Un único hilo conductor. Es así como deben leerse los trágicos sucesos verificados entre 1992 y 1994, con masacres y crímenes de Cosa Nostra para atacar al Estado.
La idea de que la mafia no actuó sola es mucho más que una hipótesis peregrina, porque el esclarecimiento de la verdad se ha visto entorpecido a lo largo de los años por hechos para los que aún no existen explicaciones exhaustivas. Como el no haber registrado el escondite de Riina, la aceleración de la masacre de vía D'Amelio y el inexplicable autogol que se hizo Cosa Nostra al realizar el atentado, con la consiguiente conversión en ley del decreto que establecía la prisión dura (41 bis). Una larga lista de misterios que luego continuó con la falta de arresto de Bernardo Provenzano en 1995 y una fuga, la de Matteo Messina Denaro, que aún resiste a pesar de los esfuerzos de investigadores y magistrados.
De todo esto se habló ayer en el especial sobre la mafia de Massimo Giletti, transmitido por La7 con el título "Vamos a atraparlos. ¿Quién quería las masacres de Cosa Nostra?".
Particularmente importante fue la intervención del consejero togado del Consejo Superior de la Magistratura (CSM), Nino Di Matteo, quien recordó los elementos adquiridos en el proceso de la Tratativa Estado-mafia. Elementos que, de hecho, deben ser analizados de forma global y no dividida.
"El mérito más evidente de la sentencia de la Tratativa Estado-mafia -recordó el magistrado- es el de no haber realizado un examen atomizado de hechos y eventos aparentemente distintos, sino el de haber analizado esos hechos de manera sistemática, articulada y coordinada. Y a partir de este método fue posible encontrar el sentido correcto de muchos hechos aparentemente inconexos: el fracaso al no registrar el escondite de Riina, la fallida captura de Provenzano y el diálogo entre el ROS y Ciancimino. Todos elementos unidos por un único hilo conductor".
Para conocer a los sujetos directamente involucrados en las investigaciones y juicios que aún tramitan (como el de la Tratativa Estado-mafia en etapa de apelación), el magistrado dijo que "nunca habíamos considerado que algunos hombres del Estado fueran corruptos, estuvieran en connivencia con Cosa Nostra, o fueran intimidados por ella. Hemos considerado que actuaron sin respetar las normas en relación con la autoridad judicial por un malentendido, o por alguna razón de Estado no declarada, que es tal cuando los organismos políticos por razones de seguridad del Estado, con un procedimiento transparente, declaran que, en un contexto histórico determinado, se discriminan determinados comportamientos constitutivos de delito". Por otro lado, Di Matteo agregó que "esa es la razón de Estado, pero aparte de la asunción de una responsabilidad política clara, precisa y transparente, comportamientos de este tipo son absolutamente ilegales y peligrosos".
En efecto, "al negociar con los jefes de Cosa Nostra de ese momento y preguntarles qué querían para detener el rastro de sangre que comenzó con el asesinato del Honorable Lima, el Estado fortaleció a Cosa Nostra al reconocerla como interlocutor. Y sobre todo convenció a Riina y a los demás jefes mafiosos que esa estrategia comenzada a golpes de crímenes excelentes, daba sus frutos. Cuando comenzó a concebir su programa de masacres, Riina les había dicho a sus colaboradores más cercanos: 'Es preciso ir a la guerra para después hacer la paz'. Claro: cuanto más terror se siembra, más esperanzas hay de que el Estado dé un paso adelante para intentar nuevos contactos políticos. El Estado había empezado a doblar las rodillas -subrayó el consejero togado- y Riina poseía las condiciones, al tener el cuchillo por el mango, para ponerlo de rodillas. Si el Estado no hubiera buscado a Riina y a Cosa Nostra, especialmente después del arresto de Riina, probablemente Cosa Nostra no habría tenido la osadía de seguir desafiando al Estado con siete masacres llevadas a cabo durante un año y medio. Fue un sacudón para nuestra democracia y, pensar que hoy que podemos dejar definitivamente atrás esos hechos como si pertenecieran a un pasado que ya no existe, es realmente un comportamiento inaceptable hacia nuestro país".
