En exclusiva, para el semanario Oggi, el colaborador de justicia se quita la máscara

Por AMDuemila-30 de abril de 2022

"Quiero volver un día a Palermo para hablar con las mujeres de la mafia, sus esposas, sus hijas, para que convenzan a sus hombres de que cambien de rumbo, porque la mafia es muerte, te impide vivir como hombre y apreciar las cosas bellas. Tengo 82 años, en el tiempo que me queda quiero pagar con sufrimiento el mal que he hecho y dejar algo útil, a través de palabras e imágenes". Son palabras del colaborador de justicia Gaspare Mutolo que por primera vez -en más de 30 años- descubre su rostro en una serie de instantáneas realizadas por James Hill, fotógrafo del New York Times y ganador del Premio Pulitzer, publicadas por el semanario Oggi (dirigido por Carlo Verdelli), en un artículo de Luigi Garlando.

Autor de 20 asesinatos y cómplice de otros 70; amigo cercano de Totò Riina y Rosario Riccobono; sobrino de tíos mafiosos; exasesino, extorsionador y atracador de Cosa Nostra; exnarcotraficante. En resumen, Gaspare Mutolo fue un feroz operador de la mafia en todos los aspectos: "Yo era un soldado. Hacía lo que me ordenaban". Pero han pasado muchos años y la vida de "Asparinu" ha cambiado. En 1991, de hecho, comenzó a colaborar con el Estado y con el juez Giovanni Falcone, convirtiéndose en uno de los más importantes colaboradores de justicia certificados tanto por Falcone como por Borsellino. Hoy vive otro cambio: desde el 7 de abril, en efecto -después de más de 30 años- salió del programa del Servicio Central de Protección. Ahora es un hombre libre en todos los aspectos, aunque siga viviendo bajo un nombre falso, en una casa secreta.

Pero a pesar de ello, sigue haciendo su parte y poniendo la cara contra la mafia, al destruir la máscara que lo protegió durante más de 30 años.

En esta primera parte de una entrevista realizada por Garlando, Mutolo habla sobre su historia, cómo empezó su afiliación a la mafia y cómo terminó. Habla de "el encuentro con Riina en la cárcel", de un "plan para secuestrar a Berlusconi" y de sus dos grandes amores "su mujer Marò y la pintura". Pero también habla de sus relaciones con Totò Riina y Rosario Riccobono (alias "Zu Sarò", jefe del distrito de Partanna Mondello) y de los tratos hechos con el narcotraficante de Singapur Koh Bak Kin. Para luego concluir con una referencia a Giovanni Falcone, por quien siempre ha tenido una profunda estima.

Falcone, dice Mutolo, "no era vengativo", "tenía una nobleza de alma". "Cuando hablaba con Provenzano, siempre me repetía: 'Gaspare, este Falcone es muy inteligente. Es un peligro'. No me dijo: 'Es un cornudo'". Y luego: "Falcone era demasiado inteligente y veía cosas ocultas, parecía que tenía una bola de cristal. Por eso fue asesinado, no solo por la mafia, sino también por los funcionarios de cuello blanco que son más peligrosos que la mafia. Lo mataron porque no se detenía ante nadie. Lamentablemente, muchos no lo aceptaron, porque había una colusión generalizada".

Basta pensar en una cosa, prosigue Gaspare Mutolo, "en el Maxiproceso que hizo Giovanni Falcone, con tantos magistrados que arriesgaron la vida, no hubo un solo magistrado del fuero penal que quisiera presidirlo. Lo hizo Alfonso Giordano, que pertenecía al fuero civil. Los demás tenían miedo. Cuando vimos que el presidente del Maxiproceso era Giordano nos echamos a reír... fue una gran satisfacción para los mafiosos saber que inspiraban tanto miedo. Así era el Palermo de los años ochenta. Con la mayoría de los políticos súcubos de la mafia y Riina que aterrorizaba a todos: basta, no pierdo más tiempo, o hacen esto o los mato".

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Foto de portada: © Paolo Bassani