Domingo 8 Diciembre 2024
Exclusiva entrevista de Antimafia Dos Mil a un emblemático arrepentido de Cosa Nostra
Su rostro ha salido en una revista italiana; nuestra entrevista fue preámbulo para ese gran paso
 
Por Jean Georges Almendras-14 de abril de 2022

Gaspare Mutolo, el arrepentido de Cosa Nostra -que era chofer y soldado nada menos que de Toto Riina- ha dado a conocer su rostro públicamente, por decisión propia, por coraje propio, porque por bastantes años mantuvo su cara en el más estricto anonimato. Siempre enmascarado. Pero hoy, precisamente hoy, y quizás por esos enigmáticos designios del destino, un día después de que falleciera Letizia Battaglia -fotógrafa- el rostro de un arrepentido mediático como es Gaspare -hoy artista pictórico- fue divulgado en la portada del semanario Oggi (“Hoy”) en toda la península itálica y en el mundo. Los kioscos italianos exhiben la revista y exhiben la foto de Mutolo, que hace parte de una entrevista exclusiva que hiciera Luigi Garlando. De Gaspare Mutolo, a partir de hoy, se le conoce únicamente su rostro, pero no su identidad (porque tiene un nombre falso) ni tampoco dónde reside. De Gaspare Mutolo solo se conoce su historia y su decidida actitud de mostrarse al mundo a través de un registro del fotógrafo James Hill, del New York Times, que fuera ganador del portentoso premio mundial Pulitzer. Al iniciar la entrevista con Oggi, que fue materializada en un lugar secreto, Gaspare Mutolo no tuvo reparo alguno, ni duda alguna, en afirmar (personalmente estimo, si se quiere como un acto suyo de libertad reparadora, pacificadora y al mismo tiempo, apelando a un tono enérgico para con su pasado mafioso): "Tengo 82 años, en los años que me quedan quiero pagar con sufrimiento el mal que he hecho y dejar algo útil, a través de palabras e imágenes", y agrega "sueño con volver a Palermo a hablar con las mujeres de la mafia, sus esposas, sus hijas, para que convenzan a sus hombres de cambiar rumbo, porque la mafia es muerte"

No importa dónde ni cuando, pero Antimafia Dos Mil, también entrevistó en exclusividad a Gaspare Mutolo, hace algunos meses en tierra italiana. Conocí su verdadero rostro y mantuve un fluido diálogo con él: un hombre -un anciano que desprende una empatía maravillosa e indescriptible- que en 1991 comenzó a colaborar con el Estado a pedido del juez Giovanni Falcone.

El día que lo conocí nos sentamos alrededor de una mesa redonda, y tal como lo acordamos se puso de espaldas a nuestro fotógrafo, porque todavía estaba dentro del programa del Servicio Central de Protección, el que hace pocos días -7 de abril último, más precisamente- abandonó, para dar un paso gigantesco en su vida presente. Gaspare es un pintor naiff, después de dejar la otra vida, la del mafioso, cargando sobre sus espaldas más de una veintena de asesinatos como autor y muchos más como coautor, y una vida de tensiones inimaginables, propias de un soldado de Cosa Nostra que tuvo privilegios dentro de ese ámbito, como por ejemplo estar codo a codo con Riina, conocer secretos, planes, y nombres y apellidos de personas comprometidas con la mafia, como parte de su actividad cotidiana, siempre al margen de la ley, obviamente. 

Dos años atrás, en octubre, nuestro director Giorgio Bongiovanni entrevistó a Gaspare Mutolo en Radio Zaius para el programa "Pianetaoggi eventi nel mondo" y el arrepentido atinó a decir, quizás en tono de prólogo de lo que acontecería hoy mismo: "He pagado, sin duda, por el camino que elegí. Ahora pido ayuda a las mujeres de la mafia, madres y esposas y hermanas, para hacer cambiar de vida a sus seres queridos. Ser mafioso es feo y estúpido".

Cuando tuve la oportunidad de tenerlo frente a mí, bastante tiempo después, era un hecho que ese pensamiento ya estaba madurándose en él gradualmente. Mirándome siempre a los ojos, porque es un hombre que no baja la vista, fue desgranándome reflexiones de su pasado, pero siempre funcionales a un presente prometedor y venturoso; a un presente de anciano que se deslumbra cuando asume que pintar cuadros fue para él un descubrimiento de alto valor ético. 

