Con el consejero togado estuvieron el presidente del Tribunal Balsamo y el periodista Palazzolo
Por Karim y Jamil El Sadi, y Aaron Pettinari-7 de mayo de 2022
Faltan pocas semanas para la conmemoración del 30º aniversario de la masacre de Capaci donde fallecieron el juez Giovanni Falcone, su esposa Francesca Morvillo y los hombres de la custodia. En Italia, sin embargo, en los últimos años, sobre todo desde que Mario Draghi está en el gobierno, asistimos al desmantelamiento de esa parte de la legislación antimafia inspirada y deseada por Falcone y su colega Paolo Borsellino, también asesinado hace 30 años por Cosa Nostra. Después de treinta años parece que algunas instituciones han olvidado el olor del TNT y la amenaza mafiosa, siempre acechante y rastrera, aunque con métodos distintos, mucho más sutiles que la violencia pura y dura. Así se desprende de temas clave como el de la cadena perpetua estricta u obstativa, tan temida por la élite de Cosa Nostra, y sobre la que se está trabajando en un intento de debilitar la ley que dejaría respirar a los viejos jefes irreductibles. Sobre este tema, tan subestimado como fundamental, En los últimos días en Palermo, un grupo de estudiantes, miembros de la asociación universitaria "Contrariamente", junto con los activistas del Movimiento Our Voice, organizaron una conferencia pública en el salón de actos de la Facultad de Derecho de Palermo, donde en su momento se graduaron Falcone y Borsellino, que tuvo como oradores al consejero togado del CSM, Sebastiano Ardita, al presidente de la Corte de Palermo, Antonio Balsamo, al periodista Salvo Palazzolo y al catedrático constitucionalista Giuseppe Lauricela. Abrió la cita, en calidad de moderadora, Marta Capaccioni, alumna de la facultad, miembro de ambas asociaciones juveniles y redactora de la revista ANTIMAFIADuemila.
A las decenas de personas reunidas en la sala, Capaccioni les recordó que "el 15 de abril del 2021 el Tribunal Constitucional, acogiendo los reclamos imperativos de la Corte Europea de Derechos Humanos, declaró la inconstitucionalidad de la cadena perpetua, disciplina expresada en el artículo 4 bis del ordenamiento penitenciario, que prohíbe la excarcelación de los asesinos de las masacres condenados a cadena perpetua, si no colaboran con el sistema de justicia", por cuanto esto sería "contrario a los artículos 3 y 27 de la Constitución y al artículo 3 del Convenio Europeo de Derechos Humanos". "El Tribunal Constitucional -dijo la estudiante ante la presencia, entre los miembros de la audiencia, del consejero togado del Consejo Superior de la Magistratura (CSM) Nino Di Matteo, y algunos de los familiares de víctimas de la mafia, como Flora Agostino, Pina Catalano y Graziella Acepta- había reenviado la discusión al Parlamento y la reforma de la ley dando tiempo a las cámaras hasta el 10 de mayo de este año para legislar". El 31 de marzo, el texto, luego de varias impugnaciones de los familiares de las víctimas de la mafia, fue aprobado por la Cámara de Diputados con cambios. Pero en su estado actual parece que el texto aún tiene fallas legislativas que no cumplen con las valoraciones técnicas de los magistrados antimafia, ya que aún puede representar riesgos para la comunidad si algunos de los solicitantes de los beneficios penitenciarios logran superarlos.
