Viernes 6 Diciembre 2024
De Colombia a Europa: la investigación de Escolhas sobre metales preciosos ilegales que terminan en el mercado europeo

Es altamente líquido, es decir, fácil de convertir en efectivo, muy demandado en el mercado y fácilmente transferible, lo que permite moverlo y venderlo rápidamente y en grandes cantidades. Hablamos del oro, un metal precioso que siempre ha sido considerado uno de los principales activos refugio. Al parecer, en los últimos años también lo ha sido para muchas organizaciones criminales involucradas en el narcotráfico. Podría parecer una combinación irreconciliable la del tráfico de oro y el tráfico de drogas. Sin embargo, las organizaciones criminales, en particular la 'Ndrangheta brasileña, colombiana y calabresa, han sabido encontrar en esta combinación un punto fuerte para sus negocios ilícitos. Pero, ¿qué ha llevado al oro al centro de atención de los cárteles de la droga sudamericanos y del crimen organizado de Calabria en los últimos años? En primer lugar, el oro, a diferencia de las drogas, es perfectamente legal, lo que hace fácil integrarlo al sistema financiero global. Además, se puede intercambiar y transferir mediante transacciones internacionales sin despertar sospechas. Otro aspecto significativo, que evidentemente han considerado las organizaciones criminales, es que el mercado del oro se basa en gran medida en el uso de efectivo, una ventaja notable para incentivar el lavado de dinero, incluido el proveniente del narcotráfico. El mecanismo es sencillo y funciona así: el producto de la venta de drogas se reinvierte en la compra de oro. Posteriormente, el oro se vende en los mercados internacionales, provocando que se "pierda la pista" del origen ilícito del dinero. En la práctica, el dinero sucio se "limpia" mediante el paso entre un activo legal valioso y otro.

El oro y la minería ilegal en Colombia

Por si fuera poco, lo que hace que el oro sea una inversión especialmente atractiva para el crimen organizado, además de su eficacia como medio para blanquear grandes sumas de dinero, es también su constante y considerable aumento de valor en el mercado. La cuestión fue discutida en un reportaje de "Radio 24", del periodista Mario Magarò, y llamó la atención del GFI (Global Financial Integrity), la organización con sede en Washington que se ocupa de controlar los flujos financieros ilícitos a nivel mundial. Según la organización estadounidense, la minería ilegal de oro parece haberse convertido en una de las actividades criminales más rentables para las organizaciones en Colombia, que la explotan tanto para financiar diversas actividades ilícitas como para la trata de personas. Un fenómeno preocupante, que se ha desarrollado considerablemente en los últimos años, al punto de causar enorme preocupación entre las autoridades colombianas, tanto por las graves implicaciones ambientales como sociales. Con el aumento del valor del oro a nivel global, especialmente durante la pandemia de COVID-19, muchas bandas criminales han comenzado a centrarse en este recurso, considerándolo casi una "nueva cocaína" por el nivel de ganancias que permite obtener. Evidentemente, como ocurre con muchas otras prácticas ilícitas a gran escala, la minería ilegal de oro también ha provocado una serie de efectos negativos, que se traducen sobre todo en corrupción y contaminación de las zonas afectadas por la extracción. Las organizaciones criminales, además de extraer oro ilegalmente, sobornan a funcionarios, se apoderan de minas legales y blanquean ganancias ilícitas mediante numerosas actividades encubiertas. Los casos que confirman esta tendencia no son pocos, aunque uno en particular parece describir muy claramente las dinámicas criminales y corruptas que se esconden detrás de esta realidad, gestionada por verdaderos cárteles. Uno de ellos es el caso Gutiérrez, la investigación que en 2019 reveló que una de las empresas comercializadoras de oro más importantes de Medellín, en el occidente de Colombia, lavó enormes sumas de dinero a través de una red de empresas fantasma. Entre 2006 y 2016 se ocultaron alrededor de 2,4 billones de pesos (más de 100 mil millones de euros) a las autoridades financieras, blanqueando el dinero a través de empresas fachada y proveedores completamente inexistentes. Los daños causados por la extracción ilegal no son sólo económicos: esta actividad también está destruyendo el medio ambiente, especialmente en las zonas del Amazonas y el Chocó. La contaminación por mercurio, utilizado para extraer oro, daña ríos y bosques, amenazando la salud de las comunidades locales. Se estima -como anunció Global Financial Integrity- que las operaciones mineras ilegales en Colombia afectan más de 500 hectáreas de bosque por día, especialmente en los departamentos de Amazonía y Chocó. En el 2020, se estimó que aproximadamente el 69% de la producción de oro del país provino de la minería ilegal. En 2022, la proporción habría aumentado al 85%; de este porcentaje, el 66% tiene lugar en parques naturales y reservas forestales.

