Lunes 20 Enero 2025

Cara a cara con... Giuliano Turone

Italia es un país que a lo largo de su historia, a través de masacres, crímenes y desvíos de las investigaciones, ha tenido una soberanía limitada, amputada y mutilada. Esto es lo que se desprende claramente de la lectura del libro Crímenes Inconfesables. Los veinte años del anti-Estado que quiso y encubrió las masacres (1973-1993), publicado por Fuoriscena y escrito por el magistrado, hoy jubilado, Giuliano Turone.

Él es el protagonista de este nuevo episodio de "Cara a cara con ...".

Autor de investigaciones muy importantes como las que llevaron a la detención del entonces jefe de Cosa Nostra, Luciano Liggio, las realizadas sobre el intermediario Michele Sindona o sobre el asesinato de Giorgio Ambrosoli; junto con su colega Gherardo Colombo, en marzo de 1981, descubrió la lista de casi mil miembros de la logia P2 durante el registro domiciliario de todos los datos de contacto conocidos del venerable maestro Licio Gelli. Listas que se encontraron en Castiglion Fibocchi, provincia de Arezzo.

"La estrategia de tensión -dice Turone- nos ha llevado a una soberanía mutilada porque se quería impedir la alternancia de poder entre mayoría y oposición que es la sal de todas las democracias". El libro intenta dar una clave de lectura para comprender una serie de hechos, explicando de forma sencilla lo que ocurrió en el país a partir del intento de atentado contra Enrico Berlinguer, pasando por el secuestro y muerte de Aldo Moro, el papel de la logia P2, de la subversión negra y las mafias.

Según Turone, tampoco podemos olvidar "las desviaciones y las noticias falsas de aquellos círculos que no querían que saliera a la luz la verdad sobre las masacres. Y las masacres fueron el principal instrumento de la estrategia de tensión, con el cual se mató a muchas personas inocentes, desde 1969 en adelante, quienes incluso después de la caída del Muro de Berlín tuvieron una nueva y extravagante estrategia de tensión que condujo a los ataques de 1992 y 1993. En general, hay una maraña de elementos que hizo posible esta historia sangrienta de nuestro país que condujo al robo de soberanía del que estamos hablando".

El exmagistrado también habla de la intervención de la CIA, en los días posteriores al allanamiento en Castiglion Fibocchi, que incautó en Montevideo varios documentos pertenecientes a Gelli. Y entre ellos también había una lista con otros 1.600 nombres de miembros del P2, que siempre permaneció en el anonimato.

Turone subraya en el libro, que los invitamos a leer, que en las masacres mafiosas "hay buenas razones para creer que Cosa Nostra no actuó sola, sino con la complicidad de otros entornos. Más precisamente, se puede suponer que la renovada Cosa Nostra de Totò Riina y Pippo Calò actuó en 1992 con la colaboración de un sistema de la P2 decididamente revitalizado. De hecho, se puede suponer que existió la contribución de algunos de los piduistas invisibles de Montevideo, de los que no sabemos nada -pero que existían y existen- así como la contribución que se deriva de la relación cada vez más sólida entre el propio sistema de la P2 y esa peligrosa derecha subversiva ampliamente desenmascarada en los dos recientes procesos de Bolonia por la masacre del 2 de agosto, a saber, los procesos Cavallini y Bellini".

*La columna "CARA A CARA CON..."

*Foto de Portada: Antimafia Duemila