Los albores de la legislación obstativa
Entre los magistrados que más observaron puntos críticos en el actual texto de reforma está Sebastiano Ardita, quien, por su experiencia de diez años en el Departamento de Administración Penitenciaria (DAP), es un gran conocedor de la compleja galaxia del sistema penitenciario italiano. Ardita, haciendo una digresión histórica sobre la legislación de la cadena perpetua, recordó que la necesidad de limitar el acceso a los beneficios penitenciarios a los jefes mafiosos condenados por delitos graves "surgió de que muchos de los mafiosos implicados en el maxiproceso de Palermo a principios de los años 90 ya estaban libres por diversas razones vinculadas al mecanismo de funcionamiento del sistema penal italiano". "Giovanni Falcone se dio cuenta de esto y pasó a encabezar la Dirección de Asuntos Penales del Ministerio de Justicia, en medio de las polémicas y juicios moralistas de muchos magistrados y políticos. Y en ese período dotó a nuestro sistema de prevención penal de herramientas fundamentales que hoy siguen en uso". Entre estas, la norma que prevé la prohibición del acceso a los beneficios penitenciarios a los mafiosos que no hayan cortado sus vínculos con la mafia. "Esta disposición terminó endureciéndose luego de la masacre de Capaci con una disposición incluida en el decreto ley unos días después de su asesinato, que modificó aún más el art. 4 bis y quien creo los presupuestos para la creación de otro decreto ley". "Decreto ley que estableció que sólo la colaboración con la justicia permitía que dichos mafiosos pudieran salir de prisión para disfrutar de los beneficios penitenciarios", explicó Ardita.
"Este sistema normativo nació del hecho de que no se deben dar segundas oportunidades a personas que forman parte de una organización compleja y articulada que trabaja para limitar los derechos fundamentales de ciudadanos inocentes", dijo el magistrado.
Pero con el paso de los años esta rigidez e intransigencia ha sido retocada en varias ocasiones. Por ejemplo, "a principios de los años 2000, diez años después del asesinato de Borsellino, tras el cual se aplicó por primera vez la norma del 41bis, se establece una normativa que hace efectivo el recurso de los mafiosos contra el 41bis", recordó Ardita. "Esta legislación, sin embargo, si bien durante años habíamos trabajado para crear un sistema de prevención que fuera unitario, que pasara por los mecanismos de la Dirección Distrital Antimafia, la Dirección Nacional Antimafia, y que se dirigiera a un juez de instrucción de distrito en relación con las cuestiones del proceso penal, fue concebida sin ningún tipo de programación". A lo largo del tiempo se ha intentado en varias ocasiones tocar y retocar políticamente la legislación y así llegamos al día de hoy en que la "Corte Europea nos dice que un juez también debe mirar las preguntas que se le hicieron a los mafiosos que están en prisión para superar la calidad de obstativa, es decir, los presos mafiosos que han cometido delitos mafiosos, para los que existe el obstáculo de la cadena perpetua obstativa, pueden acudir a un juez en busca de beneficios e incluso hemos llegado a valorar que pueden solicitar libertad condicional", resumió el consejero togado del CSM. Pero en el momento de redactar la ley ¿qué hizo nuestro legislador?, se preguntó Ardita. "En el texto de la ley se establece que es necesario que el mafioso que quiera salir de la cadena perpetua obstativa demuestre que ha cortado sus relaciones con la asociación mafiosa, prueba importante y difícil de alcanzar, y también dice, muy acertadamente, que la simple disociación no basta, porque sería una afirmación verbal desprovista de contenido, y por tanto se debe dar una prueba concreta y visible". "Lo que teníamos -dijo Ardita- era una regulación obligatoria que andaba bien. Pero entonces, nuestro legislador no se conformó con haber establecido una condición previa con el listón muy alto, sino que con una imagen hipotética de una carrera de obstáculos quiere proponer otros obstáculos. Y esos otros obstáculos que pone son tan bajos que se saltan con un solo pie, porque dice que no basta con dar prueba positiva de que se han interrumpido las relaciones con el crimen organizado, sino que también se puede deducir esa prueba de las razones aducidas de la falta de colaboración, de la revisión crítica del pasado delictivo -cuando decíamos que la simple disociación no vale- y luego de nuevo de la reparación del daño a las víctimas o de la falta de riqueza que en ambos casos parecerían una excusa, parecerían una prueba de del carácter mafioso", explicó el magistrado. La cuestión, por tanto, como ya había observado Ardita en la Comisión Antimafia, es que en el texto de la reforma hay un exceso de detalles que beneficiarían a la mafia.
