Domingo 15 Junio 2025

Denostar, injuriar, denigrar y ofender, a una persona , ha sido siempre la forma más añeja y tradicional de dar respuesta mezquina a quien dice ciertas verdades, dentro de contextos de todo tenor. Un ataque por cierto artero, pero que en definitiva no hace otra cosa que visibiizar que tras bambalinas, el denostado, el ofendido no ha dicho más que la verdad, lisa y llana, sin cortapisas, y en consecuencia esa verdad deberá desprestigiada tanto o más como la persona misma a la que fueron dirigidas las ofensas. Y esto ocurrió recientemente en una audiencia de la Comisión Antimafia, en Italia, en la que los defensores de la tesis -de que la masacre a via d’ Amelio el 19 de julio d 1992 (e la que perdieron la vida, explotando por los aires el juez antimafia Paolo Borsellino y sus custodias) fue un asunto simple y pueril del que fueron protagonistas la mafia y su interés en los contratos públicos- vale decir los ex agentes del ROS (Reparto Operativo Especial del Arma de Carabineros) Mario Mori y Giuseppe de Donno, que además de recitar morbosa y obscenamente una reconstrucción de la investigación sobre la mafia y las licitaciones públicas destinada expresamente a enlodar a los magistrados que trabajaron en la Fiscalía de Palermo, arrojaron dardos sobre Antimafia Duemila en la persona de nuestro director Giorgio Bongiovanni, y la presidenta de la Comisión, Chiara Colosimo prosiguió con esa faena, arrojando más golpes sobre Bongiovanni, con el plus de una sonrisa irónica seguida de calificativos y epítetos, obviamente desprestigiantes.

Giuseppe de Donno para derrumbar los más que sólidos argumentos que ha manejado siempre Antimafia Duemila y su fundador y director Bongiovanni, a la hora de confrontar sin pelos en la lengua a la mafia, aludiendo a todo su accionar desde el antes y el después de las masacres de vía D Amelio y via Capaci, a los días que corren, no hizo otra cosa que apelar a las bajezas más indecibles, sobre las creencias de fe de Bongiovanni, con el solo afán de neutralizar a un medio de comunicación de la linea antimafia que , primero, a lo largo de 25 años es un archiconocido e histórico emblema mediático de la denuncia contra la mafia en Italia y Sudamérica, y segundo, que hoy es referente sin par de esa lucha, y por si fuera poco, codo a codo con figuras -no menos históricas- del pool antimafia de Palermo e Italia, magistrados y fiscales tales como Nino Di Matteo, Giuseppe Lombardo, Luca Tascarolli, Sebastián Ardita, Nicola Grateri, por nombrar algunos y figuras trascedentales que caminan en esa misma línea como Salvatore Borsellino, Roberto Scarpinato, Saverio Lodato, Sigfrido Ranucci, Don Ciotti, y la lista es extensa, como extenso es el raport que tienen todos ellos para con la persona Bongiovanni o para con los redactores que le secundamos, y me incluyo por deber ético, por amistad a él y porque como veterano periodista de crónica judicial y policial en Uruguay por 30 años, y como director de Antimafia Dos Mil sudamérica, entiendo y afirmo que Bongiovanni, en ese contexto, es uno de los periodistas más capaces (si no, el único) que entiende -e informa objetivamente- el fenómeno mafioso dentro y fuera de la bota italiana.

Sorprendentemente -y contradiciéndose, de hecho- Giuseppe de Donno admitió públicamente en la audiencia, que la revista AntimafiaDuemila goza de amplia consideración entre el ámbito de los magistrados, pero al instante él mismo se encargó de denostar a Bongiovanni subrayando su experiencia como hombre de fé, y en particular como estigmatizado desde setiembre de 1989, lo que se constituyó como pié para que la presidenta Colosimo, desatara una tormenta de vocablos contra la experiencia de fé de Bongiovanni; y sus vocablos no pretendieron otra cosa que desacreditar toda la voluminosa credibidlidad de la revista como medio de comunicación, porque de hecho, se trata de una revista única en la materia, por la ética que sugieren todos y cada uno de los árticulos que se publican hace más de dos décadas, y que la definen como un medio creíble , sensato, coherente , y como decimos en nuestra profesión, un referente veraz absolutamente dentro de una temática que por cierto en Italia no es común ver. Y no por casualidad, recientemente, Giorgio Bongiovanni afirmó al periodista Andrea BIanchi Sugarelli de la Gazzetta di Siena que “la mafia está en toda Italia pero los periódicos hablan de ella superficialmente”, en ocasión del último evento de la revista Páginas de la Legalidad de Siena.ata2

Denostar a Giorgio Bogiovanni en esa audiencia de la Comisión Antimafia fue en realidad un elogio, proviniendo el golpe de un personaje como de Donno, y dentro de un contexto institucional donde la sonrisa socarrona y burlona de la presidenta Colosimo, calificativos de por medio, no hicieron más que darle a ella una total falta de credibiidad profesional, definiéndola además -públicamente- como irrespetuosa no solo con Bongiovanni, sino con la investidura suya, lo que es más grave aún.

El paso siguiente referido a la audiencia en sí misma tuvo la relevancia propia de un evento en su prmera fase -hay previstas otras audiencias para más adelante, donde de Donno y Mori deberán dar respuestas- en el que en todo lo tratado en relación a la masacre de vía d’ Amelio, los dichos y las posiciones de Mario Mori y de Donno, no tuvieron consistencia, y lo erróneo de sus afirmaciones fue el sello de la velada, como no podía ser de otra manera, porque estos personajes (que no son figuras novelles en el contexto investigativo de las masacres del 92) estuvieron y siguen estando bajo la lupa de la justicia y la fiscalía, puntualmente sobre los hechos graves ocurridos en Palermo por aquellos años y por estos años, dado que el entramado mafioso de Cosa Nostra,la ‘Ndrangheta, masonería , servicios secretos y oficiales desviados (como de Donno y Mori) está todavía sobre el tapete público, porque la mafia está en Italia, y no es una presencia metafórica, ni una ilusión. Solo ocurre que desde determinadas filas se procura, además de desprestigiar inmoralmente a quienes hoy hacen parte de una Antimafia honesta desde diferentes frentes, subestimar a la mafia, encubrirla, y por si fuera poco restarle vigencia, porque ese mal está sólidamente enquistado en los sitiales institucionales más inimaginables y desde hace bastantes años. Y eso no es una tema de creencia o de fé , es un hecho científico.

Entonces ¿En qué entran los desprestigios de Donno y de Colosimo? Seguramente, solo porque hay que desprestigiar, así groseramente, y burdamente, porque es la única forma de destruir la verdad sobre la mafia.

Entonces, no ha sido un ataque, ha sido una contudente señal de que la lucha diaria de Antimafia Duemila y de Giorgio Bongiovanni es más que sensata, más que coherente y más que creible.

Gracias por la sonrisa Colosimo; que fue un boomerang.

*Fotos de Antimafia Duemila