Jueves 28 Marzo 2024

Es un sistema de armas antimisiles, probado en julio y que protegerá al estado judío del lanzamiento de cohetes vectores de medio y breve alcance, o bien de las amenazas que puedan llegar ya sea desde Gaza, como desde el Líbano. El sistema acompaña e implementa los ya adquiridos sistemas Magic Wand y Arrow, para los mísiles a medio y largo alcance. Aquellos que podrían llegar desde Irán.
El sistema es de concepción americana, una de las flores en el ojal de la multinacional de la guerra electrónica, la Raytheon, pero para el desarrollo también ha participado un consorcio de empresas europeas. Con una serie de pruebas conducidas a través del lanzamiento de misiles desde el desierto de Negev, el Iron Dome ha demostrado todas sus potencialidades. Ha evidenciado el origen de los  lanzamientos a través de un sistema de radar de largo alcance, capaz de abarcar todo el Medio Oriente y ha respondido con cohetes interceptadores múltiples (capaces de confrontar más cantidad de lanzamientos simultáneos desde distintas direcciones) e inteligentes (interceptando los misiles que podían alcanzar objetivos sensibles y descartando aquellos que están fuera del blanco).
Una ulterior característica es la posibilidad de tener el sistema de radar para el relevamiento y la alerta, ya sea estático o móvil. De hecho una instalación de ALTBMD se encuentra en el portaaviones USS Harry Truman que en los últimos meses está ubicado en varios tramos del mar de Medio Oriente, desde las costas en frente de Israel, al Mar Rojo hasta el Golfo Pérsico.
Este sistema armamentista es estratégico para Israel. Los ejecutivos de Tel Aviv sostienen que solo en el momento en el cual se alcanzase la certeza de poder enfrentar eficazmente ataques misilísticos desde distintos frentes, podría ser factible un raid aéreo en contra de Irán, sin temer una respuesta destructiva apreciable, ya sea por parte de Teherán que de sus aliados.
Otro escenario. El jefe del Mossad, Meir Dagan, es dimisionario. La noticia ya fue ratificada por el periódico “Il Foglio” el 24 de julio, será oficializada después de la elección del sucesor. Son sobre todo dos los nombres que circulan y el nombramiento de uno en lugar de el otro podría ser extremadamente significativo para comprender las intenciones del estado judío. De hecho, Dagan jamás ha ocultado que prefiere otras opciones para neutralizar a Irán, antes que un strike aéreo preventivo; en un discurso dado en el Knesset (parlamento israelita) ilustró recientemente un escenario optimista, según el cual Teherán no habría podido acceder a la bomba antes del año 2014. En resumen, todavía había margen.
Si Tel Aviv, tomase en consideración moverse según esta perspectiva, es decir, considerando aún prioritarias para la seguridad nacional las cuestiones internas (o bien el conflicto israelita/palestino), el sucesor natural sería el jefe del Shin Bet (servicio secreto interno), Yuval Diskin. Poeta y filósofo, está considerado el psicólogo capaz de entender todas las facetas del pensamiento de la contraparte árabe. Incluso es un hombre de acción con pocos escrúpulos: es él quien inventó la técnica de los homicidios dirigidos, para deshacerse de los líderes de Hamas, como Yassin y Rantisi.
Pero si la perspectiva fuese diferente entonces la elección podría recaer en el actual jefe de inteligencia militar, Amos Yadlin. Ha sido él quien guió la Operación que en 1981, con un valiente raid aéreo, destruyó el reactor nuclear de Osirak, a pocos kilómetros de Baghdad. Y las convicciones de Yadlin sobre Irán divergen sustancialmente de Dagan. En el año 2006 predijo: “Irán tendrá la bomba atómica antes del fin de 2010” y también: "Teheran es una amenaza global. El régimen está desarrollando misiles capaces de alcanzar Europa con ojivas atómicas y en un futuro de atravesar el Atlántico. Por lo tanto es un problema mundial”. Yadlin es un duro, un general que se jacta de poder “mirar a los ojos a cada piloto y decirle que está actuando de manera moralmente justa (1).
Y siempre en el ámbito de la intelligence es donde hay que descifrar el caso del físico nuclear iraní Shahram Amiri, desaparecido el año pasado mientras se encontraba en peregrinaje en Arabia Saudita y de improviso reapareció el pasado mes de junio en la embajada pakistaní de Washington. En un video Amiri declara haber sido capturado por los servicios secretos occidentales y llevado a Tucson, Arizona, encarcelado, interrogado y torturado por casi un año, finalmente habría logrado escapar para volver a su patria, cosa que habría ocurrido algunos días después con un recibimiento digno de un héroe. Inmediatamente las autoridades acusaron a la CIA y al Mossad de haber raptado al físico, trabajador de la Organización iraní para la energía atómica, evidentemente para sacarle informaciones útiles acerca del programa nuclear de Teheran. Por su lado los americanos siempre desmintieron el episodio, mostrándose vagos oficialmente y dejando filtrar subrepticiamente la noticia de que Amiri habría escapado voluntariamente de su país.
