Jueves 3 Octubre 2024

Menos mal que Giovanna Maggiani Chelli ya no está. Difícilmente habría tolerado las quejas por las nuevas investigaciones sobre las masacres del '93, en la que Mario Mori es investigado por la Fiscalía de Florencia. Hay quienes se rasgan la ropa y quienes piden que se envíen inspectores a Florencia: bienvenidos al circo Barnum. Lo cual no es tan anómalo en nuestro desgraciado país. Es muy fácil para ellos graznar siguiendo la música del mainstream. Es más difícil ponerse en la piel de una mujer como Giovanna Chelli. Quien hace 31 años vio a su hija Francesca quedar inválida tras la masacre de via dei Georgofili, después de que en el atentado se quemara vivo su novio Dario Capolicchio, asesinado junto con toda la familia Nencioni a manos de la mafia y de un Estado desviado (pero no demasiado).

Ante el despotrique general, y ante todo para hacer justicia a la memoria de Giovanna Chelli, basta retomar algunos pasajes de la acusación de los fiscales del proceso de la Tratativa (Antonino Di Matteo, Vittorio Teresi, Roberto Tartaglia y Francesco Del Bene). Más allá de la Casación que quiso poner una lápida sobre el proceso Estado-mafia, quedan datos objetivos sobre la obra de Mario Mori a lo largo de su larga y variada carrera. Y ante la mistificación de los hechos que hemos presenciado en las últimas horas, vale la pena recordar parte de ello.

En los años de plomo

A una pregunta hipotética sobre si Mario Mori habría sido capaz alguna vez de llevar a cabo una tratativa oculta, los magistrados respondieron indirectamente destacando su modus operandi que "desde siempre y por siempre fue 'más allá' o 'contra' las leyes y las normas".

Mori habría estado en contra de las leyes "cuando era policía judicial y también veinte años antes, cuando estaba en los servicios secretos del SID -afirmaron los fiscales- Incluso en ese tiempo, a principios de los años setenta, se opuso fuertemente a las reglas precisamente con los dos hermanos Ghiron, uno de los cuales aparece cuando Vito Ciancimino tuvo que pedir un pasaporte. Fue una tratativa que requirió apoyo político y mandatos políticos para la preservación del poder. Una tratativa para la que se necesitaban hombres de operaciones ocultas, como Ghiron. Hombres que veinte años antes habían trabajado para Mori de manera secreta. Una relación de naturaleza oculta y extraña -siguieron diciendo- Giorgio y Gianfranco Ghiron trabajaban con los servicios italianos desde hacía años y no había ninguna razón para no decirlo. Pero esta fue una actividad clandestina. La cual continúa con Giorgio Ghiron incluso después de que Mori fue expulsado de los Servicios".

La reconstrucción del fiscal se inspiró en un testimonio anterior del coronel Massimo Giraudo. Quien, a lo largo de su carrera, siempre se había ocupado de determinados acontecimientos, investigando al terrorismo negro, a la masonería desviada y a los servicios de seguridad. "Es gracias a sus investigaciones y a las de sus colegas que se ha resuelto la estrategia de tensión de los años 70, la de Piazza della Loggia -prosiguieron- Una investigación, la llevada a cabo por esta oficina, que ha llevado a inimaginables resultados".

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La cobertura de Mori

Según la reconstrucción del fiscal, la primera "anomalía" se produjo cuando Mori asumió el mando de una compañía del IV Batallón de Carabineros de Padua, y luego fue destinado a Villafranca di Verona en 1969 (año de la masacre de Piazza Fontana y antes del golpe de Borghese), siempre como comandante. "En ese cargo -subraya la acusación- se le asignó el mando del FTASE (Mando de las Fuerzas Terrestres Aliadas del Sur de Europa) y se le confió el NOS al más alto nivel (autorización de secreto, el documento que certifica que un sujeto, ya sea militar o civil, tiene las credenciales de seguridad para realizar determinadas funciones, incluido el análisis y visualización de documentos cubiertos por el secreto militar). Giraudo dijo que un joven carabinero como era Mori en ese momento nunca hubiera sido reconocido".

