Domingo 10 Noviembre 2024
“No ha sido una sentencia política como había preanunciado el juez Antonino Gatto”, contraataca con actitud calma, porque de las conductas posteriores a 1992 “he sido absuelto porque el hecho no subsiste”. “Los responsables de la campaña de atentados –ha querido subrayar, (no obstante la “negociación” nunca haya sido objeto del proceso) –id entonces a buscarlos por otro lado”, antes de dar vuelta la tortilla, con un toque de victimismo: “Si yo no hubiese entrado en política no se hubiera dado este proceso”.
Declaraciones decididamente apresuradas, explica el fiscal general Nino Gatto, satisfecho de la sentencia, pero sorprendido por la decisión de la Corte de absolver al imputado por hechos cometidos después de 1992. “La segunda parte del sistema acusatorio –dice- era incluso más sólida respecto a la primera. En lo que se refiere a la fórmula “el hecho no subsiste” precisa: “Según el artículo 637 del código de procedimiento penal los veredictos de segundo grado se pueden solo confirmar o revisar, sin expresarse en mérito. Lo cual significa que ese ‘hecho no subsiste’ podría ser interpretado tranquilamente con una simple ‘insuficiencia de pruebas’. Para obtener una respuesta cierta será necesario esperar las motivaciones de la sentencia”.
Por el momento la certeza es que el senador Marcello Dell’Utri ha tenido relaciones con Cosa Nostra, como queda especificado en la sentencia de primer grado y confirmada en el segundo, desde los años Sesenta y Setenta, cuando llevó a las oficinas de la Edilnord, a conversar con el amigo Silvio Berlusconi, al capo mafia Stefano Bontade, junto con otros individuos pertenecientes a la asociación mafiosa.  Asumiendo ya desde ese momento el rol de “intermediario” entre la mafia siciliana y el imperio económico del amigo empresario. Rol que después de 1980, después del asesinato de Bontade, proseguiría con la Cosa Nostra de Totò Riina y de Bernardo Provenzano hasta los años de los atentados que empezaron en 1992.
En el 2004, en primera instancia, el senador del PDL fue condenado a 9 años por complicidad con la mafia. El juez Antonino Gatto, en la requisitoria de la apelación, había pedido 11.
Antes de expresarse sobre la solicitud de condena había precisado: “Hoy es el poder el que es juzgado”. “Vosotros podéis contribuir a la construcción de un peldaño, y después de subido quizás, y repito quizás, se podrán recorrer otros peldaños que lleven a comprobar las responsabilidades que han ensangrentado nuestro país. O al contrario, este peldaño lo podéis destruir”.
Si lo han destruído, como muchos ya alardean, es demasiado pronto para decirlo.
En cualquier caso, ha declarado esta mañana el juez Domenico Gozzo –junto a Antonio Ingroia, Fiscal en el proceso de primer grado- “no corresponde absolutamente a la verdad que con la sentencia de apelación a cargo de Dell’Utri ha sido colocada una piedra lapidaria sobre la negociación entre Estado y Cosa Nostra, considerando también que el tema nunca ha entrado en debate”.
Gozzo cita una frase de Paolo Borsellino que decía: “Hay una equivocación de fondo. Se dice que el político que ha tenido frecuentaciones mafiosas, si no es juzgado culpable por la magistratura, es un hombre honrado. ¡No! La magistratura puede hacer solo verificaciones de carácter judicial. Las instituciones tienen el deber de expulsar a los políticos cercanos a la mafia, para ser honradas y aparecer como tales". "Bueno - añade Gozzo - Me limitaré a señalar que en este caso el político, el Senador Dell'Utri, no sólo no ha sido absuelto, sino que ha sido declarado culpable por haber colaborado con la asociación criminal mafiosa por un largo período que va desde los años 70 hasta 1992. Y el reconocimiento de culpabilidad ha sido efectuado por un Tribunal y por una Corte de Apelación, de las cuales los abogados han reiterado, respectivamente en primer y segundo grado, su rectitud”.
de Mónica Centofante – 29 de junio 2010