El 26 de julio, hace veintinueve años, Rita Atria, de apenas diecisiete, se suicidó. Si se observa su historia se puede decir que es la "séptima víctima de vía D'Amelio", como la definió Graziella Proto, directora de Le Siciliane, al hablar en el acto conmemorativo organizado por la "Asociación Antimafia Rita Atria".
En Roma se quiso recordar a esta joven, justo debajo del edificio desde el que se arrojó, en avenida Amelia, exactamente una semana después de la masacre de vía D'Amelio. De hecho, fue esa masacre y el estrecho vínculo con el juez Paolo Borsellino lo que, más que nada, empujó a Rita a ese gesto extremo.
Precisamente, fue la periodista Graziella Proto quien se ocupó de subrayar que "esta figura no se separa de la tragedia de vía D'Amelio" porque, para denunciar a la mafia, Rita realmente había renunciado a todo, distanciándose irreparablemente de su familia y de su tierra de origen, Partana, aislándose en secreto en una Roma desconocida, en la que durante meses no estaba en contacto con nadie, salvo con el único punto de referencia que le quedaba: un Paolo Borsellino que logró infundirle seguridad y confianza, dándole el valor para seguir adelante en sus intrépidas actividades de denuncia y testimonio. La joven no pudo soportar el dolor de esa masacre y perder a esa figura fue como perder un segundo padre. Pero, como quedó claro durante el acto, hubo responsabilidades: Rita, una menor, se había quedado sola y nadie estuvo a su lado para impedirle tomar esa decisión.
El acto: entre la memoria y la búsqueda de la verdad
Las notas del Ave María de Schubert abrieron el evento, una elección no aleatoria porque, en su testamento, después de escribir "estoy segura de que me encontrarán y me matarán", Rita expresó dos deseos: esa pieza musical y una rosa roja.
Como en otras tragedias, incluso en esta no hubo conciencia de que el Estado no está completamente libre de culpa. De hecho, como recordó Giovanna Cucè, una periodista de TG1, el año pasado, cuando la Asociación Antimafia Rita Atria fue a la fiscalía de Roma para averiguar más sobre la muerte de Rita, le entregaron un expediente prácticamente vacío. Fue en ese momento cuando surgieron muchas preguntas. Una, sobre todo, que sigue resonando en nuestras cabezas: ¿por qué una menor -que como tal y también como testigo de la justicia debía ser protegida y tutelada- se había quedado completamente sola?
El fiscal nacional Antimafia Federico Cafiero de Raho (en la foto) también estuvo presente en el acto. Luego de hablar de "esperanza activa", es decir, la esperanza de quienes como Rita contribuyen a cambiar concretamente las cosas a través de la denuncia contra la mafia, el fiscal nacional afirmó que el hecho de que hubiera poca gente en la plaza no significaba nada: "Porque estoy convencido de que, aunque solo uno quiera cambiar el mundo puede hacerlo, arrastrando a todos los demás con él".
A pesar de la cantidad de participantes, sin duda fue notable la presencia de jóvenes que, al igual que hizo Rita cuando era menor de edad, denuncian a la mafia sin miedo. Ver que su mensaje de esperanza sigue emocionando a los jóvenes en todos los puntos de la península, que siguen caminando con su ejemplo, también es emocionante. Además de la presencia de los jóvenes del Movimiento Artístico Our Voice -que recientemente subieron a escena en vía D'Amelio una obra de teatro inspirada en la figura de Rita Atria- también estuvieron presentes en el acto dos escuelas: la de Sassuolo, presente físicamente, y la escuela secundaria artística de Cefalù, presente en forma ideal a través de un jarrón hecho por los chicos del instituto y donado a la Asociación Antimafia Rita Atria.
El acto finalizó con una célebre frase de Rita, y con la esperanza de que pronto se le otorgue la ciudadanía honoraria, solicitada hace ya tres años: "Quizás nunca exista un mundo honesto. Pero quién nos impide soñar. Si cada uno de nosotros intenta cambiar, quizás lo logremos".
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*Fotos de Antimafia Duemila