Viernes 6 Diciembre 2024

En Catania hablaron su hija Luana y el fiscal Pasquale Pacifico

Un homicidio de Estado. Sin duda, así se puede definir el asesinato de Luigi Ilardo, ex jefe de Cosa Nostra de la provincia de Caltanissetta que más tarde se convirtió en hombre de confianza del coronel Michele Riccio y asesinado el 10 de mayo de 1996, antes de convertirse definitivamente en colaborador de justicia. Han pasado 28 años desde entonces y aunque los mafiosos instigadores y autores de su asesinato fueron condenados (Giuseppe Madonia, Vincenzo Santapaola, Maurizio Zuccaro y Orazio Benedetto Cocimano) ciertamente no se puede decir que la verdad sobre el caso esté todavía completa. Hay demasiadas preguntas sin respuesta detrás de una historia inevitablemente entrelazada con la de la Tratativa entre el Estado y la mafia y la fuga del jefe corleonés Bernardo Provenzano.

De todo esto se habló el viernes en el Coro di Notte de Catania, en el monasterio benedictino, con el testimonio de su hija, Luana Ilardo, la intervención del fiscal adjunto de Caltanissetta, Pasquale Pacifico y Anthony Barbagallo, secretario regional del PD (Partido Democrático) de Sicilia y secretario de la Mesa de la Comisión Nacional Antimafia, moderada por Anzalone.

Todos confirmaron que la posible colaboración de Ilardo con la justicia podría haber provocado un verdadero terremoto en los más altos centros de poder.

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De importancia comparable, según Pacifico, a la que se vio en Palermo cuando Tommaso Buscetta se arrepintió. Además, gracias a su contribución como infiltrado, ya había permitido la captura de varios jefes y también había hablado con Riccio sobre los autores intelectuales externos de las masacres del '92 y '93, sobre las relaciones desviadas con la masonería y otras entidades externas a Cosa Nostra que el confidente que había llegado a conocer. De todo esto hablaría con los magistrados una vez ingresara al programa de protección. No hubo tiempo. La tarde del 10 de mayo de 1996 fue asesinado a tiros en Catania, en la calle Quintino Sella.

"La colaboración de Luigi Ilardo -recordó el fiscal adjunto de Caltanissetta- fue sin duda una oportunidad perdida para conocer la verdad. La infiltración de Ilardo en Cosa Nostra tenía un objetivo declarado que era la captura de Bernardo Provenzano. Objetivo que no se consiguió, dicen algunas sentencias, por ingenuidad, pero yo no estoy tan convencido, de parte de quien tuvo la misma ingenuidad al no buscar el escondite de Totò Riina. Pero eso dicen las sentencias definitivas".

Y luego agregó: "Se trata de dos sentencias fotocopiadas que, si bien estigmatizan una serie de decisiones equivocadas, que resultaron equivocadas en una investigación retrospectiva, concluyen diciendo que no hay pruebas de que esas decisiones equivocadas se hayan tomado de mala fe para favorecer a Cosa Nostra. Sin duda son sentencias que invitan a la reflexión. Ahora bien, como dije en el auto de procesamiento del juicio Ilardo, o los elementos principales de las investigaciones en Italia fueron en general escasos o hay algo más. Porque no es posible equivocarse en ciertas cosas. Las sospechas se siguen acumulando. Da para pensar que toda la línea directiva del ROS se pasa a los servicios. Todavía tenemos algunas dudas sobre por qué se tomaron esas decisiones operativas equivocadas".

"Ilardo -siguió diciendo- no sólo propició la posibilidad de arrestar a Provenzano el 31 de octubre de 1995, sino que también fue el primero en hablar de una reunión que tuvo lugar a finales de los años 1980 en Palermo y que marcó la alianza oficial entre Cosa Nostra y la masonería. Además, habla de relaciones con personas como Gianni Chisena, un sujeto vinculado a los servicios desviados, a la extrema derecha y a Luigi Savona, otro personaje que es custodio de secretos en ciertos ámbitos". Por todas estas razones está claro que Ilardo fue una figura central.

Otra cuestión clave es la aceleración del delito. Los juicios celebrados hasta ahora han establecido claramente la responsabilidad de Cosa Nostra en el crimen, pero lo que hoy sigue siendo un misterio es cómo Cosa Nostra de Catania se enteró de la voluntad de Ilardo de colaborar. En los últimos años, por las declaraciones del ex jefe de Caccamo, ahora arrepentido, Antonino Giuffrè, se cree que hubo una filtración de información desde los círculos judiciales de Caltanissetta, y además el coronel Michele Riccio confirmó los datos tras algunas conversaciones con otro oficial del Arma de Carabineros.

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"Un momento clave -dijo Pacifico- fue sin duda la reunión del 2 de mayo que Ilardo tuvo con los fiscales de Caltanissetta y Palermo. Es allí donde incluso plásticamente, a través de la memoria de Riccio, comprendemos que había un deseo de detener a Ilardo que, durante esa deposición, era un río en crecida. Y lo surreal es que de este encuentro en el que Ilardo habla durante más de tres horas no queda rastro. No se labró ningún acta o reporte de servicio. Quizás se tomaron notas y luego se perdieron. Luego, tras este encuentro, se comete otra estupidez: permitir que Ilardo regrese a Catania sin ninguna protección. Está claro que la aceleración que se produjo se debió, como consecuencia lógica, a que hubo una filtración de información. Una fuga reconstruida sólo en parte gracias a las declaraciones de Riccio y de algunos colaboradores de justicia. Otra curiosidad es la extraña notificación de una medida judicial para Ilardo, que sirvía para garantizar su permanencia en libertad y que curiosamente no se llevó a cabo en la casa de Ilardo, sino en Gela, en manos de Maria Stella Madonia. Nada nos impide creer que se trataba al menos de un descuido muy grave que podría haber confirmado el hecho de que Luigi Ilardo colaboraba con la policía judicial".

Una historia increíble. "Mi padre nunca tuvo otra residencia que la de calle Quintino Sella -reiteró Luana Ilardo- Es bochornoso e inexplicable que una notificación de ese tipo, de esa delicadeza, fuera entregada a cien kilómetros de distancia, en la casa de los Madonia. Y en manos de una mujer que en ese período histórico se sabía que estaba en contacto directo con Piddu Madonia en la prisión Opera. Y ella era la única que tenía relación con Bernardo Provenzano. Es la prueba de lo que han permitido. Luego tenemos la rareza que rodea el asesinato. Mi padre fue asesinado por una persona que había sido condenada a cadena perpetua y que debería haber estado en prisión. Pero, en cambio, Maurizio Zuccaro estaba libre y planeando el asesinato. Esto nos hace entender muchas cosas". La Comisión Parlamentaria Antimafia también se ocupó de estos hechos en la última legislatura. Fue allí donde Luana Ilardo fue entrevistada y habló de todas las anomalías del caso. "No quiero perder la esperanza -dijo Luana- aunque mirando hechos como la masacre de Ustica, Moby Prince y Portella della Ginestra, la confianza flaquea. Sin embargo, quiero creer que el Estado puede tener el coraje de admitir sus responsabilidades. Claro, tal vez no vea a estos hombres pseudo institucionales en prisión, pero al menos me gustaría que sus responsabilidades estuvieran escritas en negro sobre blanco. Para que podamos difundir entre todos esas palabras que hoy muchas veces se olvidan. Extrañamos a papá. Toda la familia lo extraña. Y seguiremos contando estos hechos porque queremos que la verdad sea completa. No sólo un pedacito".

*Foto de Portada © Aaron Pettinari

*Foto 3: Luana Ilardo y Pasquale Pacifico