Por otra parte, Di Matteo relató un episodio surgido durante una audiencia del juicio de Palermo: "Un día de audiencia en el proceso de la Tratativa, mientras Riina iba de la celda a la sala donde se hacía la videoconferencia, dijo estas palabras: 'Yo fui buscado por el Estado, al Gobierno le tuve que vender los muertos'. A partir de ahí pensamos que Riina era un acusado que estaba muy interesado en ese tema y que también estaba interesado en hablar de ello, y el único con el que podía hacerlo era su compañero social. Solicitamos y obtuvimos del juez la autorización para las escuchas de las conversaciones, y fue como vivir una pieza importante de la historia de la mafia en vivo. Era impresionante la forma en que Riina reivindicaba el orgullo de haber hecho lo que ningún otro criminal había podido hacer en el mundo: poner al Estado de rodillas. Recordaba de forma despectiva los atentados de Capaci y vía d’Amelio, así como la memoria de los jueces Falcone y Borsellino".
Finalmente, el magistrado recordó que el único castigo verdaderamente temido por la mafia "es el de la cadena perpetua" pero solo si es "realmente tal", es decir, si "realmente les impide seguir mandando o simplemente hacer valer su prestigio criminal. Por esta razón, en el período de las masacres, entre otros objetivos, estaba la abolición de la cadena perpetua" y es por eso que "pienso objetivamente que ese deseo realmente se está cumpliendo. Da mucha rabia constatar que se trata de uno de los objetivos por los cuales se realizaron las masacres. El mafioso que lleva a cabo una masacre o un homicidio excelente no solo lo hace para eliminar un objetivo o un enemigo, sino que es una afirmación del predominio del sistema mafioso sobre el sistema estatal y democrático".
En conclusión, Di Matteo reiteró que, "incluso si esos hombres pueden salir de esos contextos repudiando ese entorno, el repudio debe demostrarse a través de una colaboración con la justicia. Si un mafioso, incluso el peor de los asesinos, demuestra a través de una colaboración con la justicia seria, confiable y reconocida, que quiere despegarse de ese pasado, se podrá decir que salió de ese sistema criminal, de lo contrario será parte de él hasta el último día de su vida. Es un error pensar, y no lo considero muy justo, que las penas y los condenados son todos iguales. Fue Giovanni Falcone el primero en comprender e ilustrar públicamente la especificidad del sistema y en concebir esa normativa penitenciaria con la cadena perpetua como base principal de un régimen que hoy se está desmantelando. El hecho objetivo es este y creo que, en este momento, luego de la sentencia de la Corte Constitucional, son muchos los mafiosos de las masacres que están contentos. Nadie quiere concebir a la pena como una venganza del Estado, pero el Estado tiene también objetivos de prevención a cuyos fines se debe tener en cuenta la especificidad del sistema mafioso considerado incluso desde la óptica de otros principios constitucionales tan fundamentales como el de la reeducación de los condenados".
El fallido registro del escondite de Riina
En el programa, escrito con la contribución de Sandra Amurri y Emanuela Imparato, se alinearon una serie de hechos, empezando por la falta de registro del escondite de Totò Riina tras su detención. Hablaron testigos de la época como el exmagistrado Antonio Ingroia, el capitán Sergio De Caprio (también conocido como Ultimo), el abogado Li Gotti, y el general y excomandante del núcleo operativo especial de Monreale, Domenico Balsamo.
Así fueron apareciendo las luces y sombras de lo ocurrido en ese enero de 1993. ¿Cómo se llegó hasta el jefe de jefes? ¿Por qué se decidió no entrar a esa vivienda de la calle Bernini? ¿Por qué el registro se llevó a cabo después de 18 días? ¿Riina fue traicionado? Son muchas las preguntas que, a pesar de los juicios, siguen abiertas. Sobre todo, porque la guarida se encontró completamente devastada y con la caja fuerte de color verde vacía. ¿Qué pasó con los documentos de Riina? Los colaboradores de justicia afirman que estos habrían sido recuperados y que terminaron en manos de Matteo Messina Denaro. Pero hay muchos misterios sobre este punto.