Comienza a hablarme un hombre anciano, pero que gesticula y se comporta con la fortaleza de un hombre de mundo. Y vaya que tiene mundo encima suyo. Pero su trato y su forma de conversar no es la de un mafioso, ni mucho menos la de una persona que ha quitado vidas. Es todo lo contrario. Es un anciano con el que podríamos cruzarnos en la plaza pública, en un parque, en una cafetería. Es un anciano al que imaginaríamos jubilado, gozando de los descansos merecidos, tras años y años de trabajo honesto. Pero no es así. Tengo frente a mí a un anciano que me hablará de todo aquello que muy pocos se animarían a decir, después de un pasado mafioso, pesado y sobrado en responsabilidades.

Pero Gaspare Mutolo, es un hombre que tiene valor y tuvo muy bien puestas sus ideas para elegir el camino del arrepentido para dejar atrás la mafia; para poder convivir con la sociedad moderna, como un anciano dedicado al arte de la pintura, haciendo exposiciones, concediendo entrevistas, hasta el punto que una famosa periodista y escritora Ana Vinci, publicó un libro biográfico sobre él, porque su historia es válida para conocer todos los más intrincados pasadizos y sinuosos secretos de la mafia italiana, y también para combatirla, para confrontarla.

Con Gaspare Mutolo su autentico arrepentimiento fue el camino para dejar la mafia 2

Prendo el grabador y nos miramos. Nuestro fotógrafo está a sus espaldas, se cuida de no evidenciar ni lugar ni rostro. Respeta el acuerdo de preservar el anonimato, ese anonimato que hoy con la revista Oggi es nulo absolutamente, por más que nadie sepa dónde vive y con qué identidad se desenvuelve en el día a día junto a su familia.

Gaspare Mutolo nos habla, como si nos hubiésemos conocido anteriormente. Habla con naturalidad. Hay fuerza y energía en la entonación de sus expresiones. La charla lleva su tiempo. Prefiero que hable él. Le hago pocas preguntas. No son necesarias. Habla convincente y le gusta hacerlo, no por estrategia, sino porque ahora es un hombre que puede hablar, que no quiere guardar más secretos. Y cada palabra es una revelación. Cada tramo de la conversación va desde sus comienzos como delincuente, hasta al amor por su familia, que fue para él la salvación. Va desde su vida de mafioso hasta los motivos por los cuales hizo un clic en su criminalidad cotidiana, y decidió arrepentirse, con una metodología propia, no como lo hizo, por ejemplo, Tomaso Buscetta en los días del maxiproceso. Gaspare Mutolo nos habla de Nino Di Matteo, de Giovanni Falcone, reconociendo que solo él le inspiró confianza para vivir y hacer su cambio de vida. Nos habla del verdadero valor de la vida y nos habla en primera persona de los jóvenes y de Giorgio Bongiovanni, pero además recalca e insiste en creer en la Ley y afirma enérgicamente que la mafia solo desaparecerá si se le incauta el dinero. Pero también nos habla de Matteo Messina Denaro, puntualizando con certeza inequívoca que está prófugo porque se sabe muy bien protegido, sino, ya habría sido capturado.

Gaspare Mutolo nos ha hecho ingresar en los terrenos de la mafia, inspirado en solo una cosa: hacer el bien, porque lo dice y lo repite cada vez que un periodista lo ha entrevistado: “La mafia es muerte, nada más que muerte y maldad”

Les ofrecemos una entrevista exclusiva de Antimafia Dos Mil, que hoy, cuando Gaspare ya es un hombre público sin máscara cubriéndole el rostro, se torna un testimonio único, rico en enseñanzas y en vivencias, que no hacen otra cosa que ser por antonomasia funcionales a la Antimafia.

-¿De qué forma puede Gaspare Mutolo hablarnos de Gaspare Mutolo?