Sea como sea que ocurrieron los hechos parece evidente que la reconstrucción de Amiri deja enormes perplejidades, siendo verdaderamente improbable que halla logrado realmente escapar y haya alcanzado con sus propias fuerzas la embajada pakistaní que se encarga de los intereses de los ciudadanos iraníes en los Estados Unidos. Como mínimo Amiri habría tenido que tener el apoyo de una facción consistente de los servicios de seguridad de los Estados Unidos. Sin una auténtica guerra interna entre espías y departamentos eso habría sido imposible.
Pero ni siquiera la versión proporcionada por los americanos parece creíble: Amiri habría desertado voluntariamente y colaborado remuneradamente, luego, después de haber recibido amenazas hacia los familiares que se habían quedado en Teheran (pero es imposible no haber pensado que sucedería desde el comienzo), decidió retirarse y fue dejado partir tranquilamente, permitiendo a los iraníes el montaje propagandístico de toda la historia.
El periodista franco-israelí Jacques Benillouche ofrece una interpretación diferente y coherente, la cual aclararía los ribetes oscuros de las otras dos versiones (2). Según fuentes judías el “científico” Amiri habría sido un doble agente, fiel a su país con la tarea de “intoxicar”, por medio de falsas informaciones los informes de la inteligencia americana. Amiri habría podido fingir el haber desertado o incluso haber sido enviado intencionalmente a Arabia Saudita para dejarse “capturar”, jugando incluso con la homonimia de otro científico atómico iraní, este último mucho más dentro del programa atómico de los ayatollah. En resumen una trampa bien tramada por Teheran y hasta un cierto punto que incluso salió bien.
Amiri habría sido la fuente que reveló la existencia de un lugar nuclear mantenido en secreto en las cercanías de Qom. La noticia, que se hizo pública con gran alboroto por Obama en persona, se volvió un boomerang para los servicios occidentales. El lugar, inspeccionado por la  AIEA, resultó ser absolutamente inocuo.
Los americanos comenzaron a sospechar y tuvieron la confirmación de la falta de autenticidad de Amiri, precisamente gracias a agentes israelitas que pidieron poder participar en los interrogatorios hechos al científico, ya que sus informaciones no coincidían para nada con las recopiladas por el Mossad. A ese punto a los americanos no les quedaba más que “liberar” al doble agente, elaborar una versión a medida y amortiguar los efectos propagandísticos (de hecho el caso no tuvo gran relevancia a nivel mediático, mucho menos, por ejemplo, que el caso de las espías rusas descubiertas en los mismos días).
Al final de la historia, quien sacó mayor ventaja del caso fueron precisamente las autoridades de Tel Aviv. "Varias veces los israelitas alertaron a los americanos sobre las evidentes distorsiones en sus informaciones, que no encajaban con las de los mismos servicios. Esta discrepancia en los datos fue el origen de los malos entendidos entre Israel y los Estados Unidos que no midieron el riesgo con la misma agudeza. Netanyahu insistió con poner el acento en el apremiante peligro del programa nuclear iraní mientras los americanos lo consideraban prácticamente inofensivo. Si los americanos se hubieran convencido de haber sido engañados, habrían podido aceptar la tesis israelita según la cual Irán se encontraba a las puertas del arma nuclear”, escribe muy agudamente Benillouche. Y estas consideraciones suscitan una ulterior sospecha: podría ser que los americanos no hayan sido engañados sólo por los iraníes sobre el caso Amiri, pero por motivos opuestos y sin embargo coincidentes, incluso por los mismos israelitas.
Algunas notas breves:
12 de julio, el presidente ruso Medvedev, durante una reunión con los embajadores rusos y los representantes permanentes en el exterior, declara que “Irán está llegando a tener el potencial que puede llevar a la construcción de armas nucleares” y consecuentemente Moscú “debe abandonar todo acercamiento tranquilizador” en la gestión del problema. Esto desencadena la ira de Ahmadinejad, según el cual Medvedev ha acabado por hacer de “portavoz de los planes de nuestros enemigos”.