"Mi auto ya estaba estacionado delante de la barra del cuartel con otros cinco autos detrás -dijo Balsamo- Teníamos que ir con los colegas de la territorial de Palermo para tratar de localizar el inmueble donde estaba Riina, porque dentro de todos modos nunca habíamos estado y no sabíamos la posición. Es decir, después de toda una serie de cortesías, porque se puede imaginar a todos los magistrados, a todos los generales y a todos los periodistas presentes, ya estábamos por salir cuando me paran y me dicen que había colegas que querían hablarme. Regresé y todavía estaban discutiendo los magistrados y los generales, cada uno hacía sus propuestas. Luego siento que Sergio De Caprio y sus colegas del Ros y pienso que también el coronel Mori seguramente, estaban diciendo que era bueno posponer el registro para mantener la observación en la calle Bernini para ver si otros personajes de la mafia, otros fugitivos u otros familiares dejaban de ir una vez que supieron de la detención".
Lo cierto es que Ninetta Bagarella y sus hijos regresaron a Corleone y que la Fiscalía se enteró de los datos por la información de la prensa. Todo en el momento que no se hizo el registro.
Esta historia, como recordó Ingroia, también fue objeto de análisis en el juicio de la Tratativa Estado-mafia y la falta de registro del escondite fue descripta como "el único caso en la historia judicial del país en el que un fugitivo de la mafia es arrestado y no se registra el lugar de inmediato".
Ingroia también relató sobre aquellos días agitados de 1993, destacando la línea operativa establecida por el Ros que incluía un operativo de observación de la villa para detener a "algún otro fugitivo" como "Leoluca Bagarella, el cuñado de Riina y los hijos. Un gran golpe. En los papeles podríamos decir que brillante". Pero la vigilancia se desactivó poco después y durante varios días no hubo ningún control sobre la villa. De hecho, después de su ingreso, las fuerzas del orden encontraron la guarida completamente vacía, con la caja fuerte de seguridad sin contenido, (donde quizás Riina guardaba sus documentos más delicados, incluido el 'papello') las paredes completamente repintadas y la planimetría de la casa alterada. La oportunidad que tuvo el Estado para redimirse de la enfermedad secular de la mafia se perdió. Pero la pregunta es: ¿se perdió a propósito o con dolor?
La respuesta vino del abogado Luigi Li Gotti, quien planteó la hipótesis de que la falta de registro en el escondite de Riina era "una señal de paz" lanzada con el propósito expreso de "no hacer encallar la tratativa".
El Mariscal Lombardo, figura clave en la captura de Riina
Más allá de los personajes ya conocidos en ese momento que participaron directamente o no en la captura del jefe de jefes, hay una figura desconocida para la mayoría, se trata del Mariscal de Carabineros, Antonino Lombardo, en esa época comandante de la Estación de Carabineros de Terrasini, quien oficialmente se 'suicidó' el 4 de marzo de 1995 con un disparo en la cabeza.
Pero, ¿quién era el Mariscal Lombardo? "Era un investigador válido pero que no formaba parte del ROS. En ese momento colaboraba y por las actas se pudo saber que participó en todas las reuniones que se realizaron en torno al asunto Riina -dijo Ingroia, agregando que- la captura de Riina fue posible porque se entendió que había que seguir a Sansone y el mérito de esta información "según las pruebas más atendibles no fue ni de Mori, ni del Capitán Ultimo, sino del Mariscal Lombardo". La historia del carabinero la contó su hijo, Fabio Lombardo, durante el programa, quien describió a su padre como un hombre competente y con un gran carisma, tanto es así que también fue tenido en alta estima por el juez Paolo Borsellino, quien "siempre acudía a mi padre cuando necesitaba alguna información". De hecho, el carabinero contaba con varios confidentes de todos los niveles dentro de Cosa Nostra y, probablemente, fue gracias a uno de ellos que el 29 de julio de 1992, en una nota, describió de forma minuciosa la forma correcta de llegar a la captura de Riina: "Fuente confidencial de probada fiabilidad -se lee en la nota- informó que en los hechos la evasión del conocido mafioso Riina Salvatore es sostenida por las familias mafiosas de la Noce, Ganci-Spina y por los hermanos Sansone del Uditore. La misma fuente informó que uno de los hijos de Raffaele Ganci desempeña las funciones de chófer y guardaespaldas del jefe mafioso". ¿Por qué no se tomó en consideración la información del mariscal con prontitud? ¿Y por qué después del arresto de Riina, Lombardo fue "tratado peor que un perro callejero", según las palabras del hijo?
