"Ante el Eterno, no se nos preguntará si hemos sido creyentes, sino si hemos sido creíbles"
 
Por AMDuemila-21 de setiembre de 2021

El 21 de setiembre de 1990 fue asesinado Rosario Livatino, el Juez Beato que el 3 de octubre de aquel año habría cumplido 38 años. A bordo de su Ford Fiesta rojo se dirigía a los Tribunales de Agrigento, cuando, ese día de hace 31 años, fue abordado, atrapado y asesinado sin piedad por un comando mafioso. Criado en un Canicattì enturbiado por los intereses mafiosos, en 1975, a la edad de 23 años, se licenció en Derecho en Palermo. Tres años después ingresa al poder judicial con la toga a sus espaldas: primera etapa Caltanissetta, luego Agrigento.

En poco más de una década luchó contra las diversas realidades criminales de la provincia, concentrando su compromiso contra la naciente y muy temible 'Stidda', un grupo activo en esa franja de tierra que domina el canal siciliano, desde Agrigento hasta Gela. Fue la 'Stidda' quien decidió eliminarlo. Aquel 21 de septiembre de 1990, como todas las mañanas, sin ningún agente de custodia que lo defendiera, llegaba a Agrigento procedente de Canicattì por la carretera estatal 640. En el kilómetro 10 su automóvil fue embestido por el auto del comando integrado por cuatro asesinos. Livatino buscó refugio dirigiéndose al acantilado. Una huida desesperada e inútil: los asesinos lo persiguieron y lo mataron sin piedad, dejándolo en el suelo, indefenso, en un charco de sangre. Fue el acto final de la vida de un servidor del Estado, masacrado en medio de la nada, en el árido campo a finales del verano. En ese lugar, hay hoy un monumento, rodeado de maleza y aislado de la nueva ruta Caltanissetta-Agrigento, que conmemora su martirio.

"Ante el Eterno no se nos preguntará si hemos sido creyentes, sino si hemos sido creíbles", afirmó en una ocasión y son palabras que describen una vida. Pensando en la figura del magistrado siciliano, el Papa Francisco reiteró que sigue siendo un ejemplo "no solo para los magistrados, sino para todos los que trabajan en el campo del derecho: por la coherencia entre su fe y su compromiso con el trabajo, y por la relevancia de sus reflexiones".

Según la sentencia que condenó a sicarios y actores intelectuales a cadena perpetua, Livatino, beatificado el pasado 9 de mayo, fue asesinado porque "perseguía a las bandas mafiosas impidiendo su actividad delictiva, donde se habría exigido un trato laxo, es decir, una gestión judicial si no complaciente, al menos, aunque inconscientemente, débil, que es la no poco frecuente que ha permitido la proliferación, fortalecimiento y expansión de la mafia".

El asesinato fue presenciado por Pietro Nava, un empresario lombardo representante de puertas blindadas. Sus declaraciones, dadas a los magistrados que investigaron la muerte del juez, resultaron de gran utilidad para cerrar el círculo en torno a los asesinos, que fueron detenidos. Uno de ellos, Gaetano Puzzangaro, 'picciotto' de la familia de Palma di Montechiaro, tras haberse arrepentido y convertido, ha hecho en los últimos años una importante contribución a la causa de beatificación de Livatino. El proceso de beatificación se inició en su fase diocesana en el 2011, con la firma del arzobispo de Agrigento, Francesco Montenegro, y finalizó en el 2018 con el envío de cuatro mil páginas, entre testimonios y reconstrucciones, a la Congregación para las Causas de los Santos. Entre los milagros atribuidos a Livatino hay dos que habrían ocurrido con su intercesión sobre dos mujeres, ambas afectadas por leucemia y posteriormente curadas.

Rosario Livatino fue un juez que creció con valores muy fuertes en un Canicattì agobiado por el control de la mafia, que entendía a la justicia según el concepto cristiano que considera 'justos' a los hombres rígidos. Livatino era un 'juez joven' que pagó con su vida la batalla para liberar a su Sicilia del abrazo mortal de la mafia. Anoche, el juez fue recordado con una vigilia en la iglesia de San Domenico y frente a la Casa Famiglia Livatino, en Canicattì. Hoy se celebrará un servicio religioso en la iglesia de San Domenico. Luego, un homenaje en el monumento erigido por los padres en memoria de su único hijo.

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*Foto de portada: antimafiaduemila.com