¿El regreso de Almasri? "Hemos asegurado un verdugo. Es él quien hace el trabajo sucio, lo hemos asegurado porque tiene que gestionar las salidas. Eso es lo que tiene que hacer. Tenemos a nuestro verdugo en suelo libio. Lo habíamos detenido, pero lo liberamos porque tiene que trabajar para nosotros". Las palabras del abogado Luigi Li Gotti, ex subsecretario de Justicia del gobierno Prodi de 2006 a 2008, autor de una denuncia ante el Ministerio Público de Roma contra la presidenta del Consejo, Giorgia Meloni, los ministros del Interior y de Justicia, Matteo Piantedosi y Carlo Nordio y del subsecretario de la Presidencia del Consejo, Alfredo Mantovano, titular de la delegación de los servicios secretos, sobre la liberación de Osama Almasri, son tan duras como amargas.
Los delitos que pide investigar son complicidad personal y malversación de fondos. "Lo denuncié por una cuestión de dignidad. Porque como ciudadano no soporto las mentiras de las autoridades estatales, los subterfugios. Y me molesta pensar que sabemos por qué el general libio fue enviado a Libia: para gestionar los centros de detención con violencia, tortura y asesinato. Sabemos lo que hará".
"Se dictó una orden de expulsión por su 'peligrosidad' -insiste Li Gotti- Por lo tanto, se conocía el expediente de la Corte Penal Internacional. De lo contrario, ¿sobre qué base se dictó la orden de expulsión? Y si el ministro Piantedosi la evaluó significa que el gobierno también la conocía. Y luego está la presidencia del Consejo que, mientras hay un tema pendiente, autoriza un vuelo de Estado, con la salida del avión Falcon de los Servicios de Seguridad. En mi opinión estaba todo previsto. Y estábamos esperando el decisión de la Corte de Apelaciones, que a su vez intervino porque el ministro no respondió a las solicitudes. En casos como éste -añade- el Gobierno también puede imponer el secreto de Estado. ¿Por qué mentir, entonces? Podría haber dicho que no se puede hablar de este hecho, pero no mentir. No se pueden decir cosas que no son ciertas".
*Foto de Portada: Luigi Li Gotti © Paolo Bassani