“Digamos que hablar de Gaspare Mutolo es contar una historia un poco larga. Soy nacido en 1940, en tiempos de guerra. Mi infancia ha sido en postguerra, así que se puede entender que eran tiempos malos, donde tanto los niños como los jovencitos, tenían que arreglárselas de alguna manera para poder comer, no es como ahora que viven en cuna en pesebre. Me recuerdo aquellos años que, si bien fueron tristes, también fueron bellos porque había más valores, valores que se han perdido en el tiempo, y con ellos el bienestar que significan. Yo he estado lamentablemente en el mundo del delito y no me avergüenzo de decirlo, y he pedido perdón por eso. Lo sé, es difícil comprender el perdón para alguien que este manchado por el delito, pero en mi caso, el delito era pertenecer al sistema, con sus consecuencias por supuesto. Hoy escuchando la declaración de un juez importante, un tal Palamara, con quien he estado en conexión, a quien he revelado algunas cosas, que si se pensaban, no se podían decir, pero hoy con sus declaraciones nosotros podemos decir tranquilamente que yo era parte de un sistema. Yo puedo decir hoy libremente y con más énfasis, que pertenecía a un sistema dedicado al mal, que la mafia era una organización dedicada al mal, y esto yo lo he entendido después”.

“Yo he tenido la experiencia de pertenecer a ese sistema. Cuando se era parte de la mafia, no se podía refutar de matar a una persona, de cometer un secuestro, de exigir dinero a un empresario, a un industrial; era un sistema que desafortunadamente lo considerábamos como bueno y lo seguíamos, aunque sabíamos que esto podía ocurrirle a alguna persona de nuestro entorno, inclusive a aquellos con quien uno tenía amistad; aunque esto fuera doloroso, uno debía seguir las ordenes, porque era parte de un sistema, y lo llamo sistema porque un personaje de una institución, define una cierta asociación como sistema. La magistratura lo define así. Nosotros no lo llamábamos sistema sino Colori. Yo en el año 91 quise salir, quise romper con este sistema, cuando ya no era parte de mi ideología, porque es verdad que sobornábamos, liquidábamos gente, matábamos, pero teníamos códigos. Por ejemplo, si alguien era un abusador de niños, si era un personaje que se comportaba mal, nosotros lo matábamos, o sea que aquello que no hacia la Ley, lo hacía la mafia”.

Con Gaspare Mutolo su autentico arrepentimiento fue el camino para dejar la mafia 3

“La mafia tiene poder sobre jueces y personajes de la política”

“Yo he conocido diversos jueces, diversos abogados, diversos personajes de la política a quienes se manipulaba, porque la mafia tenía poder sobre ellos; a  los llamados jueces malos los matábamos, porque para nosotros era más fácil matarlos que tener que declarar ante ellos y que nos reprobaran. Pero yo vi que este sistema con el tiempo fue cambiando, porque por ejemplo cuando uno estaba en una fiesta se brindaba por cosas como por los niños del mundo, o por todas las damas del mundo, no hacíamos diferencia si un niño era el hijo de un magistrado o de un policía, un niño era un ángel, era intocable y yo coincidía con esta idea noble, así lo sentía. Ahora, del momento que la mafia comenzó a matar niños, y no por accidente sino exprofeso, yo comencé a ver este sistema como un sistema malo (sistema feo), del cual ya no me sentía orgulloso, porque ya no lo conformaban hombres de honor. Si me miraba al espejo me decía, ¿cómo un hombre puede ser de honor si mata a mujeres y niños? Y yo he dicho esto tal cual, encontré este rechazo dentro de mí, yo ya no me sentía más parte de este sistema  y quise compartir esta confesión. ¿Pero a quién elegir para contarlo? Y elegí a la persona que para mí era la más calificada por su experiencia; una persona que me había mandado un montón de pedidos de captura; entonces elegí al Juez Giovanni Falcone, que era el hombre que más se destacaba en mafia, para manifestarle todo esto. Yo rompí ese muro de silencio, con Tommaso Buscetta, entonces pensé en colaborar, a pesar de que yo había participado en secuestros de personas, en atentados contra carabineros, policías, etc. Pero no conocía a ninguna de las víctimas. Cuando elijo a Falcone para mi confesión, fue pensando que era la persona que podía derrumbar el sistema. Él ya me conocía porque me había mandado cinco o seis pedidos de captura en el maxiproceso, y en varios otros procesos”.

