Jueves 28 Marzo 2024

MADRID, 21 Sep. (EUROPA PRESS) –
Es hora de poner al hambre "en la parte alta de la agenda global", aseguró Sheeran durante una entrevista con el centro de noticias de la ONU mientras los líderes mundiales se reúnen en la sede de la ONU en Nueva York para debatir los progresos conseguidos para los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM).
"Sabemos lo que hacer, pero tenemos que hacerlo, y lo tenemos que hacer con fuerza. No hay nada más básico que el hambre", afirmó. Uno de los ocho ODM incluye el objetivo de reducir a la mitad, en 2015, la proporción de hambrientos que había en 1990.
Un informe conjunto entre el PAM y la Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) afirmaba la semana pasada que el número de hambrientos crónicos había caído por primera vez en 15 años, desde los 1.000 a los 925 millones.
Pero Sheeran indicó que esta mejora, aunque es bienvenida, debe tratarse con precaución. "Es una proyección para este año y, por supuesto, hemos visto recientemente unas inundaciones en Pakistán que no estaban incluidas en las proyecciones", detalló. "No es momento para relajarse", añadió.
"Estamos viendo cómo los precios de los alimentos aumentan de nuevo. Las proyecciones se basan en el incremento del crecimiento económico. Si no existe este crecimiento, y hay una catástrofe repentina o una pérdida que no habíamos previsto de los cultivos, estos números pueden cambiar", afirmó.
La directora del PAM señaló que las crisis financiera y alimentaria "han expuesto las debilidades estructurales en la batalla contra el hambre", con mucha gente en los países pobres incapacees de acceder al mercado para adquirir alimentos básicos.
"Esto es por lo que durante la crisis la denominé un 'tsunami silencioso'. Las aldeas en prácticamente todos los países de todos los continentes se vieron afectadas", aseguró.
Sheeran también señaló que el hambre ha caído desproporcionadamente entre las mujeres y los niños, y destacó que la agencia ha cambiado sus políticas y estrategias para centrarse en los menores de dos años.
"Hemos aprendido que los primeros 1.000 días de un niño, desde su concepción hasta los dos años de edad, son muy importantes. Si están malnutridos, su mente y sus cuerpos quedarán dañados", afirmó.