Sábado 20 Abril 2024

31º aniversario del asesinato de Falcone, su esposa y los agentes de la custodia (en un país surrealista)

"Los sistemas para vencer a la mafia son, sobre todo, políticos. En primer lugar, hay que cortar la relación voto-partido, es decir, eliminar la relación más importante entre la mafia y el poder político. Hoy todo mafioso es un gran elector que tiende a explotar al poder político. Blanquear los miles de millones de la heroína no es fácil: se necesita ayuda política".

Giovanni Falcone*

Palermo, Italia. Año 2023, 31º aniversario de la masacre de Capaci: el recuerdo de Giovanni Falcone, Francesca Morvillo y los agentes Rocco Dicillo, Antonio Montinaro y Vito Schifani. Cambio de escena.

¡Que empiece el circo Barnum! En realidad, comenzó hace unas semanas (o quizás nunca terminó): probablemente se fortaleció a raíz de la sentencia de Casación en el juicio sobre la Tratativa Estado-mafia. ¿¡De qué tratativa criminal estamos hablando!? Este es el país donde se puede negociar con todos, mafiosos y no mafiosos; aunque sigan explotando las bombas y mueran los magistrados y sus escoltas, y luego sigan desarmados ciudadanos, hombres, mujeres y hasta niños muy pequeños. Así que vamos a santificar a Mario Mori, frente a una especie de "víctima paralela" ante quien disculparse.

Estrago de Capaci entre santificaciones y mitificaciones 2

Pero ciertamente, deben pedir disculpas (a Mori y a sus socios) todos los que han muerto por culpa de las "bombas del diálogo", y también los que han luchado hasta el último día de su vida para obtener verdad y justicia acerca de esas bombas de un Estado que no las quiere conceder. Así que adelante con las mistificaciones en el "lenguaje unificado" de los grandes medios, que son muy capaces de ocultar, en este caso, un hecho objetivo: la tratativa se llevó a cabo, y fue sancionada por sentencias firmes de juicios sobre las masacres de 1993. Ese "diálogo" entre la mafia y el Estado reforzó, en Cosa Nostra, la convicción de que las masacres pagaban y que eran un arma muy poderosa para chantajear al Estado. Ya en primera instancia los jueces del Tribunal Penal de Florencia habían decidido que la Tratativa "indudablemente se llevó a cabo y al menos inicialmente se fijó en un do ut des (doy para que me des)", llegando a escribir que "la iniciativa fue tomada por representantes del Estado y no por hombres de la mafia".

"La iniciativa del ROS -dice la sentencia de Florencia- tenía todas las características para aparecer como una 'tratativa'; el efecto que tuvo en los jefes de la mafia fue convencerlos, definitivamente, de que la masacre era adecuada para aportar ventajas a la organización".

Estrago de Capaci entre santificaciones y mitificaciones 3

Posteriormente, el Tribunal de Apelación de Florencia fue aún más explícito: "Por lo tanto, puede considerarse probado que después de la primera fase de la llamada tratativa, iniciada después de la masacre de Capaci, además de ser una iniciativa exploratoria de origen institucional (del capitán De Donno y posteriormente Mori y Ciancimino), que encalló tras el atentado en via D'Amelio, la estrategia de masacre continuó alimentada por la convicción de que el Estado entendería la naturaleza del objetivo del chantaje precisamente porque hubo esa interrupción. Por otra parte -siguen diciendo los jueces– la disminución objetiva de la estrategia de lucha contra las mafias, consistente en la no renovación de más de trescientas disposiciones del 41 bis, muy bien podría haber generado el convencimiento del cumplimiento por parte de las instituciones, y también porque mientras tanto se alternaban en el escenario político nuevos interlocutores objeto de interés por parte del aparato mafioso cuyos referentes fueron identificados en Vittorio Mangano y Marcello Dell'Utri".

¿Qué más se necesita para despertarnos y tomar una posición? Más que nada para sacudir a las nuevas generaciones de esta anestesia general que pretende encubrir, mistificar y hasta justificar el horror de la masacre de los años '92/'93 en nombre de una "razón de Estado". ¿Pero qué Estado? ¿El hipócrita y cómplice que desfila en la Sala Bunker de Palermo cada 23 de mayo junto a muchos sirvientes tontos (que también intenta infiltrarse en las manifestaciones de via D'Amelio cada 19 de julio), y el resto del año obstaculiza la lucha contra la mafia? ¿El que pone ofrendas florales frente a la estela de Capaci?

Estrago de Capaci entre santificaciones y mitificaciones 4

"No han sido ustedes, pero fueron ustedes", dice acertadamente el título de la marcha de esta tarde –a diferencia de las pasarelas oficiales– que reunirá a la parte cuerda de un país que exige verdad y justicia sobre las masacres de Estado. Hace apenas un par de días, con motivo del acto "Giovanni Falcone. La verdadera historia de la Tratativa y las masacres del Estado-mafia", se dijeron palabras contundentes, claras, inequívocas, de parte de todos los disertantes. Con un único hilo conductor: "Hubo tratativa. Ninguna sentencia cancela los hechos, ni siquiera las de Casación".

Pero qué descarados ¡cómo se atreven a molestar a los conspiradores! ¡Que hablen en su lugar los hombres, los medio hombres, los trogloditas, los vándalos y los inmorales! Que en este período histórico abundan, son invitados a todos los estudios de televisión y aclamados en los principales diarios.