“Él me pidió colaboración, ya me conocía, ya había hablado conmigo, yo ya había sido interrogado por él. Entre él y yo había nacido una simpatía recíproca, mutua; había diálogo entre los dos. Creo que yo era el único mafioso detenido, que cuando Falcone terminaba su interrogatorio conmigo (yo tenía los mejores abogados, y aún los tengo) nos quedábamos charlando”. 

“Una vez yo estaba con uno de los jueces más importantes de Palermo, un juez que ya me había interrogado sobre varias cosas y me pidió que colaborara, pero yo no colaboré. Cuando yo no colaboraba, mis declaraciones eran: 'me llamo Gaspare Mutolo, soy nacido en Palermo el 5 de febrero de 1940, soy inocente'. Y el Juez se sonreía, ya había una simpatía recíproca, y no porque le contara cosas, porque en realidad no le contaba nada”.

“Me disgustó como mafioso el homicidio de tres mujeres”

“Cuando pienso en cambiar, cuando reflexiono digamos que lo que me disgustó fue el homicidio de las tres mujeres, de la madre, la tía y la hija de la hermana de Mannoia, que nada tenían que ver. Después también me he sentido un poco mal cuando mataron la esposa de Giovanni Montade, mientras servía café a las personas amigas; y otro caso muy conocido, es el estrangulamiento de la mujer de un mafioso de Alcamo, que en este momento no me recuerdo cómo se llama; ella era su mujer, estaba embarazada de cuatro meses, el mafioso era Milazzo, era el jefe de Alcamo (Provincia de Trapani) y ella era su mujer. La estrangularon por el hecho de que podía saber y decir cualquier cosa porque le habían matado al compañero. Pero cuando yo escucho al respecto, porque entre nosotros se comentaba y estas cosas siempre se sabían, entonces yo pensaba en este hecho y me preguntaba con qué coraje se puede estrangular a una mujer, por eso decidí hablar con Falcone, y por eso decidido ya, busco la manera de hablar con Falcone, pero también por mi cultura (había ciertos códigos), digamos que yo conozco los mafiosos, los capos, los jefes mafiosos, que pasaron por varios periodos como Gaetano Badalamenti, Michele Grecco, después Toto Rinna”.

“Yo note que Badalamente sale de la cárcel en el 78 y luego en Palermo se da la orden que no se hagan más secuestros de personas; que, si alguien participaba en un secuestro de persona, teníamos que estrangularlo. Secuestran en Palermo a Graziella Mandalla, esposa de un constructor, un tal Quartucci, que lo recuerdo porque en esos tiempos lo metieron a la cárcel por imputación de viejos asesinatos de la mafia. Entonces escucho que esta mujer secuestrada por Badalemente, según parece, la custodiaba otra mujer, secuestrada también, que estaba enferma, que estaba mal. Entonces esto es algo que nos había tenido muy molestos a todos en ese entonces. También habíamos descubierto que habían asesinado a ocho personas (Nosotros ya habíamos liberado a esta mujer). A esta mujer la cuidaba otra mujer y como regla se la iba a matar. Hay reglas, pero no se aplican a una mujer; si alguien quería matarla la mataba, pero no osaron tocarle un cabello. Fue liberada tranquilamente. El marido, pobrecito, lo metieron preso, la policía pensaba que era responsable de los hechos, pero después entendieron que no tenía que ver".

“Entonces cundo yo hablo con Falcone le digo que a mí no me interesa colaborar como lo hicieron estas personas, porque yo voy a colaborar de una manera diferente, voy a romper, voy a cortar con el cordón umbilical que te une a la madre, en este caso romper con todas las conexiones de la cárcel”.

“Me siento un afortunado porque no me abandonó la familia”

“Yo he combatido y he colaborado porque quería cambiar, ya no me he equivocado más, no he regresado a mis pasos. Mi familia es muy buena, porque los verdaderos héroes son los miembros de la familia que siguen al colaborador, y que muchas veces sufren las humillaciones, las mortificaciones; tantas familias de colaboradores no los han seguido, la esposa, ¡¡¡el hijo los ha abandonado´, sí!!! Por eso yo me siento un afortunado y por eso debo agradecer a mi esposa, a mi hijo, porque no me han hecho faltar afecto, atención, nada, y eso me ha dado coraje y decisión a colaborar”.