Luego, agregó Ardita, "los caminos de la justicia reparadora ofrecidos a la mafia en esta concisa legislación como herramienta para demostrar la falta de conexión con la realidad criminal son muy peligrosos. Se dirá por tanto que, si hay un supuesto ya insuperable, el hecho de que haya muchos otros pequeños obstáculos superados no debe poner en peligro esta posibilidad. ¡Pero no! No es así", destacó el consejero togado del CSM. "Porque cuando un supuesto es realmente difícil de probar, esto es, el hecho de haber interrumpido relaciones con el crimen organizado, el poder demostrar que aún es capaz de obedecer todos los demás parámetros que la ley ha escrito y sacramentado en una norma, pone en condición al demandante decir que la suposición de la prueba positiva del hecho de que ha roto relaciones es una prueba diabólica y difícil de alcanzar, pero dado que ha superado todos los demás índices pide que aún se le dé la oportunidad de evitar la cadena perpetua obstativa". Ese, subrayó Ardita, "es el riesgo de esta legislación". Y no se detiene allí. "Porque si bien se ha solicitado la posibilidad de concentrar este tipo de sentencias en un solo tribunal de control, el Parlamento ha decidido aplazar esta solicitud por completo". Por lo tanto, dijo Ardita para concluir este punto, "me tomo la libertad de decir que con respecto a esta problemática que refiere a la cadena perpetua obstativa, que está toda relacionada con el tema crucial de la prevención antimafia, hemos vuelto atrás como en el juego de la oca: exactamente a la base". "Lo más lamentable de toda esta historia, es que lo que más falta es la memoria", dijo Ardita. "Pero no sólo la memoria de las víctimas de la mafia y sus familiares que luchan día a día para que otros no sufran el mismo martirio. También debe haber una memoria de los instrumentos del Estado, instrumentos judiciales de lucha que hay que perseguir y respetar". "Un recuerdo que hay que identificar como una trama en la cual inspirarse", dijo el magistrado. "Porque de lo contrario hemos perdido el tiempo. ¿Qué se ha hecho en todos estos años para desarrollar una estrategia que nos permita llegar a una aplicación y a un juicio uniforme sobre el 41 bis si luego, cuando el asunto es el mismo, partimos de cero y corremos el riesgo de cometer los mismos errores?". Otras preguntas fueron formuladas por el docente Lauricella, que precedió a Ardita. "¿Estamos seguros de que este ajuste por parte del legislador también es seguro respecto de cualquier elemento de ilegitimidad?", se preguntó el profesor en referencia a los cambios de la reforma. "Si estamos a lo que ha dicho la CEDH y el Tribunal Constitucional, tengo mis serias dudas".
Antonio Balsamo, presidente del Tribunal de Palermo, también habló en la sala.
"El tema de la cadena perpetua no atañe sólo al mundo de la justicia sino a toda la sociedad", comenzó diciendo. "Porque estoy convencido de que la movilización social puede ser decisiva para tener las condiciones para construir una reforma normativa válida". El presidente del tribunal habló entonces de "tres alternativas en cuanto a la reforma de la cadena perpetua".
