
Estos ataques no dejaron víctimas pero sembraron el terror en diversos barrios de la ciudad y la periferia. La acción más osada ocurrió próxim

"Es un intento de intimidación. Pero no vamos a retroceder y continuaremos reconquistando territorios (dominados por los narcotraficantes) y a llevar la paz a las favelas", dijo en la noche del lunes el gobernador de Río, Sergio Cabral. Es la primera vez en dos años, desde la creación de las Unidades de Policía Pacificadora (UPP) que los traficantes organizan una respuesta a ese programa, que se propone restablecer la paz y los servicios del Estado en los barrios más pobres.
"El objetivo (de los traficantes) es aterrorizar a la población. Además de perder sus territorios ante la acción del Estado, pierden espacio ante las milicias" (grupos parapoliciales que ocupan el lugar de los traficantes), afirmó el sociólogo Claudio Beato al diario O Globo.
Electo en enero de 2007, Cabral había anunciado una lucha "sin treguas" contra los narcotraficantes para "restablecer el estado de derecho" en las favelas, mediante la formación de una policía comunitaria.
Hasta el momento trece favelas, situadas fundamentalmente en las zonas residenciales de la ciudad, han sido pacificadas y más de 200.000 habitantes se vieron libres del orden impuesto por los narcotraficantes.


El secretario de Seguridad de Río de Janeiro, José Mariano Beltrame, prometió que unos 7.000 policías serán contratados hasta el inicio del próximo año.
Al contrario de lo publicado en la prensa, que indica una unión de grupos criminales, Beltrame minimizó los ataques de narcotraficantes, atribuyendo esas acciones a un "pequeño grupo de una de esas facciones".
Fuente: AFP