Sospechas sobre el origen del oro importado en Europa

Un estudio realizado por el instituto de investigación brasileño Escolhas analizó datos gubernamentales para rastrear el origen del oro exportado desde Brasil y descubrió que la cantidad exportada a Alemania y el 71% de la destinada a Italia provienen de regiones brasileñas donde la extracción de oro ocurre bajo circunstancias, poco claras, si no completamente ilegales. El oro en cuestión, extraído principalmente en las zonas del Amazonas, donde está muy extendida la práctica del "garimpo" (extracción ilegal de oro), también llega a Europa. Reuters explicó que, en 2023, Alemania importó 1,3 toneladas de oro brasileño, íntegramente del estado de Amazonas, donde la minería ilegal es particularmente intensa. Según los datos examinados, Italia también importó una cantidad importante de oro brasileño, equivalente a 356 kg, de los cuales la mayor parte (254 kg) procedía de los estados de Pará y Sao Paulo. Vale la pena señalar que el estado de Sao Paulo no produce oro, pero representa un importante centro de ventas para este tipo de metal, aunque su origen legal no está claro. Volviendo al viejo continente, la Unión Europea cuenta con regulaciones bastante rigurosas diseñadas para combatir la importación de minerales de fuentes ilícitas o dudosas. Sin embargo, los procesos de verificación aún presentan muchas lagunas. Según Larissa Rodrigues, directora de investigación del Instituto Escolhas, las empresas europeas que compran oro no pueden saber realmente de dónde procede ni quién lo vendió inicialmente. Por este motivo no podemos hablar de una verdadera política de compra responsable. Según el análisis realizado por Rodrigues, aproximadamente el 94% del oro brasileño exportado a Alemania e Italia tiene un origen dudoso, resultado de una compleja cadena de intermediarios que hace difícil, si no imposible, rastrear su origen. De hecho, el instituto de investigación brasileño destacó que más de la mitad de las 68 toneladas de oro exportadas desde Brasil el año pasado ni siquiera tenían un origen seguro y rastreable. Entre los principales compradores de oro brasileño, además de Alemania e Italia, también se encuentra Canadá, que se abastece de minas autorizadas y reguladas. El Reino Unido, otro importante importador, también parece recibir oro de origen mayoritariamente legal. Sin embargo, Suiza, el segundo mayor importador de oro brasileño, también compra oro de minas ilegales, que a menudo acaba en el mercado europeo. De hecho, alrededor del 70% del oro importado en la Unión Europea proviene de Suiza, lo que plantea un riesgo adicional de importar oro de origen dudoso.

Consultando el sitio web de la Unión Europea, se supo que, en septiembre del 2024, la Comisión Europea publicó un informe relativo al reglamento de 2017, con el que la Unión estableció obligaciones relativas al suministro de estaño, tantalio, tungsteno, oro y otros materiales similares que provienen de zonas de conflicto, o en alto riesgo debido a la presencia del crimen organizado. De hecho, el informe de la Comisión Europea parece confirmar los temores de la directora del Instituto Escolhas, Larissa Rodrigues. De hecho, en el informe surgió la necesidad de optimizar las distintas herramientas disponibles, como la lista de fundiciones consideradas "responsables" y la EPRM (Asociación Europea para los Minerales Responsables), una iniciativa lanzada en el 2016 por la Unión Europea para promover la abastecimiento responsable de minerales de zonas afectadas por conflictos o de alto riesgo. Además, el informe también recomienda reforzar el compromiso de la UE en los países productores para promover prácticas mineras responsables, garantizando que los recursos minerales no financien conflictos, violaciones de derechos humanos o intereses ilícitos vinculados a las actividades de cárteles sudamericanos o mafias europeas, como la 'Ndrangheta, que encontró nuevas oportunidades para el blanqueo de dinero en oro.

*Foto de Portada: Antimafia Duemila