"La primera vía es la que la propia Consulta definió como 'intervención de demolición'. La Consulta es consciente de los riesgos de tal disposición, es decir, que el Parlamento no apruebe una reforma antes de la fecha límite del 10 de mayo". Un escenario, según Balsamo, "que tendría efectos sociales absolutamente devastadores en los mismos días en los que no solo el Estado italiano, sino toda la comunidad internacional se suma a un recuerdo conmovedor como el de Giovanni Falcone, Francesca Morvillo y los agentes de la custodia que acompañaban al juez en esta fase que se quiso ver como la afirmación de la mafia y que, para mí, en cambio, fue su derrota más importante", dijo emocionado el relator. "En ese mismo momento -observó Balsamo- se pudo comprobar la situación absolutamente paradójica del pedido de libertad por parte de personas que no mostraron el menor signo de conciencia y sensibilidad por el dolor que causaron a las víctimas, y que tampoco contribuyeron en modo alguno a esclarecer la verdad sobre una temporada que tiene una gran necesidad de verdad. Así que la primera alternativa es esta, que, como ha señalado la propia Consulta, tiene consecuencias dramáticas para la seguridad ciudadana. Porque no nos engañemos con que ciertas personas, una vez liberadas, cambien repentinamente de forma de pensar. En mi opinión, la versión de sentirse bien en este caso no corresponde en absoluto a la realidad", dijo, esperando "que esta primera alternativa se evite por completo". La segunda alternativa es la, según Balsamo, de "wishful thinking" (pensamiento esperanzado en inglés) "sobre la cual conversé con un colega con el que consideramos que hubiera sido importante incluir dos aclaraciones en el texto de la reforma: una 'alternativa que atañe a la pertinencia del aporte que da cada solicitante de beneficios como la libertad condicional y la plena realización del derecho a la verdad debido a las víctimas, sus familiares y toda la comunidad. En mi opinión, esta aclaración podría ser importante", dijo.
Porque se trata de "ver en el derecho a la verdad, una manifestación esencial de algunos derechos fundamentales, comenzando por el derecho a la vida". Según Balsamo, "esta podría ser una expresión concreta de la capacidad de la legislación italiana que puede convertirse en un ejemplo para muchos otros países como lo es actualmente en muchos sectores como el del programa de protección para los colaboradores de justicia, un tema que parece se ha subestimado por completo en la sentencia del 2019 de la Corte Europea de Derechos Humanos que dio lugar a la sentencia de la Consulta", señaló el presidente del Tribunal. "En esa sentencia hay un apoyo sustancial a la idea de que la razón principal de la negativa a colaborar con la justicia consistiría en el temor, por parte de los internos condenados por delitos de tipo mafioso, de poner en peligro su vida o la de sus familiares. Una declaración que pudo haber sido válida en la década de 1980 o principios de 1990, pero que no es una conclusión actual", dijo sobre el punto. "Una elección que en la gran mayoría de los casos es libre y voluntaria, por lo que en mi opinión esos argumentos no se corresponden con la realidad actual del fenómeno mafioso. Respecto a esta indicación se podría injertar otra adicional, que refiera a las reformas sobre el control de la persona liberada, que muy bien podría tomar como modelo lo que se está haciendo en los Estados Unidos, en el que hay formas muy incisivas de vigilancia electrónica sobre las personas liberadas. En mi opinión hubiera sido una forma seria de conseguir que la persona que sale de prisión no se vea involucrada en círculos delictivos". Pero estos dos aspectos, lamentablemente, no existen, precisó Balsamo. El tercer y último aspecto "que no ha sido subrayado" aunque "fue planteado por académicos con una formación muy garantizada" se refiere a "la importancia de una gran inversión en términos de recursos humanos y materiales en relación con el programa de los colaboradores de justicia y de sus familiares". Ahora, sin embargo, dijo Balsamo para concluir el tema, "tenemos que abordar un texto de reforma que espero se apruebe en el Senado precisamente para evitar esa primera alternativa absolutamente inaceptable que a mi juicio es un punto de partida sobre el que hay que hacer un gran trabajo cultural. Hacer eso concierne a toda la sociedad y no sólo a los juristas".