"Yo debo hablar con Borselino porque muere Falcone. Era el jefe de la procuración de Palermo y yo quería, pero no sabía si iba a poder hablar con Borsellino, a tal punto que digo, 'no colaboro, o colaboro con esta persona o no colaboro, no me interesa'. Sucede que la única tutora en el ámbito de colaboradores avisa a la dirección con miedo a que me mataran. La única cosa extraña, que cuando yo hablo con Falcone y con Di Gennaro, que era el jefe de policía cuando muere Falcone, el que tenía el contacto era el jefe de la policía, Di Genaro. Ellos estaban asombrados porque yo estaba en la boca del lobo, totalmente tranquilo y sereno dentro de mí, confiado, tranquilo yo no pensaba que estaba haciendo algo malo, traicionando a mis compañeros, ¡¡¡no!!! Lo hacía naturalmente. Entonces yo soy el único personaje colaborador que elijo con quién voy a hablar; después con la ayuda de mi familia he podido superar muchas cosas”. 

"Me sentía orgulloso de ser mafioso"

“Yo no me sentía más parte de este sistema. Cuando yo he colaborado, lo he hecho decidido sin esperar nada, sin miedo porque ya no sentía ser más lo que era. Cuando yo me convertí en mafioso me sentía orgulloso de serlo, del significado de la palabra mafioso. De las personas que yo conocía, los personajes importantes de la Sicilia eran los mafiosos, los más ricos eran los mafiosos, y no era cuando se presentaban una persona a otra, eran la misma cosa. Entonces cuando todo esto cambia, que tantas personas buenas son asesinadas, ya no quería estar más en la organización, ya no me sentía más como parte de esta organización, no me sentía tranquilo”.

"Entonces cuando yo colaboro, no pienso que estoy haciendo algo malo, pienso que estoy haciendo algo bueno. Todavía hoy pienso que no me equivoqué, porque yo por ejemplo tengo hermanos, hermanas, sobrinos en Palermo que nunca los han tocado. Por ejemplo, he conocido mucha gente que me ha querido ver; yo entiendo que es una responsabilidad si me siento con un palermitano, pero no puedo hablarle mal, eran malos los corleonenses, el grupo de personas parlermitanos agregados a los corleonenses, que Riina, como estas persona, habían perdido la luz de la razón cuando un padre regresa de haber ido matar a su hija”.

"Hablando con Luciano Liggio, me dice, 'perdón, pero si tu hija se equivocara tendrías que matarla'. ¡¡No!! Yo, haga lo que haga mi hija, jamás la mataría; no la miraré más a la cara, no la hablaré más pero jamás la mataría. Estos valores yo los he sentido y los siento. Cuando yo comencé a colaborar, he comprobado los resultados de esto en las personas: muchos arrepentidos que venían con su familia, esposa, hijos. Luego de un tiempo estos familiares no querían seguir apoyándolos, porque querían otro tipo de vida, entonces el arrepentido reincidía en el delito”.

“Hay colaboradores que se han portado mal, por ejemplo la esposa de Santa Paula, que es asesinada por un colaborador en Catania. Después está una chica que mientras estaba sobre la tumba del padre un colaborador le dispara. También el caso de los cuatro palermitanos que bajaron en Palermo, en San Giuseppe, y mataron a siete personas. De cualquier modo la ley protege a los que verdaderamente quieren colaborar, porque el que realmente quiere trabajar en la colaboración, es porque ha cambiado. Yo he cambiado completamente mi mentalidad, por ejemplo he cortado totalmente con gente, he dejado de ver a personajes turbios sicilianos, italianos; mis amigos son policías, gente decente, magistrados, abogados, periodistas ,escritores. No me vinculo a gente de mala vida porque lamentablemente entiendo que aún sin proponérselo, ellos viven en el mal y te pueden inducir al mal”.

