En Reggio Calabria se presentó el libro "El Grifo", con Giovanni Bombardieri y Sebastiano Ardita
Una 'Ndrangheta en constante evolución, que comercia y domina explotando el mundo virtual y la dark web y un sistema represivo que -en Italia, como en Europa- desde un punto de vista tecnológico y legislativo la persigue pero sin poder contrarrestarla eficazmente. Ésta es la cruda idea que se desprende del libro El grifo. Cómo la tecnología está cambiando el rostro de la 'Ndrangheta (Ed. Strade Blu), en coautoría del magistrado Nicola Gratteri y del profesor Antonio Nicaso. El volumen fue presentado ayer junto con otros dos ilustres magistrados, el fiscal de Reggio Calabria Giovanni Bombardieri y el fiscal adjunto de Catania Sebastiano Ardita, al pie del sugerente Castillo Aragonese, en Reggio Calabria, ante un numeroso público local.
En un mundo cada vez más interconectado, explica Gratteri en el libro, incluso las mafias están aprendiendo a adaptarse: explotando el potencial de la tecnología, entran en el espacio digital como si fuera un nuevo territorio de conquista, contratan ingenieros informáticos internacionales sin escrúpulos o piratas informáticos. Son capaces de mover, con un clic, miles de millones de euros de un hemisferio al otro del globo. Los brokers interactúan en el narcotráfico, en sistemas financieros para lavar enormes cantidades de dinero con ingeniería financiera y sistemas cibernéticos cada vez más sofisticados. Esta es la nueva cara de alta tecnología de la 'Ndrangheta, que cambia de piel como el Grifo, y ha estado bajo la mirada de los investigadores durante años, pero ¿está preparado el Estado italiano para este desafío? No, según Gratteri. "Hoy no está preparado", respondió secamente el fiscal de Nápoles, que pasó su vida como magistrado en Calabria, primero en Reggio y luego en Catanzaro.
"Pero no es sólo culpa de este gobierno -precisó- también del anterior, el de los 'mejores'" (el gobierno Draghi, ndr), que "no hizo nada" al respecto. En este momento "no tenemos la tecnología capaz de trabajar en la dark web". Según el fiscal, el relato de la 'Ndrangheta, conocida por su tráfico de drogas, el principal negocio de la mafia calabresa, que llega a los principales puertos europeos desde Sudamérica, está desactualizado desde hace algunos años, porque hoy la 'Ndrangheta es capaz de "contratar hackers alemanes, hackers rumanos (un país con un gran número de matemáticos, ndr) para entrar con un software que no tenemos y trabajar en la dark web" donde concentra el grueso de su negocio. "Poco antes de salir de Catanzaro -dijo Gratteri- fuimos testigos del accionar de un ingeniero informático que en 26 minutos realizó tres transacciones financieras, en tres bancos, situados en tres continentes diferentes, para una familia de la 'Ndrangheta de segundo nivel de la provincia de Crotone". "Poco después -añadió el magistrado- habiendo llegado a Nápoles, en una sola operación, hemos secuestrado 280 millones de bitcoins de dinero electrónico, luego transformados en euros. Este es el estado de las cosas", subrayó Gratteri, respondiendo sobre este punto al ministro de Justicia, Carlo Nordio, quien apoya la necesidad de volver a las investigaciones tradicionales, consistentes en el seguimiento.
"Pero si puedo pedir 2.000 kilos de cocaína desde el salón de mi casa con una computadora y un software ¿cómo me van a seguir? Estoy exagerando, pero ese es el concepto", precisó.
