Jueves 5 Diciembre 2024

Publicamos el discurso íntegro del subdirector de ANTIMAFIADuemila en la presentación del último libro de Saverio Lodato en Roma

Quiero comenzar agradeciendo a los oradores por estar aquí. Agradezco especialmente al Dr. Nino Di Matteo y al senador Roberto Scarpinato. Y aquí abro un inciso: los recientes ataques contra el senador Scarpinato y el honorable de Raho, en relación con la Comisión Parlamentaria Antimafia, hablan por sí solos y califican la catadura inmoral de quienes los perpetúan. Los ataques sutiles, que también se produjeron contra el doctor Di Matteo, eran aún más peligrosos debido a su naturaleza sigilosa.

Les agradezco porque Di Matteo y Scarpinato fueron más allá de sí mismos en la búsqueda de la verdad. Y este "ir más allá de uno mismo" es un hilo que une a los ponentes de esta tarde, porque cada uno, en su propio campo, ha sabido superarse a sí mismo: más allá de la ira, más allá del dolor, más allá de la frustración por una verdad negada, en un país donde, con demasiada frecuencia, por una suerte de "razón de Estado", los instigadores externos de las masacres permanecen impunes.

Y donde quienes siguen buscando esa verdad saben bien cuál es el precio a pagar: el aislamiento, la deslegitimación, hasta el riesgo concreto de morir a manos de un poder que forma parte de ese gran juego que Giovanni Falcone había identificado como "Estado paralelo".cincuentademafia22

El mismo autor de este espléndido libro que presentamos esta noche (Cincuenta años de la mafia, ndr), que sigue siendo un punto de referencia para cualquiera que pretenda comprender el fenómeno mafioso, ha sabido ir más allá de sí mismo. Desafió la censura del llamado mainstream, manteniéndose fiel al compromiso con un periodismo libre y ético, capaz de contar las cosas tal como son, sin mirar a nadie a la cara. Éste es el enfoque ético del periodismo que, como decía Pippo Fava, representa la fuerza esencial de la sociedad. Y aquí estamos todos en entredicho: la llamada sociedad civil, cada ciudadano, con nuestras elecciones y con nuestro voto.

También nosotros estamos llamados a ir más allá de nosotros mismos, más allá de nuestros miedos y de nuestros límites, simplemente cumpliendo con nuestro deber, porque somos testigos de este tiempo. Un tiempo en el que el silencio de la gente honesta pesa aún más y se vuelve aún más dañino. Un tiempo en el que la desobediencia civil contra toda medida liberticida y clasista, que atente contra nuestra Constitución, se vuelve fundamental. Y por tanto, debemos ir más allá de nosotros mismos, más allá de nuestras "zonas de confort", siguiendo el ejemplo de mujeres y hombres que lo hicieron antes que nosotros.

Pienso en las familias de las víctimas de la mafia, en una madre valiente como Angelina Manca, y en muchas otras personas corrientes alejadas de los focos. Pienso también en un verdadero servidor del Estado que pagó un precio muy alto por haberse atrevido a denunciar esa "zona gris" del Estado, sobre la que recaían pesadas responsabilidades durante los dos años de masacres del bienio 1992-1993. Se trata del general de Carabineros, hoy retirado, Michele Riccio, que explicó en un libro, escrito junto con Anna Vinci y que se publicará dentro de unos días, el proyecto oculto de asalto a la República mediante la llamada "estrategia paralela".

También Michele Riccio fue más allá de sí mismo y pagó un precio sobrehumano por atreverse a señalar esa zona gris. Así que gracias a todos aquellos que, más allá de sí mismos, nos han mostrado el camino a seguir para seguir haciendo nuestra parte, para dar sentido a nuestras vidas, para dar esperanza a las nuevas generaciones. Como los jóvenes que se manifiestan contra el genocidio que se está produciendo en Gaza por orden del primer ministro israelí Benjamín Netanyahu, apoyado también por nuestro Gobierno; o los jóvenes que protestan para salvar al planeta del cambio climático, que nos lleva a la autodestrucción.

También por ellos vale la pena seguir luchando, yendo más allá de nosotros mismos. Gracias.

*Foto de Portada y restantes: Antimafia Duemila