Con Gaspare Mutolo su autentico arrepentimiento fue el camino para dejar la mafia 4

“Mucho me ha ayudado la pintura y conocer a Giorgio Bongiovanni y su entorno”

“Para lograr esto creo que me ha ayudado mucho la pintura, pintar, y también el amor de mis hijos y de mi esposa, porque esto es muy importante, no sé qué hubiera sido de mi si me hubiera abandonado alguno de mis hijos o mi esposa. Me siento afortunado por esto. Después de haber encontrado a personajes como Giorgio Bongiovanni he cambiado completamente mi visión de la vida. Digamos también porque mi esposa, cosa extraña, no hacía amistades rápidamente con otras personas, porque si ella tiene que decir que es extranjera, que no tiene hermanos, hermana, entonces ella prefería no conocer a nadie. Esto, hasta que conocimos a Giorgio y a gente de su entorno. Del momento que hemos conocido a Giorgio y a algunos personajes que están cerca suyo, hemos entendido el comportamiento y los valores de ellos, digamos que mi esposa se ha sentido atraída por estas personas, y no ha  faltado ocasión de visitarlos; por ejemplo, cuando fue el casamiento de Giovanni, y tantas otras  ocasiones que hemos tenido esta posibilidad. Así he ido cambiando paulatinamente la mentalidad, porque, la mentalidad de un colaborador permanece siempre, porque después de ser mafioso durante 50 años, la mentalidad mafiosa tiende a permanecer. He colaborado desde el 91, tenía 51 años, era un mafioso, pero después de muchos años yo he comenzado a ver las cosas más bellas”.

“Cuando yo vigilaba a un secuestrado, no lo maltrataba”

“Cuando yo era joven, he sido siempre bueno. Te hago una comparación: yo he secuestrado personas. Un tal Emilio Baronne, un terrateniente de Lodi,Milán, fue secuestrado en 1974, y un día estando prisionero me dijo, 'cuando yo siento tu voz digo, ¡Oh! ¡¡Está el bueno, es el bueno!! Me llamaba 'el bueno'. Yo lo vigilaba, pero no lo maltrataba, cuidaba sus necesidades. Yo he sido realmente bueno de carácter, hay otros que son violentos, pero yo no, aún en la vida de mafioso. Este último tiempo yo he descubierto cosas bellas, por ejemplo, mi esposa. ¡Y pensamos que la vida ofrece tanto! El amor, el respeto, la ayuda al prójimo, tantas cosas que he descubierto poco a poco”.

“Giorgio Bongiovanni es el ejemplo del bien, y con todo corazón he abrazado ese camino”

“Mas después de haber frecuentado a Giorgio Bongiovanni, entonces me dije, es el ejemplo del bien. Entonces con todo el corazón he abrazado este camino. Yo entiendo que hay cosas muy difíciles de perdonar, pero es importante el arrepentimiento y yo me he arrepentido, hace treinta años que he cambiado de vida; entiendo que lo que he hecho de joven era malo y es difícil de perdonar, yo lo hacía como algo normal, no por malo. Escuchando el discurso de un alto magistrado, Lucca Palamara, decía que las mafias son sistemas, y los mafiosos debían seguir aquel sistema, como lo son la masonería, la 'Ndrangheta, etc, como lo son estas asociaciones, y que aún los personajes que están limpios deben cumplir con las normas del sistema, seguir la dirección que te marca ese sistema, aunque no estes de acuerdo”.

-Gaspare, ¿cuándo termina la mafia? ¿Se puede decir que termine algún día?

“Hace más de 20 años yo había tenido una entrevista con Sabina Guzzanti, una gran periodista que ha escrito sobre la tratativa, pero en forma cómica, a ella yo le dije que la mafia podía ser destruida si lo quiere el Estado, porque en el Estado no son todos ladrones, la mayoría son personas de bien. Esto se lo he dicho también al presidente de la República en una entrevista. ¿Como derrotar a la mafia? Incautando su dinero, la mafia si no tiene dinero desaparece”.

“Recuerdo una vez que vi por internet una entrevista que estaba haciendo Maurizio Torrealta -periodista- donde se hablaba de mafia, y comentaban sobre un personaje de la política, que le habían secuestrado 1.800.000.000 (mil ochocientos millones). Para el Estado no basta incautarle 1.800.000.000, porque la agarraron con las manos en la masa; a esta persona hay que incautarle todo el dinero que tiene, porque solo así se puede destruir la mafia. Si un político piensa que en cuanto lo descubren ya está bien, lo ponen bajo arresto domiciliario y no hace falta más, entonces estamos Jugando al juego de Pulcinella, pero para vencer a la mafia se necesitan leyes severas y justas. Si alguien favorece a la mafia, aunque no sea mafioso, debe pagar las consecuencias como si lo fuera. Porque el mafioso si tiene dinero y lo ponen en la cárcel, no le importa un carajo, porque si tienes dinero -y esto yo lo sé y lo digo por experiencia- y estas en la cárcel, sabes que cuando mucho estarás seis meses a un año y sales libre”. 

