El testimonio del director Bongiovanni en el libro escrito por Alessandro Averna Chinnici y Riccardo Tessarini
Palermo como Beirut. Así titulaban los periódicos el atentado del 29 de julio de 1983 en la calle Federico Pipitone.
Un terrible atentado que volvió a poner de moda la llamada estrategia del terrorismo mafioso ya vista en 1963 cuando, en un pueblo agrícola de Ciaculli, se hizo saltar por los aires un Alfa Romeo Giulietta matando a cuatro hombres del Arma de Carabineros, dos del Ejército italiano y un suboficial del Cuerpo de Guardias de la P.S. (actual Policía de Estado).
Las masacres mafiosas contra magistrados, con uso de explosivos (que volverían en 1992 y 1993), comenzaron precisamente con el ataque al juez de instrucción Rocco Chinnici.
Junto a él perdieron la vida los dos agentes de su custodia, Mario Trapassi y Salvatore Bartolotta, y el portero del edificio, Stefano Li Sacchi. Sólo sobrevivió gravemente herido el conductor, Giovanni Paparcuri, que luego se convirtió en un estrecho colaborador de Giovanni Falcone y Paolo Borsellino.
Fueron los años en los que hombres como Boris Giuliano, Cesare Terranova, Gaetano Costa, Calogero Zucchetto, Pio La Torre, Piersanti Mattarella, Emanuele Basile, Carlo Alberto dalla Chiesa y otros intentaron derribar el sistema que hasta entonces había vivido en plácida coexistencia con el crimen organizado.
¿Pero quién era Rocco Chinnici? ¿Por qué lo mataron? ¿Qué queda de su gran obra? ¿Qué ejemplo moral nos dejó?
Se sabe que fue el inventor del pool antimafia y el promotor de un método de investigación basado en la colaboración entre investigadores y en la especialización de los magistrados.
Pero hay mucho más. Porque Chinnici entendió la importancia de rastrear los activos ilícitos de los llamados criminales de "cuello blanco", abriendo un camino que transformaría para siempre la lucha contra el crimen organizado.
Con motivo del centenario de su nacimiento, a partir del 15 de enero estará disponible en las librerías una obra que narra su vida, sus ideales y su legado humano y profesional: La Italia de Rocco Chinnici: historia de un juez revolucionario y gentil, escrita por su nieto Alessandro Averna Chinnici y por Riccardo Tessarini y publicado por Ediciones Minerva.
La publicación no es sólo un homenaje a la memoria de un hombre extraordinario, sino también el retrato de una parte de Italia que lucha y resiste contra la ilegalidad y que de alguna manera se ha inspirado y motivado en el coraje del magistrado.
El lienzo está "pintado" por los relatos de familiares, magistrados colegas, periodistas, representantes de las instituciones y exponentes de la sociedad civil.
Entre ellos se encuentra nuestro director, Giorgio Bongiovanni, quien, hablando con el nieto del magistrado, hoy oficial de Carabineros, destaca las verdades reconocidas hasta ahora en los procesos, pero también el riesgo de que se abra un nuevo camino de deslegitimación hacia aquellos magistrados que dedicaron su vida a alcanzar esas verdades.
A continuación reproducimos algunos extractos del diálogo.
"Aunque los órganos de investigación han llevado a cabo con éxito numerosas operaciones (por ejemplo, la reciente captura de Matteo Messina Denaro), todavía hoy existe un nivel de la mafia que no ha decaído en absoluto, y mucho menos muerto -explica Bongiovanni- te lo digo con las palabras de tu abuelo: está la mafia que dispara; está la mafia que trafica drogas y blanquea dinero sucio; y luego está la mafia de las altas finanzas vinculada al poder político". Y luego agrega: "Estamos trabajando para llegar a los centros de poder más elevados, lo cual significa que hubo y hay figuras ocultas que actúan en las sombras y fortalecen a la organización criminal".