Balsamo, en su discurso, observó que en el texto de la reforma hay "partes desprovistas de pleno sentido, mientras que otras son accidentes". "Hay una referencia que a mi juicio se debe profundizar y llenar de contenido y que nos puede permitir recuperar ese concepto del derecho a la verdad que es el de la justicia reparadora que no es solo un concepto (distinto al que se refería Ardita, ndr) sino que debe entenderse en un sentido estricto, porque la justicia reparadora tiene vínculos genéticos con el derecho a la verdad". "El principal ejemplo de esto fue la 'Comisión de la Verdad' establecida por Nelson Mandela en un momento en que se produce un cambio total en Sudáfrica. Mandela estaba convencido de que a través de la verdad se podrían reconstruir los cimientos de un Estado inspirado en el principio de la dignidad humana", recordó Ardita. "En este concepto de justicia reparadora podemos incluir muchos contenidos importantes porque no es una visión inspirada en un camino individualista, en los documentos más recientes de la ONU hay muchos que hacen referencia a un involucramiento de la comunidad que puede entenderse en un doble sentido. Por un lado, que la comunidad debe ser parte activa y al mismo tiempo que debe ser el sujeto que se beneficia de una acción de justicia reparadora que tienda a restituir la dignidad de los victimarios y al mismo tiempo la dignidad de las víctimas".
El camino más serio para lograr la justicia reparadora, argumentó el presidente de la Corte de Palermo, "es hacer una declaración completa y valorar como requisito esencial la contribución que cada uno haga a la realización del derecho a la verdad sobre todos los episodios que se enmarcan en una estrategia de terrorismo mafioso que aún necesita un gran compromiso con la verdad. Este es un trabajo que se puede extender no solo a un área judicial sino también a una serie de otras intervenciones del Estado, exactamente como sucedió en Sudáfrica, donde había esta fuerte necesidad".
Los secretos inconfesables de los jefes de las masacres
El último de los oradores fue Salvo Palazzolo, escritor y periodista de La Repubblica, quien manifestó -hablando de masacres y misterios, un tema ligado a la delicada cuestión de la cadena perpetua obstativa- tener la "sensación de no entender, hoy como el 19 de julio", fecha en la que se produjo la masacre de vía d'Amelio, a donde llegó Palazzolo poco después de la explosión del coche bomba. En su declaración, Palazzolo explicó que "hay un hombre de las masacres, uno que las cometió y que era ahijado de Totò Riina. Un hombre prófugo desde 1993: Matteo Messina Denaro".
"Conozco hombres del ROS, de la DIA, de la policía y del Estado que realizan un compromiso extraordinario junto a los magistrados de Palermo -dijo el periodista- pero sigue siendo un fantasma, no se lo encuentra. Y no porque sea mejor, sino porque es un partido amañado". La referencia es a la protección de jefes mafiosos por parte de hombres infieles del Estado que, según se piensa, están garantizando su fuga.
"Él, Messina Denaro, es un hombre de las masacres", reiteró Palazzolo frente a la audiencia.
"Riina, en una escucha cuando estaba en prisión, dice amargado por qué Messina Denaro no seguía con su estrategia, en vez de invertir tesoros en los postes de luz".
"He aquí que tengo una obsesión, siento que nos falta algo", dijo el periodista. "Lo buscamos, pero mientras lo buscamos él avanza con un modelo de una mafia diferente. 'U siccu', uno de los apodos de Messina Denaro, les daba dinero a los empresarios no por caridad, sino para entrar en algunas empresas y manejarlas. ¿De qué modelo de mafia estamos hablando? No hay ejércitos de asesinos después de las masacres, los jefes están muertos o en el 41 bis y entonces ¿cuál es el secreto de Messina Denaro?". La respuesta, según Salvo Palazzolo, "está en los secretos que tiene Messina Denaro de esa temporada de masacres".
