La definición de "séptima víctima de via D'Amelio" que es el subtítulo del interesante libro de Cucè-Furnari-Proto, publicado el año pasado, es impecable. En realidad, para ser precisos, no es una víctima de via D'Amelio, sino que su muerte se debe a esa matanza y, con cierta extraña asonancia, ocurrió en la calle Viale Amelia de Roma. La joven que a Borsellino le gustaba llamar "la Picciridda" (Bambina, en dialecto siciliano, ndt), aún no tenía 11 años cuando mataron a su padre, un mafioso perdedor, y no tenía 17 cuando su hermano Nicola, también mafioso y esposo de Piera Aiello, fue asesinado, quien valientemente decidió denunciar a los dos asesinos. Incluso Rita, que había escuchado varias confidencias, decidió en noviembre de 1991 seguir los pasos de su cuñada e informar al juez Borsellino, entonces fiscal de Marsala, todo lo que sabía. La masacre de via d'Amelio y las últimas notas de su diario sólo dan una vaga idea del drama interior vivido por esta chica que, habiendo perdido su punto de referencia, una semana después se arrojó desde la ventana del sexto piso de un edificio, en Roma, donde vivía bajo protección. "Antes de luchar contra la mafia hay que hacer un autoexamen de conciencia y luego, después de derrotar a la mafia que se lleva dentro, recién es posible luchar contra la mafia que está alrededor de tus amigos, porque la mafia somos nosotros y nuestra mala forma de comportarnos. Borsellino, estás muerto por lo que creías, pero yo estoy muerta sin ti". Han pasado 31 años. Fue mencionada en algunas películas, en algunas obras de teatro, en algunos eventos, pero cada vez que llegaba la fecha límite del 26 de julio, es decir, el momento del recuerdo, solo cerca de cincuenta personas se reunían en el cementerio de Partanna, menos de las que asisten a la iglesia para la misa. El año pasado, con motivo del trigésimo aniversario, el arzobispo de Mazara, Mogavero, recordó la grandeza de esta niña, comparando su decisión de seguir la voz de la justicia con la de Abraham al seguir la llamada de Dios. Este año el obispo de Mazara del Vallo, Monseñor Giurdanella, mencionó el nombre de Rita una sola vez en la parte final de su homilía, sin ninguna referencia a la mafia ni al sentido del sacrificio de la joven. Su discurso resultó aburrido, casi, como él mismo insinuó en la apertura del mismo, una especie de "acto obligado". Giovanni Impastato, que asistió a la misa, comentó: "Parecía no conocer la historia de Rita". No menos amargo fue el comentario del profesor Mario Bruno Belsito, quien puso todo su empeño en el éxito del evento: "Todos los participantes de lo que se suponía iba a ser una misa en memoria de Rita fueron embargados por un sentimiento de indignación ante la conciencia de que aún hoy, después de 31 años, en algunos ambientes aún no se ha encontrado la forma adecuada de reconocer el gran gesto de amor y valentía que hizo inmortal a una "picciridda" que tenía un nombre, su nombre era Rita Atria". Tampoco se podía esperar otra cosa ni siquiera del párroco don Gucciardi, quien, tiempo atrás, entrevistado durante la emisión del programa "Carta blanca" del 24.01.2023, dijo con franqueza que a la localidad de Partanna no llegaba el manto mafioso de Matteo Messina Denaro, y que la mafia era poco más que un recuerdo. Él mismo admitió estar emparentado con el jefe mafioso de la cercana Salemi, Michele Gucciardi, un hombre de Messina Denaro, con quien afirma no haber tenido nunca relaciones. En cambio, lo que ocurrió una vez más fue el desapego y la ausencia del pueblo de lo que se organizó ese día, desde la misa, a la que asistió el prefecto de Trapani, Filippina Cocuzza, hasta la visita al cementerio, saludada por el alcalde Francesco Li Vigni en el evento vespertino, durante el cual se entregó el premio "Picciridda", a la magistrada Alessandra Camassa, a la Asociación Casa Memoria Peppino y Felicia Impastato, a Luigi De Magistris, ex alcalde de Nápoles, también presente el año pasado, al representante Nicola Clemenza de Libero Futuro y un premio en memoria de Borsellino. El evento patrocinado por el Municipio de Partanna fue promovido por la asociación la Red Antimafia de Brescia, por la asociación antiracket Libero Futuro, por la Casa de Paolo, por las Agendas Rojas, por la asociación Su La Testa, por ANTIMAFIADuemila, por la asociación Tazzina della Legalidad y por Fidapa de Partanna. Pero, aparte de los representantes de estas siglas y los de las fuerzas del orden, que estaban allí por trabajo, muy pocas personas más fueron a escuchar el concierto del dúo Bellamorea y Andrea Canto. Después de todo, aunque la reconstrucción posterior al terremoto de Belice de 1968 cambió la estructura arquitectónica de la zona al abrir grandes espacios, la mentalidad de la gente mantiene ritmos de apertura mucho más lentos. Imagen de portada: pintura de Gaetano Porcasi / Antimafia Duemila
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