“Cuando yo tenga la oportunidad de hablar libremente, (porque he hablado, pero con ciertas limitaciones), esto lo diré y puede ser de mucha ayuda, porque tengo fe en la ley, creo en la ley. La ley es la cosa más bella que hay, digamos que quien creó las leyes, Sócrates, por respetar las leyes, ¡¡¡se hizo matar!!! ¡¡Lo envenenaron!! Porque si daba un paso al costado, entonces, ¿qué cosa era la ley?”.

Con Gaspare Mutolo su autentico arrepentimiento fue el camino para dejar la mafia 5

-¿Qué piensas, sientes, cuando escuchas la voz de Nino Di Matteo? ¿Cómo lo ves en estos tiempos?

“Yo conozco a Nino Di Matteo porque como juez me ha interrogado, igual que conozco a Sabina Guzzanti, y desde hace más de 20 años yo he dicho al respecto: Nino Di Matteo es la encarnación de Giovanni Falcone, y no creo haberme equivocado porque las pruebas están a la vista. En más de 20 años, habiendo conocido y seguido la Tratativa que han hecho, habiendo conocido tantos periodista, escritores, personas de la cultura, no había una sola persona relacionada a la cultura que creyera en la Tratativa.Comenzando por el presidente de la República, Giorgio Napolitano, quien se vio envuelto en un sistema aberrante, porque era realmente un sistema aberrante. Después que muere Falcone, después de pocos meses, digamos que es ahí donde Napolitano comienza a tratar con los mafiosos. El tema era ese, no fue que de repente la muerte de Paolo Borselino me despertó el corazón y me llevo a romper el silencio. Borselino había entendido la estrategia, había encontrado en mí la persona que podía ayudar desde el conocimiento de este sistema, sobre todo después de los casos que ya conté de los asesinatos de mujeres, etc. Cuando yo comencé a colaborar, tuve la idea, el presentimiento de que lo mío era una misión porque en mi vida ha habido más de una persona a la que he matado porque no hay forma de no cumplir lo que la mafia ordena”.

-Gaspare, ¿qué puedes decir al mundo, al hombre común que hoy mira el fenómeno con preocupación, por ejemplo, en Sudamérica?

“Debo decir, no solo a los ciudadanos sino fundamentalmente a los gobernantes, porque los ciudadanos dependen de los gobernantes, pero a los políticos les diría que en el mundo estamos de paso, que no tiene sentido tanto dinero, matando mujeres, niños etc. La mafia tiene espacio en todo el mundo, también en Sudamérica, pero lo que quiero decir es que son los gobernantes los que principalmente no respetan las leyes, entonces qué puede hacer un ciudadano ante gobernantes corruptos. Y quiero reiterar y lo he dicho a familiares de mafiosos y a todos, ¿cuál es el sentido de ser rico y terminar preso? Las opciones son, ¡o te mueres joven o terminas preso y el Estado secuestra tu dinero, entonces conviene vivir en la tranquilidad y en la honestidad en el bien! Hay mafiosos sudamericanos, hay mafiosos en todo el mundo, hay mala vida en todo el mundo. Repito, yo hablo siempre por experiencia, yo he sido un traficante de droga, me han encontrado llevando muchos kilos de droga en el auto, en el año 83. Les diría que ellos no miden el dolor que le produce a la familia el estar en la cárcel. A la madre, a la esposa a los hijos. Les diría una frase que me escribió mi hija en tiempos en que regalaba dinero: 'Hubiera preferido tener menos muñecas, menos juguetes, y poder tenerte a mi lado', porque necesariamente el traficante, el mafioso, el que lleva una mala vida, si realmente quiere a su familia, a su esposa, a su madre, a sus hijos, tiene que dejar esa vida de delincuente”.

-¿Tienes miedo de que Cosa Nostra pueda matarte?