Y no es sólo los grandes movimientos de dinero, no sólo el blanqueo, la 'Ndrangheta, advirtió Gratteri, también es capaz de apoderarse de empresas nacionales y multinacionales. O mejor dicho, el sistema informático de estos últimos, pirateando su sistema informático. "Hackean el sistema informático de una fábrica y piden un soborno. Es decir, hemos vuelto a los secuestros de los años 70 y 80", afirmó el fiscal. Antes la 'Ndrangheta secuestraba personas, "hoy los sistemas informáticos". Un chantaje que funciona, como funcionó hace 40 o 50 años (la 'Ndrangheta se enriqueció gracias a los secuestros), ya que "la empresa no tiene ningún interés en informar por miedo a un deterioro de su imagen. Imaginen una empresa que cotiza en bolsa, hará todo lo posible para pagar a la 'Ndrangheta para desbloquear sus sistemas y poder seguir trabajando. Esto ya pasó y está pasando", advirtió el magistrado. Ante este preocupante escenario, el sistema represivo, legislativo y tecnológico tiene las armas descargadas. Aunque, con voluntad política, este sea el significado del llamamiento de Gratteri, la desventaja podría reducirse invirtiendo en los jóvenes. Sin embargo, como recordó Gratteri, nuestro país ha estado a la vanguardia desde el punto de vista de la investigación durante muchos años. El fiscal de Nápoles recordó el período posterior a la masacre de Duisburg en el 2007, cuando los investigadores alemanes acudieron a pedir ayuda a sus colegas italianos, no sólo porque se trataba de una masacre transnacional (la emboscada partió de San Luca), sino también para llevar a cabo investigaciones sobre la 'Ndrangheta, que ya estaba bien establecida en Alemania. "Hoy, sin embargo -dijo Gratteri con amargura- nos llaman y nos dan 20.000 archivos de audio para encontrar los apodos. Es humillante para mí", comentó. "Hago este trabajo desde el '86 y viajo por el mundo desde el '89 y sé que nuestra policía judicial estuvo en las mesas internacionales en Washington con 16 países del mundo presentes, con el jefe de la DEA presente, que es la policía más grande del mundo en términos numéricos, y la policía judicial italiana les enseñaba a ellos". Ahora "Francia, Alemania y Holanda han perforado las plataformas construidas por organizaciones internacionales para comunicarse entre sí y nosotros no hemos podido hacerlo con ninguna. Empezarán a no invitarnos más a nivel internacional a participar en equipos conjuntos de investigación porque no hacemos ningún aporte tecnológico, aunque tengamos nuestro know-how y nuestra experiencia en el campo de las mafias y el narcotráfico. Pero a nivel tecnológico -reiteró- no tenemos nada que ofrecer". Y no solo eso. Según Gratteri, en los últimos años en Italia "los pilares del sistema judicial se están cayendo en medio de la absoluta indiferencia de todos". Fuertes derrumbes debidos a las reformas judiciales promulgadas por los gobiernos Draghi y Meloni que desde el punto de vista legislativo y represivo están causando daños considerables a los esfuerzos de los magistrados en la lucha contra las mafias. Un punto que Gratteri no dejó de subrayar varias veces ayer durante la presentación de su libro.
Ardita destaca los temas críticos de la reforma de Cartabia
La palabra pasó luego a Sebastiano Ardita, a quien el periodista Filippo Diano, encargado de moderar la presentación del libro, pidió un comentario sobre las últimas reformas de la justicia, desde las elaboradas por la exministra Marta Cartabia hasta la actual de Nordio. "No hubo períodos brillantes en los últimos diez, quince o veinte años de gestión de las cuestiones judiciales por parte del ministerio de Justicia", comenzó Ardita. "El período Cartabia fue bastante largo y se caracterizó por diversas reformas y los aspectos críticos emergieron en todas sus dimensiones". Sobre todo, la norma de inadmisibilidad con la que la antigua administración de via Arenula creía poder resolver el drama de la duración de los procesos: "El proceso es una actividad que tiene etapas forzadas porque si se planean hacer diez cosas, para hacer diez cosas lleva una cierta cantidad de meses y años. Si luego dices que el problema es que dura demasiado y lo cortas cuando llega a los dos años y ese cambio impide que se hagan las diez cosas, esencialmente impide el proceso, no lo simplifica". Éste, afirmó el magistrado de Catania, "es uno de los mil aspectos críticos".
Ardita fue director del DAP (Departamento de Administración Penitenciaria) y sobre el tema del mundo penitenciario recordó que en los últimos años se han realizado muchas reformas, "todas dirigidas al objetivo indispensable de una cárcel civilizada. Pero ¿con qué herramientas y objetivos se trabajó y con qué consecuencias se hicieron esas intervenciones?", preguntó el fiscal. "Si examinamos uno por uno los actos legislativos y administrativos que se han llevado a cabo y que afectan a la realidad penitenciaria, nos damos cuenta de que el 41 bis se ha debilitado, se ha renunciado esencialmente a la alta seguridad, es decir, a la gestión penitenciaria de los mafiosos que es diferente a la de los presos comunes". Aún más. "Se abrieron las celdas de los presos, se les permitió moverse libremente dentro de los espacios como si fuera una mejora de su condición pero no lo es, es una mejora de la condición de los jefes, obviamente, pero no de las personas que sufren la arrogancia y la violencia de quienes se arrogan el mando en lugar del Estado".
