Jueves 28 Marzo 2024

Luego de nueve años, luego de decenas de miles de civiles muertos (las cifras oficiales dicen que son alrededor de 15.000, pero esta cifra se desmiente sola según la lectura de un hospital de Emergency en Afganistán), luego de haber gastado miles de millones de euros los cuales no han dejado ni rastros en la vida civil de los afganos, luego de toneladas de nueva heroína afgana que ha terminado en las venas de los jóvenes de todo el mundo. Luego de todo esto, nos encontramos con un presidente fantoche, que no puede ser más fantoche (trabajaba para la CIA antes de ser presidente) que negocia con el enemigo del occidente, esos talibanes amigos de Bin Laden y seguidores del temible Mullah Omar, que esta horrenda guerra nuestra habría debido derrotar en pocos meses y sin “efectos colaterales”.
Si los poderosos del mundo en general y el gobierno italiano tuvieran el intelecto para usarlo, no podrían hacer otra cosa que admitir (incluso nos conformaríamos si no lo hicieran públicamente) que se han equivocado y que tendrían que cargar con las consecuencias: mandar las tropas a casa y ellos a labrar la tierra.
Pero quien gobierna Italia y los países occidentales en general demuestra tener desprecio por la vida humana. Si no fuese así, el haber elegido hacer y continuar con la guerra demostraría que son imbéciles, ya que los muertos civiles y la destrucción de un país son la única consecuencia de su elección.
Y en cambio no, el intelecto lo tienen, pero es talento maligno. Porque la guerra le ha venido siempre bien al poder, sobre todo al poder en dificultades, en crisis. Y con tal de permanecer en la silla, los poderosos del mundo no titubean en destruir vidas humanas.
No hay nada más que decir, sobre este noveno aniversario de guerra. De una guerra que ha durado lo mismo que la primera y la segunda guerra mundial sumadas. Más que la guerra de Vietnam. Tan insensata que entre los militares estadounidenses son más los muertos por suicidio que los caídos en  combate.
En cambio no. Hay que decir una cosa, repetirla obsesivamente, decírsela a los amigos y vecinos: la guerra debe ser abolida, desterrada de la humanidad. Es demasiado alto el precio a pagar al dios de la guerra. En vidas humanas, que no son las nuestras, pero que no por esto valen menos. Y también en dinero. Porque si los miles de millones que se han gastado se utilizaran para inversiones civiles, el mundo sería muy diferente, para mejor, de como lo conocemos.
Los Estados Unidos, sólo ellos, han gastado 353.000 millones de dólares.
Los italianos gastamos 65 millones de euros por mes.
Con mucho menos de la mitad de lo que Italia gasta para contribuir en la masacre de civiles, por decir una de tantas, Emergency ha construido tres centros quirúrgicos, un centro de maternidad y 28 dispensarios. Y ha curado a más de dos millones y medio de afganos. Con lo que el ministro La Russa gasta en dos días, se mantiene por un año todo el programa de Emergency en Afganistán.
Una mejor y más económica forma de “derrotar a Al-Qaeda”.

Maso Notarianni
07 de Octubre de 2010. Fuente: peacereporter.net.