“Mira, yo sé que las leyes de la mafia, y esto me lo ha dicho mi jefe, cuando uno hace el juramento del santo que se pasa de mano en mano, tú sabes lo que esto implica. El juramento dice que tú debes purgar en tu cuerpo como en la sagrada imagen, si traicionas a la mafia. Cuando un mafioso traiciona, intenta dejar la mafia, no se le da la posibilidad de morir en su lecho así tenga 80, 90 años; se lo mata, conforme al juramento". 

-¿Qué te inspira Matteo Messina Denaro, hoy prófugo?

"Yo lo conozco desde joven, es un personaje de mucha influencia. La mafia del trapanese, porque él es de Trapani, está en todos lados, en todo el mundo, igual que las otras mafias. En América están todas las mafias de la zona de Castelvetrano, de Mazara, de Trapani, Palermo. Es imposible que no hayan podido llegar a Messina Denaro, que él siga libre. Si tenemos en cuenta cuántos allegados a él han sido arrestados en estos años desde el 92, son más de 200, de 300, entonces es imposible que no hayan llegado a él. Es evidente que hay un sistema que protege a Messina Denaro. Cuando hablo de sistema hablo de todo lo que lo conforma, como la masonería, por ejemplo, un alto sistema, que sabemos esta siempre involucrada en todos los ámbitos de influencia, iglesia, instituciones, mafia, etc; digamos también, son parte del sistema que está salvaguardando”.

-¿Tienes algo para decir a los jóvenes?

“Los jóvenes son nuestro futuro, la tarea de los jóvenes es hermosa, y nosotros debemos darle la fuerza para que persistan en el bien. Y si las cosas han cambiado un poco ha sido gracias a los jóvenes, ellos no tienen miedo, entonces solo ellos pueden llevarnos a este cambio. En los gobiernos aún hay ladrones. De un tiempo a esta parte al haber conocido a estas personas, a Giorgio, a sus allegados, he sentido lo que nunca antes había sentido. Son sensaciones que yo desconocía. Yo ahora aprecio tantas cosas bellas que antes desconocía. Y yo digo a estos jóvenes (de Our Voice) que no deben tener miedo de la mafia, porque ellos combaten el mal esté donde esté, no apuntan a la 'Ndrangheta, a la Camorra, etc; ellos apuntan al mal en general, ellos ya están orientados hacia el bien. Les interesa el bien. A mí, una vez hablando con un cura, de Bari, que estaba haciendo una entrevista con Sabino, me pregunto si yo había hablado con el Papa y le dije no, yo no me siento con ganas de hablar con el Papa. Yo no siento haber expiado el mal que hice, y si lo he hecho no me he dado cuenta. Yo no haré más el mal, yo ahora trabajo para el bien, eso puedo decirlo. Pero dentro de mí, tal como entiendo el dolor causado a la esposa, a los hijos, a los padres, me parece imposible ratificar que mis pecados han sido expiados, como me han dicho algunos”.

-Gaspare, ¿qué puedes decir a quien lee tus entrevistas, que piensa de tí que eras de la mafia y que ahora hablas de amor a la vida?

“Digamos que yo por un cierto periodo que yo llamo 'de pelea', he tenido una sensación de rebelión, he estado tratando de mostrar el mal que nos rodea, no solo hablo de los políticos sino de todas las instituciones. Yo me siento feliz cuando recibo un cumplido de alguna persona que entiende mi estado de ánimo porque en realidad yo me he arrepentido de corazón, he cambiado mi vida. Yo creo que no puede haber perdón sin arrepentimiento. Estoy tratando de dejar a los chicos las experiencias que vivió una persona como yo en el inframundo, y que pudo cambiar su vida. Estoy intentando dejar lo mejor de mí, intento con todas mis fuerzas aprender a predicar algo bueno, porque a la mafia la hacen los hombres. Y como dijo Falcone, para todo hay un principio y un final. Yo quiero hacer esto sobre todo por los jóvenes, porque el mérito es de ellos, crecen con la mentalidad de hacer el bien y todo esto ayuda a que tengan la fuerza para pelear por ese bien”.

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*Foto de portada: Antimafia Dos Mil

*Foto 2: Revista Oggi 

*Foto 3: TempsreelNouvelobs.Com/Gaspare Mutolo detenido

*Foto 4: Antimafia Duemila / Gaspare con la máscara presentando un exposición de pinturas.

*Foto 5: Antimafia Duemila / Facebook / Libro de Anna Vinci sobre Gaspare Mutolo