A pesar de la condena a muerte del jefe del movimiento terrorista  Jundallah, Abdomalek Righi, cumplida en junio, un nuevo grave atentado golpea a Irán. Un kamikaze se inmola el 15 de julio en una mezquita de la ciudad de  Zahedan, en la región del Beluchistan, provocando 27 víctimas. Las autoridades inculpan a los Estados Unidos, Israel y a Gran Bretaña de fomentar los ataques, los países señalados rechazan ofendidos las acusaciones. El ex Primer Ministro de Malaysia, Mahathir Mohammad, declaró: «El mundo está invitado a creer una vez más en la mentira de que la existencia de Israel está amenazada por un Irán armado nuclearmente  [...] la pregunta ya dejó de ser si habrá o no un ataque de los Estados Unidos a Irán, sino más que nada cuando y cómo será». Las externalizaciones siguen, como las de otro ex líder tercermundista, Fidel Castro, quien públicamente en repetidas ocasiones ha hablado del temor por el riesgo de una guerra atómica en Medio Oriente, causada por los Estados Unidos e Israel.
El 23 de julio la Cámara de los Estados Unidos, bajo moción republicana, adoptó la resolución Nº 1553, que prevé sostén y apoyo para la utilización de todo medio, incluso militar, por parte de Tel Aviv, para bloquear el programa nuclear iraní.
26 de julio. La Unión Europea, siguiendo el ejemplo de los Estados Unidos, vota un paquete de sanciones adicional, respecto al ya votado por la ONU, aplicables a Irán. Europa prohíbe específicamente la exportación de instrumental para la extracción y sobre todo la refinación de petróleo y gas natural: una medida que tendría que afectar duramente a Teheran que tiene escasas capacidades en el sector. Rusia juzga tales medidas, al igual que las americanas, como “inaceptables” y por lo tanto anuncia, junto a China, que no se las deben considerar como vinculantes, ateniéndose sólo a lo deliberado en la Sede de las Naciones Unidas.
En los más de 90.000 documentos reservados publicados por la página de internet de Wikileaks, que  según las declaraciones de Obama habrían minado la seguridad nacional estadounidense, no se habla sólo de Afganistán. En algunos informes, señalados por el Wall Street Journal, se probaría una estrecha colaboración entre Irán y los talibanes y otros grupos terroristas sunitas ligados a Al-Qaeda. Específicamente se habla del rol desarrollado por Irán para facilitar una compra venta de armas entre Corea del Norte y Al-Qaeda, a través del “señor de la guerra” afgano Gulbuddin Hekmatyar. Estas noticias tienen que demostrar aún toda su credibilidad y hasta ahora no han sido retomadas por los medios de comunicación. Podrían ser redescubiertas, por así decirlo, en el momento oportuno.
El general Ray Odierno, jefe de las fuerzas americanas en Irak, resaltó una vez más (análogamente a lo declarado en ocasiones anteriores por David Petraeus) que los iraníes adiestran a las milicias chiítas iraquíes para atacar a las tropas estadounidenses.
Los comerciantes de Teherán convocaron a dos días de huelga para protestar en contra del sistema fiscal y las políticas económicas del gobierno. La agitación se extendió a otras ciudades. La clase social del bazar representa un componente fundamental del mosaico social iraní y fue determinante para la victoria de la revolución jomeinista.
4 de agosto. Misterio sobre un fallido atentado a  Ahmadinejad. Un hombre habría lanzado una granada contra el cortejo presidencial en la ciudad de Hamedan, pero la explosión habría ocurrido a cien metros del auto en el que se encontraba el presidente. Después de las primeras incertidumbres las autoridades lo desmintieron. Simplemente se habría tratado de un petardo o una bomba de pirotecnia.
Según el analista de origen iraní Bijan Zarmandili podría haberse tratado de un mensaje intimidatorio hacia el presidente, es como decir que “Irán se encuentra a cien metros del caos”. ¿Posibles mandantes? Una mano internacional a través del grupo de los Mujaheddin del pueblo, los opositores reformistas, exponentes de la vieja guardia jomeinista, contrarios a Ahmadinejad (3).
5 de agosto. El Departamento de Estado americano divulga el informe anual sobre el terrorismo Teherán es señalado como el mayor sponsor del terror internacional, amenazando la estabilidad y la economía, de toda la región de Medio Oriente.
La revista estadounidense The Atlantic, en su página de internet, anticipa las conclusiones de un estudio realizado por el periodista israelita-americano Jeffrey Goldberg y fruto de un año y medio de entrevistas realizadas a políticos, militares, a miembros del gobierno y de los principales partidos del Estado judío. Según el análisis de los resultados existiría una posibilidad superior al 50% de que Israel pueda atacar a Irán antes del verano de 2011.

Por Simone Santini - 14 de Agosto de 2010

(1) Menos rumor de una espia que llega, Il Foglio, 24 de julio de 2010
(2) Las "savant" iranien y la option militaire israélienne, Jacques Benillouche, Slate.fr
http://www.slate.fr/story/25147/iran-israel-amiri-guerre
(3) Un mensaje a los edificios del poder: "Iran está a cien metros del caos", Bijan Zarmandili, La Repubblica, 5 de agosto de 2010

Repubblica, 5 agosto 2010