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Las inundaciones han sumido al país en una de las peores crisis humanitarias de los últimos tiempos: hay más de 20 de millones de afectados, 1.600 muertos, cientos de miles de amenazados por epidemias y hambruna, y para completar el cuadro un 25% del territorio está bajo el agua.
Aunque en principio Pakistán se sentó a negociar con el FMI la refinanciación de su deuda en una reunión programada antes de las inundaciones, corresponsales de la BBC señalan que ante estas circunstancias el gobierno de Islamabad está en busca de un crédito de emergencia.
Pakistán estima que la reconstrucción del país costará unos US$15.000 millones.
Por su parte, Naciones Unidas (ONU) dijo que, aunque se ha recaudado un 70% de los US$460 millones necesarios para hacer frente a la emergencia, muchas personas aún no han recibido ayuda alguna.
El nivel más alto
La Comisión Federal contra las Inundaciones en Pakistán informó que río Indo en las afueras de Hyderabad, en la sureña provincia de Sindh, se encuentra en su nivel más alto desde hace más de 50 años.
Se espera que el nivel del Indo aumente aún más este martes.
Mientras tanto, se prevé que el primer ministro paquistaní, Yousuf Raza Gilani, presida una reunión de alto nivel en Islamabad par discutir las necesidades sanitarias del país.
Según la corresponsal de la BBC en Islamabad, Jill McGivering, existe una creciente preocupación acerca de un posible desastre de salud pública debido a las inundaciones.
El primer ministro planea reunir a médicos, funcionarios del Ministerio de Salud, representantes de la ONU y organizaciones no gubernamentales que trabajan en el área sanitaria.Crisis de salud pública
"(La reunión en el área de salud) parece un intento del gobierno por tomar la iniciativa y mejorar la coordinación de los esfuerzos en un momento de crecientes críticas sobre el manejo que le ha dado a esta crisis", comentó McGivering.
En el terreno, la ayuda médica es una necesidad urgente, añadió nuestra corresponsal.
En las zonas más afectadas, como Sindh, el personal sanitario parece abrumado por tanta necesidad.
Muchos de los que se han visto obligados a huir de sus hogares siguen sin refugio ni agua potable.
Es común ver a personas con erupciones de la piel y deshidratadas.
Según McGivering, muchos niños sufren de diarrea y de otros problemas estomacales. Asimismo, hay preocupación sobre la propagación del cólera.
Algunas personas salieron de áreas inundadas con lesiones que requieren atención.
Muchos de los desplazados tienen problemas de salud preexistentes y ahora carecen de tratamiento.
Y algunas mujeres han dado a luz en la carretera sin ningún apoyo, concluyó nuestra corresponsal.