En los fundamentos de la sentencia de apelación del proceso de la Tratativa

Están las pistas para comprender la importancia del trabajo de la Fiscalía de Reggio Calabria

1° parte

Por Aaron Pettinari-27 de agosto de 2022

Son muchas las pistas que se pueden encontrar en las tres mil páginas de los fundamentos de la sentencia de segunda instancia del juicio de la Tratativa Estado-Mafia, escritas por el presidente de la Corte Penal de Apelaciones de Palermo, Angelo Pellino, y por el juez a latere Vittorio Anania. Ya hemos destacado los argumentos relativos a las iniciativas "improvisadas" del ROS (Reagrupamiento Operativo Especial del Arma de Carabineros), a pesar de la absolución de los oficiales Mario Mori, Giuseppe De Donno y Antonio Subranni, o las pruebas adquiridas sobre el ex senador Marcello Dell'Utri, también absuelto en el juicio. Pero, al mismo tiempo, se señalan puntos importantes que sobrevuelan el debate, pero que se profundizan en otras sedes, como es el juicio 'Ndrangheta Stragista que actualmente se encuentra tramitando la segunda instancia en Reggio Calabria y que en primera instancia condenó a cadena perpetua a Giuseppe Graviano, jefe de Brancaccio, y Rocco Santo Filippone, jefe de Melicucco.

No es casualidad que un capítulo específico del debate del proceso de Palermo se refiera, precisamente, a la participación de destacados exponentes de la 'Ndrangheta en la estrategia de masacres, con la declaración testimonial de algunos importantes colaboradores calabreses.

La Corte Penal de Apelación, en su sentencia, reconoce una serie de cuestiones "merecedoras de ser profundizadas" a las que, obviamente, "no pudo dedicar más que unas fugaces referencias".

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Entre estas cuestiones están los contactos y vínculos entre organizaciones criminales mafiosas y exponentes de los servicios secretos y, a su vez, las relaciones con personajes de la 'Ndrangheta y otros cercanos a miembros de organizaciones de la subversión neofascista (en referencia a lo relatado por los colaboradores de justicia en el juicio 'Ndrangheta Stragista).

Y luego está de nuevo el tema de Falange Armada, el nombre con el que se reivindicaron numerosos episodios criminales (desde el asesinato de Lima hasta el gesto provocador del obús de mortero encontrado en el Jardín de los Boboli, en Florencia; pasando por el atentado de vía Fauro en Roma, la matanza de vía dei Georgofili en Florencia y los sucesivos atentados de Roma y Milán en la noche del 27 al 28 de julio de 1993), y luego "las investigaciones sobre los llamados instigadores ocultos de las masacres, ya sean las sicilianas del '92 o las masacres en continente del año siguiente. Como así también la historia del fallido atentado al Estadio Olímpico de Roma, prevista para el 23 de enero de 1994, el cual, según las anhelantes intenciones de Giuseppe Graviano, debería haber coronado una estrategia desestabilizadora dirigida a poner de rodillas al Estado y a cambiar para siempre el rostro y el destino del país".

Y luego se hace referencia a los "agujeros negros" de algunos casos específicos a partir del "suicidio" de Antonino Gioé (el primero de los autores de la matanza de Capaci en ser arrestado en la "guarida" de via Ughetti donde se escondía, aunque no se había basado en órdenes de custodia preventiva, junto con su compañero, Gioacchino La Barbera, arrestado unos días después en el norte de Italia: y en ese mismo edificio estaban ubicados los departamentos utilizados por los servicios), quien fue encontrado muerto, colgado de los cordones de las zapatillas de deporte, en una barra de la celda romana de Rebibbia donde estaba detenido.

Y ciertamente no es casualidad que muchos de estos elementos hayan sido profundizados precisamente en el contexto de las investigaciones del juicio de Calabria, a cargo del fiscal adjunto Giuseppe Lombardo también en la instancia de apelación.

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La convergencia de intereses y la informativa de la DIA del 4 de marzo de 1994

La llamada "convergencia de intereses" entre organizaciones criminales ya fue destacada en la sentencia de primera instancia del juicio de la Tratativa Estado-mafia. Y se habló claramente de las acciones conjuntas entre Cosa Nostra y la 'Ndrangheta "a partir del asesinato de Scopelliti" y "el surgimiento de una estrategia común de las dos organizaciones mafiosas también con otras organizaciones igualmente peligrosas (la 'Camorra' napolitana) en referencia a un documento de la DIA (Dirección de Investigaciones Antimafia) del 4 de marzo de 1994, firmado por Pippo Micalizio".

En ese documento se tuvo por comprobada la matriz mafiosa de los atentados de Roma, Florencia y Milán, pero al mismo tiempo en los investigadores se reforzó "la sensación de que la nueva dirección de las masacres inaugurada por la mafia perseguía, en realidad, objetivos que iban más allá del interés exclusivo de Cosa Nostra".

De hecho, por tanto, se preveía que esa acción podría ser "funcional no sólo a los fines 'terroristas' de la mafia, sino también a los fines de otras entidades criminales diversas, que habían trabajado en sintonía con estas últimas en la búsqueda de involucrar objetivos comunes, grupos criminales que supieron desarrollar los sofisticados proyectos necesarios para el logro de fines más amplios". "Estos hechos -dice el informe- no aparecen, por tanto, como ataques mafiosos habituales, aunque muy graves, sino como actos de verdadera política mafiosa, cuya llegada a la mafia, entendida como la organización criminal denominada 'Cosa Nostra', tuvo que proceder en modo paulatino, a través de una serie de etapas intermedias que representaron otros tantos momentos de convergencia conceptual operativa".

