El líder de Italia Viva dialoga con los condenados por delitos mafiosos (complicidad y concurso externo)
 
Por Giorgio Bongiovanni-13 de diciembre de 2021

Corría el año 2012. Cuando los periodistas de Il Fatto Quotidiano le preguntaron a Matteo Renzi, entonces alcalde de Florencia, qué pensaba de la posible constitución civil del Gobierno en el juicio de la Tratativa Estado-mafia, respondió: "Contacten con la oficina de prensa, yo estoy en el estadio, estoy viendo el partido, juega la Fiorentina".

Desde entonces, Matteo Renzi se ha cambiado muchas veces de ropa. Primero fue secretario del Partido Demócrata, prometiendo quién sabe qué cambios dentro del centro izquierda, después fue primer ministro. Luego, de nuevo se separó del partido, dando a luz a Italia Viva. Evidentemente, su gobierno no brilló en la lucha contra la mafia, aunque la opción, posteriormente retirada, de nombrar a Nicola Gratteri en el Departamento de Justicia, haya vendido bastante humo.

Con el tiempo su verdadero rostro, el del viejo lobo, nefasto, vestido con el manto del cordero, a las órdenes del poder de esas mentes refinadísimas de hoy que sirven al príncipe de todos los tiempos, se ha revelado en su esencia.

Y no solo por estar entre los partidarios del actual gobierno de Draghi, para hacer caer al segundo gobierno de Conte, con un partido del 2%.

Su peor rostro, Matteo Renzi lo ha mostrado cada vez más en los últimos tiempos cuando, directamente desde la Leopolda, entre atronadores aplausos, hizo repetidos ataques contra el Poder Judicial que no hace más que cumplir con su deber, verificando noticias de delitos y yendo hasta el fondo en la búsqueda de la verdad sobre las masacres y las tratativas consumadas en nuestro país, desenmascarando al sistema criminal.

En su largo discurso, Renzi, al igual que Silvio Berlusconi hace veinte años, habló de "juicios mediáticos", de togas que "invaden la política" y que "ponen en riesgo al sistema democrático". Luego atacó a los fiscales florentinos, culpables de haber llevado a cabo la investigación sobre la Fundación Open, que tiene al político toscano entre los once sospechosos (acusado de financiación ilícita, ndr).

Ya habíamos contado las mentiras dichas del exfiscal Carlo Nordio sobre la Tratativa Estado-mafia y el delirante ataque contra el consejero togado Nino Di Matteo (que instruyó el juicio de Palermo en primera instancia). A eso se suman las locas consideraciones de Alessandro Barbano, codirector del Corriere dello Sport y exsubdirector del Mattino.

A sus ya conocidas tesis hiper garantistas les añadió pensamientos nefastos sobre el tema de la confiscación de bienes ("Una ley penal liberal no confisca propiedades, empresas de ciudadanos inocentes o incluso absueltos") y sobre la cadena perpetua ("Un derecho penal liberal no puede contener una norma que llamada cadena perpetua estricta, que impida que se otorgue el beneficio de la libertad anticipada a los treinta años y cualquier otro beneficio, a menos que haya colaborado activamente con el fiscal").

Argumentos, los de la revisión de la ley Rognoni-La Torre (sobre decomisos y secuestros de bienes mafiosos) y la abolición de la cadena perpetua, tan queridos por Cosa Nostra que Riina los incluyó entre los puntos del papel de peticiones exigidas al Estado para detener las masacres.

Los aplausos de los presentes entre el público de la Leopolda, así como los de Matteo Renzi, muestran que no tiene intención de luchar contra la mafia un partido que le hace guiños y pacta con los sujetos que han tenido que ver con la mafia.

Me explicaré mejor. Y para ello, el punto de observación debe trasladarse a Sicilia, una isla que es el laboratorio de numerosas alianzas políticas, así como a menudo el equilibrio decisivo en la perspectiva nacional.

El diálogo entre Matteo Renzi y Marcello Dell'Utri nunca fue realmente desmentido, un hombre que cumplió una condena de 7 años por concurso externo en asociación mafiosa, cofundador de Forza Italia, y recientemente absuelto en la apelación del juicio Estado-mafia tras una condena en primera instancia (aún se esperan las motivaciones de la sentencia y falta una instancia más del juicio, ndr).

El propio Dell'Utri, que en los últimos meses tras la sentencia de la Corte d’Assise de Apelación había jurado que ya no quería dedicarse a la política, sería la gran maniobra para traer agua nueva al "molino" de Silvio Berlusconi (ese empresario, condenado y exprimer ministro que le pagaba a la mafia, como dicen las sentencias). El sueño prohibido del "Caimán" es el palacio del Quirinal. Pero sentarse en la silla del jefe de Estado es un camino bastante difícil.

Mientras tanto, sin embargo, es bueno seguir adelante con una alianza electoral con Forza Italia en Palermo y Sicilia.

Marcello Dell'Utri habría sido el proponente de una cena, el pasado mes de octubre en Florencia, entre Matteo Renzi y Gianfranco Miccichè, presidente de la Asamblea Regional Siciliana, procónsul de Berlusconi en la isla, así como delfín del propio Dell'Utri.

La idea es la de construir un gran centro moderado para experimentar primero en Sicilia y luego en las elecciones políticas del 2023.

En primavera están las comunales de Palermo y para la capital Renzi propuso al líder del grupo Italia Viva en el Senado, Davide Faraone. Pero muchos lo interpretan como un paso adelante estratégico, que en realidad apunta a promocionar a otro sujeto apreciado por Forza Italia: Francesco Cascio, ex presidente de ARS (Agencia Regional Sanitaria).

Pero la maniobra para el gran centro también incluye a otra figura.

Porque en las últimas administrativas se produjo una nueva hazaña de Totò Cuffaro, condenado a 7 años por complicidad con la mafia (pena cumplida) con proscripción perpetua para ejercer cargos públicos, que resucitó políticamente a la Democracia Cristiana.

De hecho, este es el tiempo de la restauración del Antiguo Régimen.

Y esto sucede en una Italia que tiene muy poca memoria a pesar de que hay sentencias que certifican hechos y fechorías.

En la sentencia contra Dell'Utri, por concurso externo en asociación mafiosa, se tiene por probado que, durante dieciocho años, del '74 al '92, el exsenador fue el garante "decisivo" del acuerdo entre el exprimer ministro Silvio Berlusconi y la mafia, para proteger sus intereses económicos y a los miembros de su familia.

Y qué decir de las motivaciones de la sentencia contra el expresidente de la Región de Sicilia, también conocido como "Vasa Vasa".

"Cuffaro -dijeron los jueces de la Casación- sabía que estaba ayudando a toda la organización Cosa Nostra". Según los magistrados, además, se había verificado "la existencia de contactos reiterados con varios exponentes" de Cosa Nostra, y se había constatado que Cuffaro "había celebrado un pacto político-mafioso" con Giuseppe Guttadauro, jefe de Brancaccio.

Es por eso que, en cierto sentido, parecería que la "política mafiosa" de Sicilia vuelve a ser protagonista.

No se trata solo de cuestiones impresentables, sino de historia.

Al ver ciertos "nombres amigos" que "vuelven al campo" y leer las ideas generales en materia de justicia, legalidad y lucha contra la mafia, fruto de pactos y peligrosas alianzas, podemos predecir qué Cosa Nostra no tendrá muchas dudas en cuanto a quien dar su apoyo.

-------------------

*Recomposición de la imagen de Paolo Bassani