Posteriormente, Mori se incorpora al SID (Servicio de Información de Defensa, ex SISMI, actual AISE, ndr), gracias al apoyo de Vito Miceli y Federico Marzollo. "Tan pronto como llega al SID -sigue diciendo- sus tareas son de todo tipo menos administrativas. Son tareas operativas. También encontramos la concesión de un elogio solemne por las actividades de Mori contra el terrorismo palestino en el 73. En Servicios también encontramos la licencia de cobertura de Mori para operaciones en servicio. La licencia le pertenece a Giancarlo Amici".

La Rosa de los Vientos

Más adelante, el fiscal destacó que "después de algunas semanas de los elogios a Mori hay un cambio total y anómalo. En noviembre de 1974 llegó el juez de instrucción Tamburino, que dirigía el proceso sobre la Rosa de los Vientos. Miceli llega y registra la casa de Marzollo. Ese eje está desbordado por las investigaciones sobre la Rosa de los Vientos, es decir, la organización cuyo objetivo era un cambio institucional con función anticomunista a través de un golpe de Estado alimentado por las bombas del '74 (Italicus y Piazza della Loggia)". Y no solo eso. De las investigaciones de Tamburino se desprende que ese mismo año, en una reunión de los neofascistas para reorganizar la extrema derecha, Mori fue reconocido por uno de los participantes. La reconstrucción de los fiscales fue precisa y detallada: "Tamburino le pide al SID una foto de Mori. No pide más, solo una foto de Mori. En Padua, uno de los detenidos en la operación Rosa de los Vientos, Amos Spiazzi, había empezado a hacer declaraciones y Tamburino le mostró algunas fotografías. Amos Spiazzi dijo que le había llegado una orden de activación del SID porque el golpe de Estado estaba a punto de comenzar".

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"Esa foto de Mori nunca fue mostrada a Amos Spiazzi -prosiguió el fiscal- Enviamos a Giraudo a buscar en los archivos de los tribunales de Roma, pero los encontró cerrados y sellados. Tamburino pide la foto, y la fiscalía general de Casación le quita la investigación por competencia y la traslada a Roma. Tamburino envía los documentos a Roma y desde ese momento la investigación sobre la Rosa de los Vientos se fusiona con la del Golpe de Borghese y en Roma nadie muestra la foto de Mori a Amos Spiazzi".

El alejamiento del Sid

Lo cierto es que en enero de 1975 la situación de Mori cambia. "Mientras la foto viaja en vano hacia Padua -explicaron los magistrados-, el general Maletti le escribe al nuevo director del SID, Casardi, haciéndole la anómala petición de sacar a Mori del SID lo antes posible y también más tarde, cuando ya no pertenece a los servicios lo mantiene alejado de Roma".

"El motivo aparente de esta destitución se debe a una 'intemperancia de carácter' y se crea un cortocircuito institucional -añade el fiscal adjunto- Cuando un funcionario sale de los Servicios ya no es posible involucrarse, es una interferencia. A pesar de la anomalía, lo que ocurrió fue que después de 20 días Mori fue puesto en las oficinas administrativas y luego, el 9 de enero de 1975, el Servicio escribió al Ejército pidiendo que mantuvieran a Mori alejado de Roma. El Ejército cumple el pedido y lo designa a la unidad de Nápoles y a su vez responde al Servicio confirmando el traslado".

Posteriormente hubo varios intentos de que Mori regresara a la capital, acción que según los fiscales "demuestra que había un sector que quería a Mori en Roma a toda costa". Sin embargo, la verdadera razón por la que fue eliminado de los Servicios aparece en otro documento. "En una carta -subrayaron- el general Guiducci quiere que regrese a Roma y escribe que ha sido expulsado tras la investigación de los complots negros". Y cuando el Ejército solicita el traslado, el Servicio responderá: "No Mori en Roma hasta el final del proceso Borghese". Y agrega: "Según lo ordenado por el general Romeo".