Elementos que se pueden deducir también de la histórica sentencia del año 2000, pronunciada por el Tribunal Penal de Caltanissetta presidido por Ottavio Sferlazza y Giovambattista Tona, juez a latere. "La Corte -recuerda nuestro director- condenó a cadena perpetua a los autores materiales e intelectuales, entre ellos Salvatore Riina, Bernardo Provenzano y Antonino Madonia. La sentencia fue confirmada por Casación tres años después, con excepción de Matteo Motisi y Giuseppe Farinella, quienes fueron absueltos en segunda instancia. En el juicio de primera instancia la acusación estuvo representada por los magistrados Antonino Di Matteo y Anna Maria Palma, quienes apoyaron la teoría del asesinato de tu abuelo por voluntad de los primos Ignazio y Nino Salvo -ambos fallecidos- y ordenado por la cúpula de Cosa Nostra por las investigaciones que estaba llevando a cabo sobre los vínculos entre la mafia y los santuarios político-económicos". Y luego también: "Di Matteo escribió en el 2015 en su libro titulado Collusi que: 'Las palabras de Brusca y los numerosos hallazgos que surgieron en el proceso no dejan lugar a interpretaciones: esta vez Cosa Nostra había actuado según las indicaciones de otros. El disparo de salida lo dio un verdadero grupo de poder, una estructura económico-política, integrada por individuos cuya autoridad criminal derivaba de su inclusión en un circuito externo a la organización mafiosa. Y que pocos días después de la masacre de la calle Federico Pipitone, exactamente el 4 de agosto, Paolo Borsellino, en ese entonces juez de instrucción, señaló a los dos primos a los magistrados nissenos, logrando hablar también con el fiscal Sebastiano Patané, a cargo en ese momento de las investigaciones de la masacre. Borsellino hizo un análisis exhaustivo e informó que tu abuelo los estaba investigando en secreto. Dijo que 'Chinnici estaba convencido de que los Salvo también estaban involucrados en las actividades de la mafia a un alto nivel'".
Bongiovanni, repasando las declaraciones de Borsellino, destaca que Chinnici estaba convencido de que asesinatos como los de Mattarella, La Torre y el prefecto Carlo Alberto dalla Chiesa estaban de alguna manera conectados.
Volviendo a la sentencia de Chinnici, según Bongiovanni la de primera instancia es sin duda "una sentencia decisiva que demostró que Cosa Nostra a menudo no actuaba sólo por orden de Riina o de la 'cúpula', sino también por petición de otros centros de poder. Esto demuestra que en ciertas masacres han existido -y existen todavía- autores intelectuales externos.
Todos estos "son detalles que a menudo no se recuerdan o que rara vez son abordados por esa dirección estratégica de 'profesionales de la conspiración y del silencio', que tienden a centrarse en el ala militar de Cosa Nostra".
Según Bongiovanni, más allá de las responsabilidades mafiosas, "es concebible que detrás de los primos Salvo hubiera otros poderes, como la masonería desviada. Pero lo que importa es que el proceso Chinnici, desde el punto de vista técnico, es completo, y que las condenas -recordémoslo- jamás fueron cuestionadas por nadie. Sentencias que reconstruyen aquellos dramáticos años de plomo, traición y ambigüedad, fuera y dentro de un Palacio de Justicia contaminado por venenos".
El diálogo con el nieto de Chinnici recuerda también el contenido del diario del juez, para luego concluir con una reflexión sobre lo que se puede hacer hoy, cuarenta años después de la masacre. "Podemos hacer mucho -dice Bongiovanni- ante todo, no olvidar. El trabajo que ha llevado a estas importantes verdades debe ser recordado, incluso cuarenta años después de la masacre, porque quienes la llevaron a cabo son todavía hoy objeto de un goteo constante de deslegitimaciones y acusaciones falsas y vergonzosas, como las de arribista o de haber tenido algún papel en el caso Scarantino (el falso informante que se acusó de robar el coche utilizado para matar a Borsellino). Di Matteo ha sido atacado muchas veces y hemos demostrado en repetidas ocasiones que no tenía nada que ver con el desvío de las investigaciones de la masacre de la calle D'Amelio. Sin olvidar su valor, demostrado por decenas y decenas de investigaciones y procesos antimafia".
Cuando se le pregunta por qué lo persiguen, su respuesta es clara y contundente: "Porque 'mentes refinadísimas' no quieren que continúe con este tipo de investigaciones que están revelando la verdad sobre masacres, sistemas criminales y tratativas Estado-mafia. Porque 'está yendo muy lejos', como dijo el colaborador de justicia Vito Galatolo, encargado a finales del 2012 por Matteo Messina Denaro (en una carta) de eliminarlo por cuenta de 'amigos romanos' y como han confirmado las escuchas telefónicas del 'jefe de jefes', Totò Riina, que en 2013, desde la cárcel, ordenó que lo hicieran 'acabar como un atún' con doscientos kilos de TNT. Por desgracia, todavía hay quienes creen que la mafia ha sido derrotada. No es así. No cometamos nosotros el mismo error. El sacrificio y las ideas de Chinnici hablan por sí solos".
*Foto de Portada: © Davide de Bari
*Foto 2: Giovanni Falcone y Rocco Chinnici © Franco Zecchin
*Foto 3:La masacre del 29 de julio de 1983 en la calle Federico Pipitone © Franco Zecchin