Estrategias jurídicas y de la diplomacia brasileña e italiana, a último momento facilitaron su traslado
 
Por Jean Georges Almendras, desde Palermo, Sicilia-6 de julio de 2022

Ya se encuentra en Italia y bajo fuerte custodia policial, desde las primeras horas de esta madrugada, uno de los jefes mafiosos italianos más mediáticos y tristemente célebres a nivel internacional, por formar parte de la ´Ndrangheta, nos estamos refiriendo a Rocco Morabito, de 55 años de edad, quien ahora debe enfrentar a la justicia de su país. Su salida del Brasil fue sorpresiva absolutamente, siendo que en los últimos días sus abogados habían logrado neutralizar su extradición, en virtud de que su patrocinado debía cumplir prisión preventiva por una causa abierta dentro del territorio brasileño. Pero los muy buenos oficios de las autoridades italianas y de la diplomacia, en acuerdo con la Justicia, obviamente, dieron vuelta la situación en cuestión de horas, y finalmente la delegación de carabineros de un grupo de elite y preparado para estas negociaciones, logró su cometido, concretar la extradición -ajustada a Derecho- de Morabito, cuya defensa y él mismo no salieron de su asombro por lo exitoso de la acción judicial. Ahora para este jefe mafioso comienza otro capítulo en su historia criminal y de vida, solo que entre rejas. Pero no hay duda, que le sobrevendrán horas inciertas, porque él mismo, es todo un sujeto, por naturaleza de enigmáticos recursos, y de imprevisible destino.

Después de 30 años Rocco Morabito ha pisado anoche (hoy miércoles 6 de julio) su tierra natal y la Justicia ahora le habrá de gestionar, como corresponde, todo lo que la normativa dispone, en el marco de su proceso anterior y del que seguramente le sobrevendrá ahora, en este 2022, luego de practicarse un sinnúmero de investigaciones.

Ya desde las primeras horas de la madrugada las agencias internacionales del mundo divulgaron la noticia, y la prensa italiana, literalmente, se hizo un festín, dando cobertura gráfica a uno de los hechos más importantes, de los últimos tiempos en relación a la lucha antimafiosa dentro de los límites territoriales de la bota italiana.

Rocco Morabito es uno de los narcotraficantes internacionales más comprometidos con las actividades al margen de la ley, dentro y fuera de Italia, y oportunamente era uno de los más buscados mundialmente, compartiendo ese puesto con el todavía prófugo Matteo Messina Denaro, figura clave de Cosa Nostra, la otra de las cuatro organizaciones mafiosas que operan en Italia y en el mundo.

Rocco Morabito, tal como lo muestran los registros gráficos de los periodistas italianos, descendió del avión en el aeropuerto de Ciampino, fuertemente custodiado, y en ese instante, él personalmente y los jefes máximos de su organización, deben haber tomado real conciencia de lo que estaba ocurriendo, porque en los hechos esto no habría formado parte de su agenda. Confiados en su estrategia subestimaron el accionar de los carabineros que cruzaron el Atlántico para buscarlo y minimizaron las acciones judiciales que se llevaron adelante, apelando a estrategias burocráticas y a los tecnicismos jurídicos, sumados a una prolija diplomacia, que obviamente conspiró en contra de Morabito, porque en verdad, su permanencia en Brasil significaba, una vez más, que la estrategia criminal sería nuevamente vencedora. Pero los dados del destino lanzados al aire, con tesón y astucia, cayeron a tierra dando la victoria a la Justicia. El juego para Rocco Morabito, hubo terminado. Tan repentinamente como la vida misma de un mafioso, donde no sabe, dónde ni como, encontrará la muerte o la prisión, que hacen a su esquema de vida y a su ancestral cultura.

