"La mezcla entre política y administración pública, por un lado, y el crimen organizado, por otro, no es un fenómeno nuevo, pero sí generalizado. Actualmente, las mafias prefieren permanecer en las sombras e infiltrarse en la economía a todos los niveles. En el ámbito empresarial y también en la política, en lugar de amenazar o disparar, prefieren sobornar". Así lo afirma el fiscal de Nápoles, Nicola Gratteri, en una entrevista con Familia Cristiana, al margen de la investigación de los fiscales de Génova y La Spezia, que indagan, entre otros, fenómenos relacionados con la corrupción, el intercambio de votos y la infiltración mafiosa. Para Gratteri "es necesaria una selección más incisiva de la clase dirigente. Es la política la que debe examinar su conciencia y evaluar rigurosamente la conducta de sus miembros, independientemente de las valoraciones realizadas por el poder judicial, que se basan en el análisis de acontecimientos concretos. En términos de acción judicial, debo señalar que las reformas implementadas y las que están en proceso, lamentablemente debilitarán la detección de los fenómenos criminales". La entrevista a Gratteri forma parte de un reportaje sobre Génova -al que el semanario le dedica la portada- tras la investigación que ha llevado a la detención del gobernador Giovanni Toti, la cual involucra a 30 personas, centrándose en la figura de Aldo Spinelli, el empresario que, según revela Familia Cristiana, se había ofrecido a financiar la campaña electoral para la reelección del entonces alcalde Adriano Sansa, quien rechazó la oferta sin dudarlo.
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