Un buen café disfrutado lentamente mientras se escucha música. Cualquiera que haya visto la serie la reconoce de inmediato: forma parte de la banda sonora de la producción de Netflix, Narcos, que cuenta la historia de Pablo Escobar. Esto fue suficiente para desencadenar reacciones y comentarios, con acusaciones absurdas de ensalzar la vida del narcotraficante más famoso de la historia sudamericana.
Giovanni Bongiovanni (en la foto), presidente de la organización humanitaria Funima International, con un post, que publicamos a continuación, quiso responder a quienes criticaron su elección, destacando el trabajo realizado por la organización, que viene impulsando el café Nueva Esperanza, creado para apoyar a las familias de caficultores y productores de café que viven en las comunidades rurales de Guatemala y Uganda, gracias a la colaboración con las cooperativas Nueva Esperanza, Adisque y UCFA, insertas en el comercio equitativo y solidario.
Una forma de ofrecer a los habitantes de esas comunidades nuevas oportunidades de rescate a través del trabajo.
CAFÉ Y NARCOS
Ante algunos comentarios que recibí luego de la publicación de las historias donde tomo café con el fondo de la banda sonora de la serie de televisión de Netflix, “Narcos”, respondo: ¡es un bellísimo film de denuncia!
“Narcos” cuenta sin censura, desde el inicio hasta el final de sus 50 episodios, la implicación de los servicios secretos, especialmente de la CIA, con los cárteles del narcotráfico colombiano y mexicano.
Hechos reales que muestran el sistema criminal en el que se observa la connivencia de políticos, empresas, bancos, ejércitos y muchos otros. Mírenlo, es una película fascinante, pasional, triste y dolorosa. Real.
Si alguien piensa que quiero publicitar a Pablo Escobar y que la canción que me acompaña mientras tomo mi café elogia esa vida perversa, ciertamente tiene una visión superficial de esta serie de TV y de la canción que no representa al himno de los narcos.
O simplemente vio eso debido a sus instintos más bajos. El deseo de matar, de sentirse eufórico al consumir drogas, de poseer, de mandar, de rodearse de lujos.
“Narcos” no es solo esto. “Narcos” es un pedazo de la historia que se nos muestra a través de los ojos de la DEA, de esos hombres que no se rindieron ni siquiera después de darse cuenta de la complicidad de sus superiores y de figuras muy superiores a ellos.
La pieza “Tuyo”, de Rodrigo Amarante, con su voz persuasiva y esas notas propias del sonido latinoamericano, reconstruye el perfecto estado de ánimo del escenario en el que me sumerjo cuando tomo un buen café.
Esto es lo que quería transmitirles.
A decir verdad, no me extrañó que alguien me escribiera pensando que estaba alabando ese mundo... pero, como sabéis, me gusta provocar y estimular un debate partiendo de formas insólitas, para mostrar las cosas desde otro punto de vista.
Ahora llego a la historia de las plantaciones de café, de los hombres y mujeres detrás de ellos, historias de violencia, parecidas o peores a las de las plantaciones de coca y cannabis. Historias que comenzaron hace muchos años, en tiempos en los que matar a un indio ni siquiera se consideraba delito y se cometían torturas y atrocidades que no se juzgaban como hoy. En los tiempos en que comenzó la explotación, en Brasil, Colombia y Guatemala, que aun hoy son los mayores productores de café, costaba más mantener a un buey que a un ser humano, o más bien, a un indio.
Los países occidentales, depredadores de tierras ricas desde los años del colonialismo hasta la posguerra, han fomentado guerras, corrompido partidos políticos y apoyado dictaduras. Exterminaron poblaciones enteras, matando a decenas de miles de hombres, mujeres y niños.
El café, como la coca y la marihuana, genera enormes ganancias para quienes tienen el poder de administrar esos negocios.
"América Latina es un país atormentado porque es esclavo de su propia riqueza, presa de conquistadores sin escrúpulos", dijo Eduardo Galeano.
El café Nueva Esperanza quiere cambiar las cosas y restituir la dignidad a los trabajadores de esas hermosas tierras que tanto nos dan cada vez que degustamos sus productos, el café y cualquier otra cosa de las que nace y crece en esos lugares.
El café ha estado entre las cinco materias primas alimentarias más comercializadas en el mundo durante más de doscientos años.
Incluso hoy en día, la explotación de sus cultivadores sigue existiendo, porque el precio lo decide el mercado financiero sin tener en cuenta la vida de quienes lo producen.
Así como la guerra contra el narcotráfico no es una verdadera guerra sino una payasada que ofende la inteligencia de quienes son capaces de razonar, es decir, que le conviene a quienes tienen el poder de ganarla, pero que no la ganan por obvios intereses.
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*Extraído de: funimainternational.org/2021/09/07/caffe-e-narcos-a-confronto
*Link Informativo: funimainternational.org
*funimainternational.org/come-aiutarci/acquisti-solidali/caffe-nueva-esperanza
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*Foto de portada: funimainternational.org / antimafiaduemila.com
*Foto 2: mundo.com
*Foto 3: pinterest.com