“U tamunga” -como lo apodan- no se esperaba este final, pero ni por asomo. Hace 30 años puso pies en polvorosa al Brasil, hizo su juego a sus anchas y puso proa a Uruguay, donde por más de 15 años fue un empresario honesto y de buena familia con el nombre de Francesco Capeletto, siendo finalmente detectado, vigilado y arrestado. Pero “U tamunga”, mafioso ‘ndranghetista de pura cepa no iba a quedar atrás, sin quedarse sin movimiento. Capturado en Montevideo en setiembre de 2017, dos años después, a punto de ser extraditado a Italia, materializa (fruto de su brillante gestión de corrupción y dominio en su hábitat de prisión, obviamente con apoyo logístico proveniente de su familia mafiosa) su evasión y nuevamente pone proa a Brasil, pero en el 2021, una mucho más brillante labor del ROS italiano con apoyo de la Policía Federal de Brasil, es cercado en un punto del Brasil y le dan la voz de alto. “U’tamunga” no es de quedarse quieto. Sabe que sus perseguidores están sobrevolándole el sueño. Y cuando él supone que lo ha conseguido, el zarpazo que se le da lo deja atónito. Ahora ya es tarde. Rocco Morabito es un prisionero más en Italia, seguramente pasible del régimen 41 bis, y expuesto a la estrategia judicial que lo viene aguardando desde hace 30 años.

En paralelo, por tratarse de un mafioso activo, propulsor de los grandes negocios internacionales en el ámbito del narcotráfico internacional de multimillonarias ganancias, tiene fluidos contactos con otras organizaciones criminales y jefes de cárteles sudamericanos, especialmente. Esos vínculos han sido moneda corriente, estando prófugo, y estando en prisión. A propósito, no hay que olvidar, como dato en extremo significativo, que estando preso en la cárcel de Montevideo, en un hecho escandaloso y que se investiga, mantuvo un encuentro en su celda con un jefe del cartel mexicano Los Cuinis  -donde lo hablado quedó entre ellos- que fuera conducido allí por la misma policía desde su lugar de encierro en el otro extremo de la ciudad -y con.

“U tamunga” ni corto ni perezoso, siguió con su vida criminal, sin importar dónde se encontraba. Ese diálogo casi surrealista con otro narco, con la complacencia policial uruguaya, lo demuestra con creces. La presencia en Uruguay, en América Latina, de Rocco Morabito no era significativa para él, en particular, sino para toda la organización de la cual era un jefe, talentoso y de un perfil marcado por la expansión operativa y territorial.

Pero en esos ambientes, si de un lado se tiene a la Justicia pisándole a uno los talones, del otro están los intereses y las traiciones de los pares, que tampoco hay que minimizar ni subestimar. Ya alejado del Uruguay, en el Brasil, Rocco Morabito debe haber seguido con su modus operandi y los contactos con los grupos narcos de México y de Colombia, y del Brasil, no deben haber estado ausentes , como tampoco la mafia albanesa que tanto igual o más que Morabito, se conectaron -y se conectan- con los narcos sudamericanos, en un contexto de entramados y de negociaciones criminales, de hecho complejas, donde las cifras en euros deben haber sido y son siderales, como siderales son los proyectos  de expansión dentro de las actividades de narcotráfico sin fronteras.

Todo, en definitiva, no deja de ser un juego de intereses, y de idas y venidas. A nivel de la justicia italiana, la recaptura y extradición de Rocco Morabito es de hecho un éxito -para la antimafia- y tiene su sabor agradable. Pero no hay que descartar, fríamente hablando, que, en otros ámbitos mafiosos, ese mismo sabor se sienta sin remordimientos y como parte de ese juego de intereses, donde las lealtades y las deslealtades se templan casi a diario. 

Para la familia de la ‘Ndrangheta, el regreso a la celda italiana de U’tarunga no ha sido ni es para el festejo. Es una más de tantas, que ahora el mismo Rocco Morabito lo vive, seguramente demabulando a paso cansino en su celda o en su patio de encierro, y a ojos y oídos muy despiertos, porque si de la boca se trata, se supone que estará más cerrada que nunca. O quizás no. No lo sabemos. 

Sea de boca abierta o sea cerrada, una estrategia, propia de la barca en la cual navega desde su nacimiento, siempre está presente. Salvo que un buen día, U’ tarunga, opte por saltar a la barca de los arrepentidos.  Una barca muy distinta.

Con Rocco Morabito, nunca se sabe.

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*Foto de portada:  zoom24.it