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NUEVA YORK (The New York Times)
Esta tendencia se hizo evidente hace unos días con el anuncio de que China se convertía en la segunda mayor economía del mundo, por encima de la de Japón, que durante las últimas cuatro décadas ocupó ese lugar. En la década de 1980 se habló de que la economía de Japón algún día superaría a la de EE.UU., hasta hoy la mayor del mundo.
Sin embargo, mientras la economía de Japón ya maduró y su población envejece rápidamente, China aún está en vías de urbanización y todavía lejos del desarrollo, según los analistas, lo cual significa que tiene un estándar de vida mucho más bajo, así como mucho espacio por crecer. China tiene más o menos la misma masa territorial que Estados Unidos, pero no tiene suficientes recursos y soporta a un quinto de la población mundial. Su ingreso per cápita no se compara con el Estados Unidos, donde es de unos 46,000 dólares anuales, sino que está en el nivel de naciones pobres como Algeria, El Salvador y Albania, donde es de 3,600 dólares anuales.
No obstante, hay pocas dudas de que China ha comenzado a reconfigurar el modo en que funciona la economía global, en razón de su creciente dominio del comercio, su enorme acopio de reservas en divisas extranjeras y bonos de deuda gubernamental de EE.UU., y su voraz apetito por petróleo, carbón mineral, mineral de hierro y otros recursos naturales.
China es ya un motor importante del crecimiento mundial y ha comenzado ha ejercer cada vez mayor influencia en Asia, África y América Latina, con tratados especiales de comercio y multimillonarios tratos por recursos naturales.
“Ejercen ya una gran influencia en la economía global y se han vuelto dominantes en Asia”, señala Eswar S. Prasad, profesor de la Universidad Cornell y ex titular de la división China del FMI. “Muchas de las economías de la región crecen esencialmente montadas en la cola de China, y esto es notorio para una economía con un bajo ingreso per cápita”.
Y mientras Estados Unidos y la Unión Europea luchan por crecer luego de la peor crisis en décadas, China sigue subiendo los peldaños económicos con fuertes inversiones en infraestructura y un plan de estímulo económico interno de 586,000 millones de dólares.
Este año, aunque el crecimiento se ha moderado un poco, se pronostica que la economía de China crecerá un 10%, continuando una sobresaliente racha de 30 años con crecimientos de dos dígitos.
“Este es sólo el principio”, afirmó Wang Tao, un economista de UBS en Pekín. “China es todavía un país en desarrollo, de modo que tiene mucho espacio para crecer. Y China tiene el mayor impacto en los precios de los artículos en Rusia, India, Australia y América Latina”.
El rápido crecimiento de China sugiere que continuará en feroz competencia con Estados Unidos y Europa por recursos naturales, pero también ofrecerá grandes oportunidades a compañías multinacionales y empresas de tecnología dispuestas a entrar al mercado chino.
Aunque su economía es todavía apenas un tercio del tamaño de la de Estados Unidos, China superó el año pasado a este país y se convirtió en el mayor fabricante mundial de vehículos de pasajeros. También el año pasado pasó a Alemania para convertirse en el mayor exportador del mundo.
Resulta complejo evaluar el significado de esta mayor autoridad de China en el mundo. Aunque el país es todavía relativamente pobre en ingreso per cápita, tiene un gobierno autoritario que es capaz de tomar medidas decisivas, ya sea para estimular la economía, construir nuevos proyectos o invertir en industrias específicas.
“China ya tiene primacía en fijar el precio de virtualmente todos los artículos más importantes”, afirmó Nicholas R. Lardy, economista del Instituto Peterson para Economía Internacional, en Washington. “Y el gobierno chino puede ser mucho más contundente en la asignación de recursos que otros gobiernos con este nivel de ingreso per cápita”.
Para el año 2020 habrá grandes cambios en el orden económico mundial, en los que las economías emergentes serán más importantes. China superará a Estados Unidos en 2017 para convertiste en la mayor economía mundial, y de 2020 en adelante habrá más economías emergentes entre las 10 principales del mundo, entre ellas la de México, que este año figura en el lugar 11 y que se pronostica pasará al lugar 10 durante los próximo 10 años, según estadísticas del Fondo Monetario Internacional y de las Naciones Unidas.
El ascenso en importancia económica de los países emergentes, según el FMI, conducirá a un fortalecimiento de su influencia política global. Por ejemplo, China se convirtió desde este año en el tercer mayor accionista del Banco Mundial.
Muchas economías emergentes reanudarán alta tasa de crecimiento a partir de 2010. China registrará una tasa anual promedio de crecimiento del PIB de 9.5% de 2010 a 2020, pronostica Euromonitor International.
23/08/2010