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Por tanto, el alejamiento de la capital terminó el 17 de marzo de 1978, cuando Mori fue trasladado a Roma para dirigir el departamento de investigación que se ocuparía del secuestro de Moro bajo el mando de los agentes Cornacchia y Siracusano (cuyos nombres aparecían en las listas de la P2).

De las investigaciones de la Fiscalía de Palermo se desprende incluso que Mori, aun después de su destitución, junto con Miceli y Ghiron, habría sido autor de "una maniobra puesta en marcha para pilotear un peritaje a favor de su consorcio en el proceso Rosa de los Vientos-Borghese".

En unos papeles mecanografiados y sin firma que hacían referencia al aporte declarativo de la fuente Gian, criptónimo de un oficial de los Carabineros llamado Giancarlo Servolini (ya fallecido), se hacía referencia a la maniobra. "Servolini -explicaron- dice que tiene como objetivo influir en la conclusión del proceso de Roma y es llevado a cabo por dos grupos, uno militar (Mori, Marzollo y Venturi) y un grupo civil (Ghiron, Taddei y Giraldi)". Los fiscales también subrayaron que "en la primera adquisición del documento de Servolini, inicialmente faltaba la página 2, que se suponía que se refería a Mori. De hecho, tras encontrarlo, leemos que Mori colaboró con los dos para contaminar las pruebas y se define a Ghiron como un hombre al servicio del Capitán Mori". El documento también dice que la maniobra para ayudar a algunos imputados se produjo a través de una iniciativa periodística. "Servolini -explicó el fiscal- dice que el grupo habitual (Mori, Marzollo y Venturi) habría utilizado una estrecha relación con el 'OP' de Mino Pecorelli para conseguir el mismo resultado".

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Informes Mori-P2

Otro tema abordado en la acusación se refería a la "relación directa demostrada entre Mori y la P2 de Gelli". Según la Fiscalía, existían pruebas declarativas y documentales que lo demostraban. Respecto al primero, se había referido al acta de Mauro Venturi del 2013. "Venturi -explicaron- dice que durante los años del SID trabajó en la misma oficina que Mori y recibió la propuesta de este último de presentarse a Gelli para ser registrado en la P,2 en una lista reservada donde estaba registrado Mori". Venturi también había hablado de la relación entre Mori y Pecorelli, y el primero supuestamente utilizó los materiales del "OP" para hacer circular documentos anónimos.

Luego está el informe de 1975 en el que Gianfranco Ghiron respondió a las preguntas del juez de instrucción de Brescia, que investigaba el extremismo de derecha un año después de la bomba en Piazza della Loggia. En ese reportaje Ghiron habla de una fuente, Amedeo Vecchiotti, nombre en clave "Piero", un ultraderechista que estaba en prisión. Ghiron habría puesto a este último en contacto con Mori. Y en el 74 recibió una nota de "Piero" en la que le advertían que a la semana siguiente Licio Gelli (la nota dice Gerli, ndr) saldría para Francia y luego seguiría hacia Argentina porque alguien le había avisado de la llegada de una orden de captura para él.

Ghiron debería haber informado de esto al "Doctor Amici", el nombre en clave de Mori. "Esta información de que Gelli está a punto de escapar -argumentaron los magistrados- no debía ser entregada a Mori para evitar su fuga, sino para que Mori pudiera evaluar junto con Vito Miceli si la fuga de Gelli, en ese preciso momento, era apropiada o no. Si no conviene, había que detenerlo. Es la lógica eterna de Mori. La doble lógica de Mori con razones de conveniencia política y de gestión del poder". La absolución de Casación en el juicio sobre la Tratativa representa una especie de viático para Mario Mori. Absuelto, no queda nada más que decir, salvo subrayar la presunción de inocencia en cualquier otra línea investigativa. Pero probablemente sea esa "doble lógica" y su "gestión del poder" lo que la Fiscalía de Florencia pretende aclarar.

*Foto de portada © Imagoeconomica

*Foto 2: Giovanna Maggiani Chelli © Bramo Sestini

*Foto 3: Masacre de Georgofili

*Foto 4: Masacre de Piazza della Loggia

*Foto 5 : Masacre de Piazza Fontana