Lunes 20 Enero 2025

Don Maurizio Frankforte, quien fuera el párroco de Brancaccio durante dieciséis años, falleció en Nochebuena tras una larga enfermedad. Nacido en Palermo el 7 de marzo de 1962 y ordenado sacerdote el 25 de mayo del 2002, fue un punto de referencia para la comunidad de San Gaetano, siguiendo los pasos del beato Pino Puglisi, asesinado por la mafia en 1993.

Don Maurizio deja un legado de fe y compromiso, habiendo encarnado una vocación ejemplar y poniendo la vida al servicio de la Iglesia de Palermo y del barrio Brancaccio. Su Iglesia, que a lo largo de los años se ha convertido en una verdadera casa para muchos, acogió inmediatamente un flujo continuo de personas para rendir homenaje al sacerdote. Adolescentes, jóvenes y adultos, llegados de todos los rincones del barrio e incluso de fuera, se reunieron en oración y recuerdo.

Entre los presentes estaba el arzobispo Corrado Lorefice, visiblemente emocionado, definió la Navidad de Don Maurizio como un momento de esperanza y de continuidad de su mensaje: "Nuestro corazón está destrozado, pero está sereno porque Don Maurizio ha hecho realidad el mensaje del mártir y beato Pino Puglisi: si abrimos nuestro corazón a Dios, podemos contribuir a la creación de una ciudad humana redimida del mal y de la mafia". Don Maurizio se destacó por su estilo directo y la determinación con la que afrontaba las dificultades del barrio.

El pasado mes de septiembre, durante la visita de la Comisión Parlamentaria a la periferia, expresó su intolerancia hacia los "paseos de pasarelas", subrayando la necesidad de acciones concretas para la redención de Brancaccio. En particular, luchó por la reurbanización de una zona confiscada a la mafia en via Fichidindia, soñando con la creación de una nueva parroquia con espacios para niños, talleres y lugares de encuentro. Su último proyecto, un gran mural realizado en colaboración con la Fundación Missio, fue concebido como un homenaje a los protagonistas de la liberación del barrio: desde Beato Puglisi a Biagio Conte, pasando por las víctimas inocentes de la mafia y los niños del barrio, símbolos de un futuro de esperanza.

Este mural, inspirado en obras como "El Cuarto Poder" de Pellizza da Volpedo y la historia bíblica del Éxodo, representó el primer paso hacia la realización de un sueño más grande para la comunidad. Ahora ese mural también recordará por siempre a Don Maurizio, un monumento vivo del compromiso popular y de su propio compromiso con el barrio y contra el crimen organizado, llevado adelante junto a muchos familiares de víctimas inocentes de la mafia, como la familia Agostino con la que tenía un fuerte vínculo. En particular, Vincenzo Agostino y Augusta Schiera, padres del agente Nino Agostino asesinado junto con su joven esposa Ida Castelluccio (embarazada) en Villagrazia di Carini el 5 de agosto de 1989 por Cosa Nostra y sus socios ocultos.

Foto de Portada: © Paolo Bassani