El periodista recordó entonces a otro personaje muy destacado de Cosa Nostra, aún vivo y aún influyente, aunque encarcelado bajo el régimen del 41 bis: Giuseppe Graviano. Palazzolo escribió sobre él y sobre los mensajes codificados que el jefe mafioso de Brancaccio condenado por las masacres del '92 y '93 así como por el asesinato, entre otros, de don Pino Puglisi, mandaba desde la cárcel. Palazzolo acaba de publicar un libro, de Editorial Laterza, sobre los hermanos Graviano. Los mensajes codificados fueron enviados "incluso recientemente durante en el juicio 'Ndrangheta Stragista", recordó Palazzolo (Graviano, junto con el jefe de la 'Ndrangheta Rocco Filippone, fue condenado en primera instancia por los asesinatos de los carabineros calabreses Antonino Fava y Vincenzo Garofalo, en 1994). El jefe de las masacres "habla de las inversiones de su abuelo materno y de reuniones en Milán con importantes políticos".
"Di Graviano y Messina Denaro -explicó el periodista- Riina dijo que son la super cosa". "La idea que me hice -explicó- es que la verdad está en las cosas que no dice Graviano. Nunca menciona a Messina Denaro y nunca se refiere a otras figuras políticas. Luego envía un mensaje de texto a alguien. Está obsesionado con los intermediarios. Y también trató de aprovecharse de un compañero que estaba a punto de salir de prisión. ¿A quién chantajea Graviano?", se preguntó Palazzolo. "Creo que el silencio de Messina Denaro y las palabras de su amigo en prisión tienen el mismo sonido y significado".
Finalmente, el reportero invitó a los estudiantes a ser "protagonistas" en la sociedad, a contribuir a la búsqueda de la verdad y a hacer de Italia un país mejor. "Hay que comprometerse a contar el fenómeno mafioso hoy. Es el ciudadano y el estudiante quienes deben comprometerse", dijo. "Entre otras cosas porque están preparados para llevar el mensaje más allá", subrayó.
Palazzolo también recordó la importancia de un compromiso orgánico, como dijo el padre Pino Puglisi, quien lo crio de niño: "Es necesario permanecer en la ciudad. Y como estudiantes, pueden crear un camino orgánico de estudio sobre el fenómeno de la Mafia. Una obra que reúna a todas las facultades, creando un archivo de la universidad".
Llamamiento a los estudiantes
Finalmente, fue Marta Capaccioni quien cerró la velada dirigiendo un llamamiento a los compañeros, tras pedir a los ponentes que dieran un mensaje a los jóvenes. "No nos dejemos aplastar en nuestras ideas por actitudes políticamente correctas o respetables. Porque la antimafia no puede ni debe ser nunca una fachada o una etiqueta, sino una lucha constante y diaria", dijo. "No olvidemos nunca la importancia de nuestra memoria activa, y no nos resignemos a que las cosas nunca cambiarán. Es cierto, la mafia es un problema grave que aún hoy nos preocupa, pero también hay hombres y mujeres de nuestro Estado que sacrifican su vida todos los días y que todavía nos hacen creer en las instituciones y en una justicia honesta, libre, valiente e independiente". "Y nosotros -dijo- como jóvenes, como futuros juristas, magistrados, abogados, periodistas, artistas y trabajadores tenemos el deber de apoyarlo, defenderlo, de hacer que la historia no se repita. Nosotros como jóvenes tenemos el deber de iniciar una verdadera revolución cultural que parta de un sentimiento de indignación por lo que sigue pasando en nuestro país y en nuestra tierra".
La joven citó entonces a Paolo Borsellino cuando dijo creer en "un movimiento cultural que acostumbre a todos a sentir la belleza del olor fresco de la libertad que se opone al hedor del compromiso moral, la indiferencia, la cercanía y, por lo tanto, la complicidad".
--------------------
*Foto de portada: © Davide de Bari / Pietro Calligaris
*Foto 2: Desde la izquierda: Antonio Balsamo, Nino Di Matteo y Sebastiano Ardita
*Foto 4: Sebastián Ardita
*Foto 6: Antonio Balsamo
*Foto 8 : Salvo Palazolo
*Foto 10: Marta Capaccioni
*Foto 11: Desde la izquierda: Giuseppe Lauricella, Antonio Balsamo, Marta Capaccioni, Sebastiano Ardita y Salvo Palazzolo