuela a movilizar tropas a su frontera. Por primera vez en mucho tiempo lo que parecía un asunto de política interna de Colombia claramente afectaba a más de un país de la región de manera dramática. 
Poco más de un año después, otro hecho político y militar volvió a sacudir a los países latinoamericanos. El presidente de Honduras Manuel Zelaya era derrocado, sacado por los militares en pijamas de su residencia para ser llevado en un avión fuera de su país. Una crisis interna derivó en un golpe cívico militar. 
Varias naciones intentaron ayudar a restablecer a Zelaya en el poder pero no tuvieron éxito. El golpe se transformó en una verdadera telenovela que llevó al presidente Manuel Zelaya al exilio. Los golpistas finalmente lograron imponerse. 
Julio de 2010, otra vez la región sufre una situación de tensión. El gobierno  Colombiano decidió presentar pruebas en la Organización de Estados Americanos (OEA) con ellas afirma, se demuestra que 1500 guerrilleros de las FARC y el Ejercito de Liberación Nacional (ELN) se esconden en Venezuela. Las autoridades colombianas además aseguran que en territorio venezolano hay varios campamentos de la guerrilla desde donde se entrenan, y planifican los ataques que después son cometidos en Colombia. 
El gobierno del presidente Uribe, que en más de una oportunidad acuso verbalmente a su par de Venezuela sobre este tema presenta coordenadas donde sostienen están estos campamentos, además de fotos de líderes guerrilleros y videos. 
En muy poco tiempo estallaron en América latina varias crisis regionales que no pudieron ser resultadas por las organizaciones que se pusieron al frente como negociadores. El ataque colombiano contra territorio ecuatoriano generó cumbres al mas alto nivel pero Colombia no recibió ninguna sanción formal por haber violado la soberanía de otro país. 
Todo quedó en palabras y gravísimas acusaciones y advertencias pero finalmente no hubo una respuesta regional para evitar una situación similar. ¿Quién puede afirmar que en el futuro un país en Latinoamérica no va a atacar a otro, bajo cualquier pretexto? 

Por otra parte, después del escandaloso papel que llevaron adelante los países 
denominados "amigos de Honduras" ¿se puede afirmar que no va a ocurrir otro golpe de estado no solo en Honduras sino en la región? 
Los países latinoamericanos están, nuevamente,  ante un desafío. La cumbre de la Unasur que se lleva adelante en Quito, no sólo tiene la responsabilidad de enfriar la situación de tensión que se vive entre Colombia y Venezuela, sino de demostrar que los organismos creados para enfrentar estas crisis están a la altura de la circunstancia y que no se fracasará. 
Los cancilleres de la Unasur ya adelantaron que buscarán acercar a Colombia y Venezuela tras la ruptura de relaciones, si bien en un comienzo el interrogante es si esto es suficiente. 
El canciller ecuatoriano afirmó: "se debe salir con la posibilidad, por lo menos con la esperanza, de que se retomen las conversaciones lo más pronto posible entre dos países hermanos, que deberían siempre estar unidos". 
Por su parte, el presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, sostuvo que conversará mucho con Chávez y con el nuevo mandatario colombiano, Juan Manuel Santos, a partir de la próxima semana porque "el tiempo es de paz y no de guerra". 
¿Pero es esto suficiente? Sin duda es un comienzo, aunque parece ser un objetivo limitado si se tiene en cuenta que Colombia está exigiendo medidas concretas para terminar con estos campamentos y con los cientos de guerrilleros que se esconden en ellos. También parece poco, ante la constante advertencia por parte de Venezuela de un supuesto plan de ataque por parte de Colombia contra su territorio. 
En esta oportunidad las naciones que intervengan deberán pasar de las intenciones y las palabras a los resultados. El riesgo de no cumplir con las expectativas de los países directamente involucrados es que estos caigan en la toma de decisiones  unilaterales ante la falta de respuesta de la región para ayudarlos a solucionar lo que ellos no pueden. 
En base a información de inteligencia, Colombia decidió dar este delicado paso denunciado ante la OEA a Venezuela, y también con información de inteligencia el presidente Chávez asegura que un ataque contra su país es "mas probable que nunca en todos estos años". 
Si los datos gracias a los que toman decisiones tanto Uribe como Chávez están equivocados, es un tema a discutir después, el tema es que esto llevó a la región a una situación crítica y por esta razón se debe responder a los pedidos de ambos países. 
A partir del año 2008, con el bombardeo colombiano contra territorio del Ecuador, quedó claramente a la vista, que el tema de las FARC no es un tema sólo colombiano, es regional y así debe abordarse activamente. No es tiempo de seguir generando cumbres que no logran resolver nada. Las relaciones diplomáticas que como pudo verse en alguna de estas reuniones pasan de las acusaciones y los insultos a los abrazos de sus protagonistas son peligrosas para el futuro. 
Es fundamental establecer reglas claras que permitan evitar otro escalamiento y mucho más aun un conflicto militar. Ya no es suficiente la negativa de Colombia sobre la posibilidad de un nuevo ataque contra un país vecino, menos aún la de Estados Unidos. 
Al mismo tiempo, como lo esta impulsando Brasil, será crucial poder verificar qué sucede en las fronteras donde se mueven los guerrilleros. El principal asesor de Lula en asuntos internacionales, Marco Aurelio García, apostó por enfriar la crisis hasta el inicio del nuevo gobierno colombiano, una vez enfriadas las tensiones, propuso un acuerdo de monitoreo de la frontera binacional que dé garantías de que no hay grupos insurgentes cruzando de lado a lado. 
Afirman que las crisis son crecimiento y oportunidades, es el momento de comenzar a solucionar de fondo los reclamos de Colombia en torno a las FARC como así también otorgarle garantías a Venezuela que su soberanía no será violada. 
El desafío es enorme pero mucho mayor será el caer en la retórica de prometer para no hacer nada. 
Andrés Repetto 
http://observadorglobal.com/tension-venezuela-colombia-el-ataque-mas-duro-de-las-farc-n8923.html