¿Pesimismo cósmico? ¿Sin esperanza? No. Todo este derrotismo no puede ser concedido a un enemigo astuto, listo para golpear con la cola. Doloridos, seguro. Quizá con el alma exhausta por cómo ha caído nuestro país, tal vez con miedo a la posibilidad de nuevas bombas dirigidas a los que buscan la verdad. Pero pesimistas crónicos, nunca. Tal como nos enseñó la inolvidable Letizia Battaglia mientras hablaba con Franco Maresco en un intenso diálogo entre 2016 y 2019 -apasionado y sin concesiones- contenido en el libro "La mia Battaglia"** (Editorial Il Saggiatore).

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"Estoy triste -respondió Letizia- pero no pesimista. Creo en la lucha, en la posibilidad de la lucha. Mientras tanto, podemos esperar elegir a los mejores políticos para nuestra tierra, para esta Italia, porque ahí es donde empiezan las cosas. Nuestra desgracia parte de Roma y también de toda Italia. Porque nos quedamos solos (…). Creo que podemos hacerlo, no puedo terminar mi vida sin creer (…). No quiero morirme así, sin creer que Palermo puede convertirse en una ciudad feliz. Esto me interesa: que la gente sea feliz, no que la gente se vaya o se queje siempre". Y si bien Maresco reflexionaba amargamente sobre desanimarse ante una realidad obscena, Letizia no tenía dudas. "¿Desanimarse? Por supuesto, creo que todos los que quieren justicia, verdad, belleza, están muy desanimados. Yo personalmente no sé muy bien qué hacer. Si hay llamamientos los firmo, si hay necesidad de ir a una manifestación voy, aunque mi cuerpo se haya vuelto frágil. Pero eso no es suficiente. Seguro que es horrible. Después de treinta años, todavía hay un juez solitario que está aislado (Nino Di Matteo, ndr), como lo estaban Falcone y Borsellino. Y esto se repite en una ciudad todavía demasiado indiferente. La conciencia antimafia no radica en las celebraciones -reiteró enérgicamente- Está en el comportamiento, en la experiencia, en las elecciones que uno hace, en estar de un lado en lugar del otro, en comprender por qué y cómo suceden ciertas cosas".

Y al reflexionar sobre lo que había pasado después de las masacres, Letizia respondió con una profunda conciencia de las razones por las que se habían detenido repentinamente.

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"Después de las masacres no hubo más homicidios excelentes. Y sé por qué, todos lo sabemos. Porque la mafia y el Estado se pusieron de acuerdo. No nos maten más y les daremos algo a cambio. Hoy hay un juez –amenazado de muerte, auténtico y verdadero– que está juzgando al Estado. ¿Saben lo que significa procesar al Estado? Es algo enorme. Este juez se llama Nino Di Matteo, y le estoy agradecida. Es otra de las personas a las que agradezco, porque alimenta mi esperanza. Porque le dice al Estado: 'Usted, el Estado, es culpable porque hizo arreglos con la mafia'. Y si él lo señala, tal vez podamos liberarnos de la mafia. Porque si la política no hiciera negocios con la mafia, seríamos libres. Es posible deshacerse de cien, de mil mafiosos. Pero no es posible deshacerse de toda la corrupción, de todas las connivencias que alimentan a la mafia".

Por su parte, Maresco insistió en preguntarle a Letizia cómo podía seguir esperando. "No puedo perder la esperanza, no puedo dejar de creer que algo cambiará de alguna manera". Para luego añadir con convicción: "Creo que mi esperanza está llena de dudas. Creo que me estoy inventando la esperanza, porque sé que las cosas van mal, pero no quiero dejar de hacer mi pequeña parte".

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El creador y coautor del mítico "Cinico TV" le preguntó a la gran fotógrafa palermitana si al final, después de tantas batallas, habíamos perdido. Su respuesta fue implacable: "¡Perdimos! Pero aún tenemos fuerzas para seguir. Aquí, sí, hemos perdido. Pero no puedo aceptarlo. No puedo aceptar perder la esperanza. Por esto seguiremos haciendo grandes cosas. Cosas grandes y pequeñas, ¡pero las haremos!". Para luego destacar: "Volvamos a las calles y empecemos de nuevo a protestar de verdad". 

Maresco finalmente le preguntó cuál era el secreto de su entusiasmo.

"El entusiasmo ¿qué puedo decir? Siempre he dicho que quiero morirme viva y esto es lo que me impulsa: quiero morirme viva ¿se entiende?".

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*Extraído del encuentro entre el director Giuseppe Ferrara y Giovanni Falcone, que tuvo lugar el 6 de enero de 1983 en presencia de Giuseppe Tornatore, con vistas a la preparación de la película "Cien días en Palermo".

**Las conversaciones entre Franco Maresco y Letizia Battaglia contenidas en el libro "La mia Battaglia" (Editorial Il Saggiatore), nacieron en 2016 de un deseo y una petición de Letizia Battaglia. En el museo Maxxi de Roma estaban preparando una gran exposición individual suya, pero ella no quería que estuvieran acompañadas por presentaciones rituales ni catálogos. Así que le pidió a Franco Maresco que filmara un breve documental, que luego tomó el título de "La mia Battaglia". Las grabaciones se realizaron en dos jornadas con largas horas conversación, de las que solo se editó una pequeña parte para el vídeo dedicado a la muestra fotográfica.

Foto de portada: © Shobha

Foto 3: La masacre de Capaci © Shobha

Foto 4: Francesca Morvillo y Giovanni Falcone

Foto 6: Letizia Battaglia en la marcha de Scorta Civica en apoyo al pool Tratativa © ACFB

Foto 7: Giovanni Falcone en los pasillos del Palacio de Justicia de Palermo © Shobha

Foto 8: © Shobha