Jueves 2 Mayo 2024
Por Giorgio Bongiovanni-1 de agosto de 2021

A fuerza de hostigar a Rusia, el presidente de los Estados Unidos de América, Joe Biden, está corriendo el riesgo de arrastrar al mundo de la actual guerra fría (cada vez más evidente dadas las continuas provocaciones entre los dos países) a un conflicto mundial. En el pasado, había definido al presidente ruso, Vladimir Putin, como un asesino. Ayer volvió a agredirlo verbalmente, afirmando que el mismo es un "peligro" y dando la imagen de una Rusia en crisis económica, por cuanto se basa "sólo en armas nucleares, pozos de petróleo y nada más". ¿Cómo se puede decir tal insolencia? Y, sobre todo, qué decir de su propio país, que vive una crisis económica histórica con un declive que está provocando un colapso social muy grave, en el cual los ricos son cada vez más ricos y los pobres cada vez más pobres.

La respuesta rusa, por supuesto, no se hizo esperar, con el agregado de una invitación al líder estadounidense a "informarse mejor".

Una respuesta que, viéndola desde un punto de vista cinematográfico, parece exactamente la que el pistolero "Joe", interpretado por Clint Eastwood, le da a "Ramón", interpretado por Gian Maria Volonté, en la película Por un puñado de dólares. "Al corazón, Ramón, al corazón", repetía mientras se acercaba.

El loco "Ramón" (Joe Biden), va a disparar toda la carga de su Winchester hasta que "Joe" (Vladimir Putin), levantándose después de cada disparo, le muestre la placa de metal que lleva y luego mate a "Ramón" y a toda su banda.

Apenas electo, Biden había dicho que los últimos años vividos por el país bajo el liderazgo de su antecesor, el payaso de Donald Trump, fueron "una época oscura de demonización".

Observando su administración hay que decir que esa época está lejos de haber terminado.

Quizás el rostro no sea el del empresario bravucón, pero la arrogancia es la misma. Al contrario, se vuelve aún más cursi y grave.

Porque Rusia es mucho más que armas nucleares o petróleo. Rusia, como lo ha demostrado a lo largo de la historia, es el país de un pueblo más capaz que cualquier otro de compactarse.

Un pueblo culto, que dio a luz a diversas personalidades del mundo de la arquitectura, la literatura, la música, las artes visuales, el teatro, la danza y la filosofía. Un pueblo que tiene un alto nivel de instrucción.

Basta decir que, en la Federación Rusa, el 94% de los adultos de 25 a 64 años han completado la educación secundaria superior, un porcentaje significativamente mayor al promedio de la OCSE (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos) del 79%.

Por lo tanto, señor Biden, vaya a Moscú para ver con sus propios ojos lo que realmente es Rusia hoy. Haga un recorrido por el Teatro Bolshoi o el Conservatorio Estatal de Moscú o San Petersburgo. Luego regrese a los Estados Unidos y haga la comparación. Es cierto que en Estados Unidos están algunas de las universidades más importantes del mundo, entre ellas Harvard, Yale, Stanford, o el MIT en Boston. E incluso Estados Unidos tiene en sus genes el arte, la cultura o el deporte, pero la escuela no es para todos.

Solo por esto, los estadounidenses deberían despertar, agarrar a patadas -metafóricamente hablando- a su presidente, y echarlo de la Casa Blanca.

En el pasado le escribimos a Biden "algunos consejos no solicitados" invitándolo a seguir el ejemplo de un gran demócrata como lo fue el presidente número 35, John Fitzgerald Kennedy, que supo sorprender a todos yendo en contra, junto con su hermano Robert Francis, de los acuerdos asumidos por su padre con importantes piezas del poder y de la mafia estadounidense.

Pero por lo que hemos visto en los últimos meses, desde el apoyo sin peros a Israel, hasta la constante instigación a la guerra contra Rusia y China, ciertamente podemos decir que Biden es otro presidente de poca monta en el cargo.

Tanto como Trump, él también representa la arrogancia y la estupidez de ese Estados Unidos que se cree dueño del mundo.

Giulietto Chiesa siempre decía que "Rusia no necesita la guerra". Y mucho menos China. Estados Unidos y el fantoche de Biden, sí. Entonces: "¡Al corazón, Ramón, al corazón!".

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*Foto de portada: © Donkey Hotey/Flickr