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Con esta clave interpretativa, por tanto, se reconocieron analogías con el modus operandi de los hechos subversivos propios de los años setenta y se subrayó la "connivencia entre círculos mafiosos, ambientes de la derecha subversiva y altas finanzas ligadas a la masonería", así como los acuerdos entre la 'Ndrangheta calabresa y 'Cosa Nostra' siciliana.

Ese documento también se detiene en la figura del jefe mafioso calabrés Domenico Papalia y las circunstancias que lo ligaban a Antonino Gioé, a quien menciona "sin razón aparente" en la carta escrita por este último antes de suicidarse, así como aparece el nombre del ex extremista negro Paolo Bellini, condenado recientemente en Bolonia por el atentado del 2 de agosto de 1980 en la Estación Central.

Este último, incluso, en la carta de Gioè es definido como un infiltrado ("Se me olvidó decir que mi hermano Mario, al intentar recuperar el crédito, le dio al acreedor una tarjeta del mismo acreedor que ahora me doy cuenta que era un infiltrado, mi hermano no lo conoció y el hijo le dijo que el padre era buscado. Suponiendo que el Sr. Bellini fuera un infiltrado, él mismo confirmará lo que estoy escribiendo. Conocí a este hombre, estaba en la cueva de Buttitta solo por pura fatalidad. Hice que lo llevaran a ese lugar donde había ido para tratar de convencer al señor Gaetano Buttitta de que me comprara un lubricante…").

A diferencia de Papalia, Gioé hizo todo lo posible por declarar su inocencia respecto de un asesinato que el mismo, según las acusaciones, habría cometido.

Gracias a las actividades de la fiscalía de Reggio Calabria, se han recabado elementos que podrían reabrir la investigación sobre la muerte del jefe de Altofonte. Elementos que demuestran que Gioé, realmente, quería iniciar un camino de colaboración con la justicia.

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La cuestión de Falange Armada y el crimen de "Mormile"

Pero el nombre de Papalia no aparece solo en la carta del jefe suicida (o quizás debería decirse "suicidado"). De hecho, hay declaraciones de varios colaboradores de justicia, tanto durante el juicio Estado-mafia como en el de Calabria, que lo sacan a colación por otros hechos.

Entre ellos se encuentra el asesinato del educador penitenciario Umberto Mormile, ocurrido en abril de 1990.

Por ese homicidio fueron condenados Domenico y Antonio Papalia, como autores principales, y Antonio Schettini y Nino Cuzzola como ejecutores. El crimen fue investigado durante años, pero a pesar de la celebración de tres juicios, nunca se aclararon realmente las verdaderas razones que llevaron a la muerte al educador penitenciario (a tal fin, podría abrirse un nuevo juicio próximamente, ndr).

Un homicidio que cobra importancia por ser el primero en ser reivindicado por "Falange Armada".

Un nombre que a lo largo de los años fue utilizado por "varios componentes". Lo cierto es que fue utilizado para una larga serie de denuncias de masacres y crímenes. Desde los asesinatos del político de la Democracia Cristiana, Salvo Lima, y del mariscal Giuliano Guazzelli, a las bombas en Capaci y vía D'Amelio, para pasar luego por las masacres "continentales" de Roma, Florencia y Milán en 1993. Entre estos está también el asesinato de los dos carabineros, Fava y Garofalo. La reivindicación, formulada en una carta fechada el 4 de febrero de 1994, escrita con normógrafo, dice: "Cuanto nos divertimos con la muerte de los dos carabineros bastardos muertos en la carretera, es el comienzo de una larga serie y espero que en Polistena tengan todos el mismo fin".

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Según la Corte Penal de Apelaciones de Palermo, si bien el uso de esta sigla "no es atribuible (únicamente) a un grupo específico de sujetos (hemos visto más arriba el fracaso sustancial del proceso penal en el que se consideró que se había identificado a uno de los autores)" sigue siendo fuerte "la sospecha de que el fenómeno de la 'Falange Armada' pudo haberse originado en el contexto de los servicios de seguridad del Estado (en este sentido se expresaron casi todos los hombres de las instituciones llamados a declarar en este proceso)".

Los jueces de segunda instancia subrayan que parece "improbable que un mafioso 'tosco' como Riina haya podido pensar autónomamente en utilizar la sigla 'Falange Armada' para reivindicar los atentados de Cosa Nostra". Y recuerdan que "entre las filas de Cosa Nostra, había también otros sujetos menos 'burdos' y acostumbrados a mantener relaciones con exponentes de los aparatos de seguridad que podrían haber introducido o al menos provocado, de alguna manera la idea de reivindicar los atentados con el nombre 'Falange Armada'".

Sin embargo, "se trata, como vemos, de meras hipótesis que, aun siendo altamente plausibles, no pueden sustentar, en cuanto a la prueba procesal, conclusiones sobre la real concurrencia de representantes de los aparatos de seguridad del Estado en los amenazantes hechos que son materia de este proceso".

(Continúa)

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*Foto de portada: © Imagoeconomica

*Foto 2: Proceso 'Ndrangheta Stragista, 10 de julio del 2020. Un momento de la acusación del fiscal adjunto de Reggio Calabria, Giuseppe Lombardo © Emanuele Di Stefano

*Foto 3: © Emanuele Di Stéfano

*Foto 4: El exextremista negro Paolo Bellini

*Foto 5: El educador penitenciario Umberto Mormile

*Foto 6: Salvo Lima © Imagoeconomica