Lo cierto es que el Arma de Carabineros no tomó muy en consideración el trabajo realizado por Lombardo, de hecho, solo le dieron una pequeña felicitación, "que mi padre nunca quiso mostrar", dijo Fabio.
A su vez, en 1994 el mariscal pasó a la Sección Anticrimen del ROS de Palermo y se convirtió en una figura clave en el fenómeno de los arrepentidos, y en particular en las relaciones con el jefe Gaetano Badalamenti. El 14 de noviembre de ese año, en la prisión de Memphis (en el Estado de Tennessee, USA) el mariscal se reunió con Badalamenti para intentar obtener su colaboración y luego traerlo de regreso a Italia para que testificara en el juicio por el crimen de Pecorelli. Badalamenti le dijo que la llegada al poder de los corleoneses de Riina había sido controlada por la CIA y que el jefe iba a ser un títere involuntario en manos de los servicios secretos estadounidenses.
Información caliente que, de comprobarse en la sentencia, sin duda habría contribuido a arrojar luz sobre las matanzas de la segunda guerra mafiosa en la que la facción corleonesa, liderada por Riina, reportó muy pocas pérdidas y al mismo tiempo aplastantes victorias.
Dada la delicadeza de la información, Badalementi pidió, como condición de su regreso a Italia para declarar, que el mariscal fuera a "buscarlo", "yo regreso a Italia sólo si el mariscal Lombardo viene a buscarme", dijo. Fabio, recordando las palabras del jefe, agregó que "ese fue el verdadero motivo de su muerte".
De hecho, la muerte del carabinero tiene muchos puntos oscuros, como recordó su hijo, por ejemplo, la posición misma del cuerpo fue definida por Fabio como "una escena de Hollywood" debido a su 'pose' antinatural, "es imposible que después de un suicidio pegándose un tiro en la sien, se termine en esa posición", dijo el hijo. Otra anomalía detectada es que ninguno de los militares presentes en el lugar de la muerte del mariscal (que ocurrió en un automóvil estacionado en el interior del cuartel Bonsignore de Palermo, Comando Regional de Carabineros) escuchó el disparo, es decir "nadie excepto el Capitán De Caprio, conocido como Ultimo".
Un dato tan significativo como perturbador fue que los magistrados no realizaron la autopsia al cuerpo por un 'gesto de humanidad' incomprensible. Según el hijo, la autopsia no se realizó con el propósito expreso de mantener desconocidas la hora y las causas de la muerte del carabinero.
"El mariscal Lombardo fue utilizado y arrojado lejos -subrayó Ingroia- había llevado a la detención de Riina y guiado a los del ROS, pero su papel no fue reconocido".
La fallida captura de Provenzano
Con Riina preso la herencia de Cosa Nostra (posibles acuerdos, conexiones y contactos) junto con el mando pasó a Bernardo Provenzano, quien fue detenido el 11 de abril de 2006 tras 43 años de evasión. Quien coordinó la investigación y captura fue el entonces comisionado de Palermo, Renato Cortese, quien dijo que "luego de haber dejado tierra quemada alrededor del prófugo nos planteamos la hipótesis de que había regresado a su tierra, en Corleone, y así fue". A continuación, el magistrado describió las complejas operaciones de vigilancia que culminaron con la detención del prófugo.
Sin embargo, el Estado tuvo la oportunidad de capturar a Provenzano mucho antes de esa fecha - precisamente el 31 de octubre de 1995, 11 años antes- gracias a las indicaciones de Luigi Ilardo, el conocido confidente del coronel de Carabineros, Michele Riccio, quien fue asesinado en Catania el 10 de mayo de 1996.
Ilardo le proporcionó al Arma el lugar preciso donde se encontraba el fugitivo, pero ese día de octubre, mientras se encontraba dentro de la casa de campo con Provenzano, los oficiales Mario Mori y Mauro Obinu decidieron observar desde lejos el lugar del encuentro sin intervenir. Tras el incidente, se abrió un juicio contra los dos oficiales que fueron llevados a juicio en 2007 sobre la base de las declaraciones del coronel Michele Riccio. Sin embargo, el 8 de junio de 2017, Mori y Obinu fueron absueltos.
