Sábado 20 Abril 2024

No hace falta entrar en detalles morbosos, que vaya que los hay, cuando se trata de describir o explicar lo hecho por un represor que ha sido atrapado en las redes de la justicia por la comisión de crímenes cometidos en los días de dictadura cívico-militar, en este caso en el Uruguay. Le tocó en turno, esta vez, al médico Américo Suzacq, quien según las informaciones que ha dado la prensa comprometida, sería extraditado de España, al Uruguay, el próximo 28 de este mes de abril, con el cometido de ser juzgado por haber sido responsable de aplicar torturas a detenidos dentro del Regimiento 6to de Caballería, entre los años 1972 y 1974.

No bien el galeno ya se encuentre en territorio uruguayo será interrogado por la jueza Penal Silvia Urioste, dándose cumplimiento a lo dispuesto por la justicia española tras acceder al pedido de extradición solicitado en tiempo y forma por el fiscal Ricardo Perciballe, especializado en Crímenes de Lesa Humanidad.

Se ha informado que el médico Suzacq vendrá desde España custodiado por el subdirector de Interpol Darwin Ferreira y el sub Comisario Luis Eduardo Denis en el vuelo 6011 de la compañía Iberia.

Historiando sobre esta persona, consignamos, que el médico uruguayo -que tiene además ciudadanía española- luego de ser detenido en Madrid, en junio del año pasado, oportunamente rechazó la entrega voluntaria a la Justicia uruguaya activándose entonces un juicio de extradición por parte de la Justicia española, el que culminó el día 11 de enero, siendo la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Justicia la que determinó -ajustado a Derecho- su traslado al Uruguay.

Respecto a la causa -por la que se materializa la citada extradición- debemos consignar que fue iniciada en 2011, relativas a unas 17 víctimas de tormentos cometidos en el Regimiento 6to de Caballería. Hay que señalar que en los tratados de extradición rige el principio de especificidad -que determina que sólo se puede juzgar a la persona extraditada por la causa en la que se definió su extradición- lo que permitiría -previa venia de la Justicia Española- juzgar al profesional por otras causas, estando entre ellas la desaparición del militante del Partido Comunista Revolucionario, Eduardo González González, quien era esposo de la hoy referente de Madres y Familiares de Detenidos Uruguayos Desaparecidos, Elena Zaffaroni.

Cabe recordar que Suzacq fue identificado plenamente por varias víctimas, estableciéndose que el médico elaboraba las fichas de los secuestrados y asesoraba a los torturadores respecto a la resistencia de las víctimas, en las instalaciones del cuartel militar.

La prensa local indicó que una de las víctimas de ese centro de torturas reconoció fehacientemente a Suzacq por tratarse de un amigo de un familiar suyo y visitaba su casa con frecuencia; a partir de ese reconocimiento los denunciantes iniciaron la búsqueda de Suzacq, a sabiendas que venía al Uruguay con la intención de pasar las fiestas de fin de año. Finalmente, en la década del 90 lograron ubicar al médico en España, tomándose conocimiento que hacía parte del centro de detención en el que estaban recluidos miembros de la Euskadi Ta Askatasuna , por lo que fue contactado por correo electrónico. El médico negó las acusaciones en su contra diciendo que en la época en que sucedieron los hechos, él era un “practicante”.

Hay un detalle a consignar, Elena Zaffaroni dijo que Suzacq tendría información sobre su esposo, quien fuera detenido el 13 de diciembre de 1974, siendo torturado precisamente en el interior del Regimiento 6to de Caballería, lugar donde fue visto por última vez con vida el día 25 de ese año.

Trascendió además que, en ese cuartel, en noviembre de 1974, fue asesinado bajo tortura Iván Morales, de 26 años, un militante del OPR 33, y Hugo de los Santos Mendoza, de 21 años, integrante del Movimiento de Liberación Nacional, Tupamaros, en setiembre de1973.

Una vez que el médico represor comparezca ante la Jueza Silvia Urioste se abrirá un nuevo capítulo para la familia de Eduardo González González, y por enésima vez, se hará justicia o al menos se podrá interpretar que con esa extradición los caminos de la impunidad imperante serán destruidos, generando esperanzas entre las numerosas familiares de víctimas y más víctimas, de que la Justicia no es un quimera, sino más bien un hecho tangible, que no por materializarse, muchas veces tardíamente, la debemos considerar reconfortante, por más que desde la vereda de enfrente, quienes apañan a los represores prófugos (algunos incluso sin identificar) siguen siendo favorecidos por una cultura de la impunidad afianzada en algunas democracias, cuyos principales referentes del sistema político y gobernantes defienden a raja tabla un postulado (que es denigrante y es una ofensa para todos quienes perdieron sus vidas en una resistencia lícita, valerosa y militante) como el siguiente: que los pedidos de Justicia, no son más que pedidos inspirados en el sentimiento de venganza.

El médico Susacq, está preso en España; y será trasladado a finales de abril en avión al Uruguay, dándosele todas las debidas garantías, y será conducido a la sede judicial ante la magistrada Urioste, protegido, sin sufrir apremios y sin ser violentado en sus derechos individuales.

Eduardo González González y otras personas no gozaron de esos derechos, sino que, en contrario, fueron literalmente masacrados, pagando con sus vidas, confrontar a la dictadura.

Estas son algunas de las incongruencias que debemos soportar, que son un atentado a la inteligencia humana, y a la vida.

Todo esto es repulsivo, muy repulsivo.

Foto: El Muerto Que Habla