incluido armamento pesado y carros de combate, en 2.500 millones de dólares aproximadamente”, dijo Pátrushev al intervenir en un encuentro que reunió hoy en el balneario ruso de Sochi a portavoces de los consejos de seguridad de más de una cuarentena de países.
Según el alto funcionario ruso, en la mayoría de los casos estas armas, que proceden de zonas de conflicto armado, arsenales militares y fábricas clandestinas, se utilizan para fines criminales, en particular para actividades terroristas.
El abastecimiento de bandas armadas, grupos extremistas y terroristas, sobre todo en países con embargo de armas, involucra a funcionarios corruptos y comerciantes internacionales de armas que dan una apariencia legal a este tipo de negocios, indicó Pátrushev.