"Imagínense -dijo Ardita, dirigiéndose al público- que antes los funcionarios de la prisión estaban allí para comprobarlo. Dentro de las secciones penitenciarias, los agentes se van y los internos quedan solos. ¿Qué crees que pasa? Hay una jerarquía que reemplaza a los uniformes e impone su violencia, su gobierno, su ley". Y no solo eso. "También se ha ampliado el ámbito de concesión de permisos y medidas alternativas a personas acusadas o condenadas por delitos mafiosos. ¿Y cuál es el resultado de todo esto? Que este año, en el mes de junio, nos acercamos a una media de más de 100 suicidios al año, entonces algo evidentemente no funcionó, estas medidas no fueron equilibradas", observó el magistrado. Luego Ardita reiteró un concepto destacado por la garante de los presos de Reggio Calabria, la abogada Giovanna Russo, sobre la importancia de encontrar "un punto de equilibrio entre seguridad y libertad, entre el tratamiento penitenciario y el derecho inalienable a la salud por un lado, pero por el otro el respeto a los trabajadores penitenciarios que trabajan dentro de las cárceles". Este punto de equilibrio, según Ardita, "faltó en estas reformas, faltó en la reforma de Cartabia, faltó en la reforma de la justicia restaurativa que es un punto central del tratamiento penitenciario".
El puerto de Gioia Tauro y los flujos financieros ocultos
Volviendo al tema tan actual de la evolución de la 'Ndrangheta en las redes, fue de gran importancia el testimonio del fiscal de Reggio Calabria, Giovanni Bombardieri, al concluir la presentación del libro de su colega Gratteri. Bombardieri ofreció al público presente en la sala una instantánea del estado de salud de la 'Ndrangheta, pero también de la capacidad de la fiscalía del Estrecho para ocuparse de los asuntos del distrito del Tirreno de la 'Ndrangheta. "El tráfico internacional de drogas interesa precisamente en este territorio", comenzó diciendo el magistrado. "Creemos que en el puerto de Gioia Tauro en el 2021 se incautó el 85% de toda la droga confiscada en el territorio nacional y el 97% de toda la droga incautada en la zona portuaria italiana. Esto nos da una unidad de medida para poder decir que el puerto de Gioia Tauro todavía hoy y por lo tanto no hace 15 años, ni hace 10, sino que todavía hoy mantiene un papel central en los envíos de estupefacientes procedentes de América del Sur". Otros números. "Desde el 2021 hasta los primeros meses del 2024, se incautaron más de 40 toneladas de cocaína pura, que podría haber sido fraccionada hasta cuatro veces y cuyo valor se estimó en casi 13 mil millones de euros. Son cifras aterradoras", comentó Bombardieri. Luego, el fiscal jefe volvió al tema de la alta tecnología de la 'Ndrangheta abordado por Gratteri en su libro. Y lo hizo recordando una anécdota de una investigación de hace unos años que Bombardieri dirigió en el 2018, tras asumir el cargo en Reggio Calabria.
"En una investigación del 2016, los partidarios de la 'Ndrangheta, hablando entre ellos, comentaban la negativa de los cárteles sudamericanos a recibir pagos en bitcoin, con criptomonedas. La 'Ndrangheta ya estaba dispuesta a pagar con criptomonedas en ese momento, pero los cárteles sudamericanos querían efectivo y los dos 'ndranghetistas que estaban hablando entre sí comentaron, casi riendo, esta dificultad que habían encontrado al otro lado del océano". Por tanto, el magistrado dio la voz de alarma, como lo había hecho poco antes Nicola Gratteri. "Nos damos cuenta cada vez más que esta montaña de dinero utilizada para pagar el tráfico de drogas no deja rastro. Y no deja ninguno porque son flujos financieros manejados por organizaciones criminales que operan bajo el radar. Cada vez más -siguió diciendo- surgen organizaciones criminales de ciudadanos chinos que operan a través de canales de transferencia de dinero que no dejan rastro. Mediante el abono de sumas que se recuperan en Italia y que las organizaciones criminales luego encuentran en América del Sur o en otros países indicados para encontrar el dinero. Este es un sistema bancario clandestino", explicó. "El dinero que alguna vez pasó a través de flujos financieros rastreados ahora pasa de manera oculta. Así se mueven hoy los flujos financieros, y lo hacen a través de la capacidad de la 'Ndrangheta para invertir en un grupo de profesionales que tiene en nómina en diversos mercados, desde las energías renovables hasta los residuos y el juego. Donde hay dinero está la 'Ndrangheta. Son movimientos de dinero que no captamos. Y nosotros -concluyó- buscamos entender cómo rastrear este tipo de flujos".
*Foto de Portada: Antimafia Duemila