"La no captura de Provenzano debe ser leída en un contexto mucho más amplio", dijo el exfiscal Vittorio Teresi, subrayando que ese contexto "era el de la tratativa" y reiteró también que "la sentencia de absolución merece un juicio negativo porque resolvió fuera de tema, dado que la gran mayoría de las páginas fueron dedicadas a demoler la hipótesis de la Tratativa y una parte muy pequeña se dedicó al tema del juicio, o sea a la no captura de Provenzano".
Sin embargo, una cosa queda absolutamente clara, como señaló la hija de Luigi, Luana Ilardo: "Si ese día se hubiera hecho ese arresto (el de Provenzano, ndr) mi padre aún estaría vivo -dijo Luana enojada- fue repugnante lo que hicieron, fueron ocho horas las que mi padre estuvo allí esperando con ansiedad ver, de un momento a otro, el allanamiento de las fuerzas policiales. Sus últimas palabras fueron para el coronel Michele Riccio, a quien pidió salvar su última dignidad. Y le dijo: 'cuando vengas y lo detengas, no dejes que lo vuelva a ver en la cara'. Así de grande era el tormento que tenía, por lo que fue y lo que decidió no ser más". Finalmente, Luana quiso contar el enfado y el disgusto de cuando tuvo que escuchar que "el allanamiento no se hizo porque en los alrededores había ovejas que, de asustarse, podrían haber hecho escapar a Provenzano. Para mí y para cualquier italiano es inaceptable escuchar una justificación así de parte del ROS".
Sobre este punto también habló Teresi, quien dijo que "haber retrasado la captura de Bernardo Provenzano durante 7 u 8 años fue un acto político de absoluta gravedad porque se permitió que la organización Cosa Nostra se reconstituyera tras la detención de Totò Riina" en particular "a través de la estrategia de sumersión propia de la actitud de Provenzano y desde ese período la organización se ha vuelto menos perceptible y, por lo tanto, a los ojos de la gente menos peligrosa. Así fue que se convirtió en todavía menos una emergencia política que criminal. El tema de la mafia fue eliminado de la agenda política porque ya no se hablaba de él. La estrategia de Provenzano había ganado".
El último corleonés: Matteo Messina Denaro
El jefe mafioso de Castelvetrano (prófugo desde hace 28 años), hijo de "Don Ciccio", Francesco Messina Denaro, es a todos los efectos, como lo han dicho muchos colaboradores de justicia, el heredero de los secretos de Salvatore Riina y el líder de Cosa Nostra.
El fiscal adjunto de Caltanissetta, Gabriele Paci, lo definió como el "garante del orden público dentro de Cosa Nostra" en nombre de Riina y a pesar de los numerosos arrestos de hombres fieles a él, de familiares y de los continuos secuestros de bienes (según estimaciones, se han incautado bienes por más de 3.500 millones de euros, ndr), el jefe de Trapani sigue libre y tejiendo importantes relaciones con sujetos del más alto nivel en el ámbito político y empresarial, y acumulando riquezas infinitas.
Sus crímenes más atroces son, naturalmente, las masacres de los años 92 y 93, por las que ya fue condenado a cadena perpetua, y el secuestro del pequeño Giuseppe Di Matteo, de tan solo 12 años, realizado con el objetivo de forzar a su padre, Santino, a retractarse de sus revelaciones sobre la masacre de Capaci.
Hasta el día de hoy, como pasó con Provenzano antes que él, a la prímula roja de Castelvetrano no se la encuentra por ninguna parte, pero no por esto es menos peligrosa ya que el proyecto asesino que organizó contra el magistrado Nino Di Matteo aún está en marcha.
"Riina lo eligió entre muchos como su posible sucesor -dijo Paci- y así lo dijeron muchos colaboradores como Giuffrè y Giovanni Brusca. Todo el mundo define a Matteo Messina Denaro como una criatura de Riina".
¿Es posible, por tanto, que el testimonio de la Tratativa haya pasado a manos del jefe mafioso de Castelvetrano? Francesco Messina, director de la Central Anticrimen de la Policía Estatal, acreditó esta teoría afirmando que "Matteo Messina Denaro, en este momento, es la única persona que de alguna manera podría aclarar cómo fueron las cosas y si la Tratativa realmente existió y, según mi punto de vista, su fuga sería una señal de que esa Tratativa aún sigue vigente".
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*Fotos de www.antimafiaduemila.com