Sábado 14 Diciembre 2024

Fabio Repici: "La agenda roja no fue robada por manos mafiosas, sino por manos de representantes del Estado"

Han pasado treinta y dos años desde la masacre de Via d'Amelio, en la que perdió la vida el juez Paolo Borsellino, junto con los cinco agentes de su escolta: Agostino Catalano, Vincenzo Li Muli, Walter Eddie Cosina, Emanuela Loi y Claudio Traina. Una masacre anunciada, que se produjo apenas cincuenta y siete días después de la de Capaci, cuando la autopista A29, que une Palermo con Mazara del Vallo, fue destruida con aproximadamente 500 kilos de TNT para detener al juez enemigo de la mafia, Giovanni Falcone. Junto al juez Falcone, también perdieron la vida su esposa Francesca Morvillo y tres agentes de su custodia: Vito Schifani, Rocco Dicillo y Antonio Montinaro. Treinta y dos años después, aquel 19 de julio de 1992 permanece como un recuerdo imborrable, grabado en la mente de quienes vivieron aquellos momentos difíciles, especialmente los que estaban unidos por lazos de sangre con el juez Borsellino. Entre ellos se encuentra Salvatore Borsellino, hermano del juez, que ha definido repetidamente a la masacre de via d'Amelio como una "masacre de Estado". Recientemente, Salvatore Borsellino, impulsor del Movimiento Agendas Rojas, habló de esos 57 días en el documental Paolo Borsellino y el misterio de la agenda roja, realizado por el video periodista Antonio Nasso para el grupo GEDI, con palabras cargadas de dolor y melancolía, pero también con la esperanza de que un día la verdad escondida detrás de la masacre de via d'Amelio finalmente salga a la luz, dejando al descubierto los secretos inconfesables de una Italia incapaz de hacer justicia a sus mártires. "Cuando me mudé al norte -dijo Salvatore Borsellino- pensé que había dejado atrás todo lo que no me gustaba de Palermo: una ciudad donde dominaba la mafia. Paolo me llamó para pedirme que volviera a casa y le respondí: '¿Pero a qué voy a volver a esa ciudad?'. Luego, tres días antes de que mataran a mi hermano -recordó Borsellino- fui yo quien le dije: 'Por amor de Dios, sal de esa ciudad'. Que te transfieran a Turín, Milán, Florencia, donde quieras, pero sal de esa ciudad porque si te quedas allí te matarán. Eso es porque todos sabíamos lo que vendría. Pero mi hermano respondió: 'Nunca aceptaré escapar. Mantendré el juramento que le hice al Estado hasta el final'". Y luego añade: "Paolo comienza a morir tras la muerte de Falcone. Recuerdo que cuando Paolo miraba a alguien, parecía mirar detrás de esa persona: de dónde podría venir la muerte en cualquier momento".

Antonio Ingroia: "1992 fue un año crucial para el país"

Cuando hablamos de 1992 y de las masacres mafiosas, nuestro pensamiento se dirige inevitablemente al Maxi Proceso, el mayor jamás celebrado contra Cosa Nostra, capaz de derribar "definitiva e inexorablemente el mito de la impunidad de los mafiosos". Así lo reiteró el exfiscal antimafia Antonio Ingroia, hoy brillante abogado, que trabajó en el grupo antimafia junto con Falcone y Borsellino. "El Maxi Proceso afectó a toda la élite de Cosa Nostra. Algunos estaban en prisión, como Michele Greco, conocido como "el Papa", otros, sin embargo, entonces estaban prófugos como Totò Riina y Bernardo Provenzano, y llegó a otros muy cercanos como el ex alcalde de Palermo, Vito Ciancimino. Esto se debe a que -precisó Ingroia- las investigaciones de Falcone y Borsellino lograron alcanzar incluso los niveles más altos. 1992 -añadió- fue ciertamente un año crucial para la historia del país. Viví muy de cerca todo el período, desde la masacre de Capaci hasta la masacre de Via d'Amelio. Borsellino creía mucho en el principio del pool antimafia y en la lógica de tener que compartir información con otros colegas. Sin embargo, en el último período se había encerrado en sí mismo, quizás para proteger a aquellos en quienes confiaba, por lo que anotó la información en su agenda: la famosa agenda roja".

Fabio Repici: "Al mirar a Paolo Borsellino vi a un cadáver que caminaba"

El abogado Fabio Repici, entonces de 22 años, también tiene un recuerdo claro de 1992. A lo largo de su carrera, Repici se ha dedicado apasionadamente a la defensa de las víctimas de injusticias vinculadas a la mafia, incluido Salvatore Borsellino por la masacre de Via d'Amelio. "Recuerdo la experiencia casi traumática del último discurso público de Paolo Borsellino. Recuerdo sus palabras: de una claridad y una dureza verdaderamente impresionantes -subrayó Repici- Parecían las palabras de alguien que sabía a lo que se enfrentaba. Recuerdo que esa noche, al ver a Borsellino salir de aquella reunión, tuve la impresión de ver un cadáver que caminaba -continúa diciendo- La masacre de Via d'Amelio no tenía como único objetivo la eliminación física de Borsellino, sino también se quería eliminar cualquier reflexión suya sobre la masacre de Capaci, junto con cualquier descubrimiento que el juez hubiera hecho". Una circunstancia que está perfectamente ligada a la desaparición de la agenda roja. "Recuerdo cuando Borsellino dijo que era testigo; que no podía hablar de algunas cosas porque primero tenía que denunciarlas, como testigo, ante la Fiscalía de Caltanissetta, que estaba procesando la masacre de Capaci". Lamentablemente, Borsellino nunca pudo testificar. Su testimonio nunca fue recogido por la Fiscalía de Caltanissetta, mientras que sus palabras, escritas en la agenda roja, fueron robadas en via d'Amelio el 19 de julio de 1992. "Así se perdió -dijo Recipi- la voz de Paolo Borsellino".

En cuanto al momento en que desapareció la agenda roja, Fabio Repici precisó que hay algunos datos ciertos. "El primero refiere al hecho de que la agenda se encontraba en el maletín de Paolo Borsellino cuando, en la tarde del 19 de julio de 1992, el juez llegó a via d'Amelio". También hay algunas imágenes que muestran al entonces capitán de Carabineros, Giovanni Arcangioli, aproximadamente media hora después de la explosión, "con el maletín del juez en la mano, mientras se alejaba del lugar de la explosión: actividad -reiteró- que Arcangioli realizó sin siquiera elaborar un informe de servicio". Y añade: "El capitán Arcangioli fue procesado por el robo de la agenda roja. En la audiencia preliminar, el juez de instrucción de Caltanissetta absolvió a Arcangioli por no haber cometido el delito. El Tribunal de Casación rechazó el recurso de la Fiscalía de Caltanissetta. Así terminó el proceso contra Arcangioli". Sin embargo, las imágenes hablan claramente de los métodos y el momento en que la agenda roja de Paolo Borsellino desapareció de su maletín. "El maletín del juez -precisó Repici- fue retirado por el capitán Arcangioli. Otro hecho cierto es que la agenda no fue robada por manos mafiosas, sino de representantes del Estado, quienes probablemente, con los secretos que había dentro de la agenda roja, desempeñaron una actividad de chantaje que pudo haber impactado en la balanza con que se construyó la segunda república".

*Foto de Portada: Antimafia Duemila