La información sobre los numerosos casos de pedofilia cometidos por sacerdotes católicos apareció los últimos meses en muchos países de Europa y en EEUU. Fueron formuladas acusaciones a un centenar de curas de Irlanda, muchos de los cuales reconocieron ser culpables. Sensacionales desenmascaramientos se produjeron en Bélgica, donde centenares de personas declararon ser víctimas de abusos sexuales por parte de sacerdotes y trece se suicidaron por ese motivo.
Se produjo un ruidoso escándalo internacional. Llovieron críticas al Vaticano y a Benedicto XVI en persona.
"Estas revelaciones supusieron una conmoción para mí, una gran tristeza. Es difícil entender cómo fue posible esta perversión del ministerio sacerdotal. Es también una gran tristeza que la autoridad de la Iglesia no fuera lo suficientemente vigilante ni lo suficientemente rápida y decidida a la hora de tomar las medidas necesarias", dijo el Pontífice citado por la agencia Reuters. "Es un deber de la Iglesia prestar ayuda a las víctimas de los abusos sexuales", añadió.
Benedico XVI comenzó hoy su primera visita oficial al Reino Unido, largamente esperada por las autoridades británicas. Pero los defensores de derechos humanos y celebridades de Gran Bretaña critican mucho la política del Vaticano y prometen organizar acciones de protesta. La policía de Inglaterra y Escocia ya ha recrudecido las medidas de seguridad.