"Queremos que vía D'Amelio se llene de niños y niñas porque es nuestro derecho y nuestro deber moral estar aquí, como jóvenes ciudadanos, no sólo de Palermo y de Sicilia, sino de Italia. Es nuestro deber custodiar y proteger este lugar para que la memoria de Paolo Borsellino y los agentes de su custodia (Emanuela Loi, Walter Eddie Cosina, Vincenzo Li Muli, Agostino Catalano y Claudio Traina) y la memoria de todos los mártires de la justicia no sigan siendo ensuciada".

Estas fueron las palabras de la joven activista Sonia Bongiovanni, fundadora del movimiento internacional cultural Our Voice, quien junto a sus compañeros y compañeras se hizo presente frente al Árbol de la Paz, en la cuarta jornada de "Scorta per la Memoria" organizada por Salvatore Borsellino y las Agendas Rojas. Junto a ellos también estuvo el joven Alessandro Salerno, representante de la asociación "Noi siamo dalla vostra parte".

"Para nosotros es fundamental defender este lugar", repitió varias veces Sonia, y continuó: "hoy tenemos el deber moral de estar aquí, porque no podemos soportar que sigan viniendo personas que no tienen derecho a estar aquí. Paolo Borsellino y los agentes de su escolta representan a todos los ciudadanos italianos y honestos, todos y cada uno de los jóvenes que hoy en Italia quieren luchar por la verdad y la justicia. Para todos los que en realidad no están muertos, porque siguen aquí vivos, con nosotros en esta plaza y en esta calle que deben estar siempre llenas de gente, porque Italia está demasiado acostumbrada al olvido. La verdad aún no se conoce. El proceso de la Tratativa Estado-mafia ha finalizado en primera instancia y se están tramitando otros procesos en busca de estas verdades. Y nosotros, como estudiantes, queremos la verdad para Italia, para nuestro país".

Los jóvenes de Our Voice que se hicieron presentes en vía D'Amelio definieron al Árbol de la Paz como "un lugar sagrado, que debe ser preservado, protegido y custodiado", y como dijo Aaron Pettinari, que estuvo junto a ellos en nombre de toda la redacción de ANTIMAFIADuemila, "estar aquí no solo es importante, sino que también es un deber y una necesidad como ciudadanos, antes incluso que como periodistas". Esta calle representa una parte fundamental de toda la historia italiana y es deber de la población civil cuidarla y transformar ese recuerdo vivo en acción y denuncia cotidianas.

"No estuvimos allí en el momento de las masacres, aún no habíamos nacido, pero nuestros padres y nuestras madres nos transmitieron los valores de esos hombres, esos mártires, esos justos", dijo otro joven activista, miembro de Our Voice, Stefano Centofante, agregando: "mientras crecíamos nuestros ídolos eran Paolo Borsellino, Giovanni Falcone y muchos otros mártires de nuestra tierra, y queremos seguir creciendo así. Queremos que nazca una nueva generación antimafia, porque estamos cansados ​​de ver esta calle vacía. Es un dolor venir aquí y ver este lugar vacío, es un dolor ver que en este momento en el gobierno de nuestro país hay gente que no quiere encontrar la verdad sobre lo que pasó ese 19 de julio. No quieren saber ni encontrar la verdad sobre qué significaron las masacres de la mafia y lamentablemente, también podemos decir que hay personas que colaboraron con la mafia. Y esto es lo que más duele. Por eso estamos aquí, por eso seguiremos estando aquí año tras año. Venimos aquí desde que teníamos 10 años, todos los años, y siempre estaremos aquí, porque esta plaza hay que llenarla de jóvenes, de gente que grite 'resistencia' hasta el final".

Incómodas y vergonzosas referencias a exponentes políticos e institucionales que año tras año optan, en el mejor de los casos, por relegar el problema de la "mafia" al fondo de la agenda política del gobierno, y en el peor de los casos, a eliminarlo por completo del debate público (como lamentablemente sucedió con el último gobierno). Una señal grave y preocupante, visto y considerando los frecuentes ataques que diariamente reciben los miembros del Poder Judicial que, con su trabajo, tratan de sacar a la luz toda la verdad sobre las masacres de 1992 y 1993. Así como una vez fueron dejados solos los jueces y magistrados cuyas acciones e ideales recordamos frente al Árbol de la Paz, hoy, ante el silencio general de toda la opinión pública italiana, vuelve a suceder lo mismo.

Por eso es necesario recordar y comprender que el cáncer está presente más que nunca en nuestra sociedad y en nuestro país, incluso en los más altos cargos del poder. "Estar allí" es fundamental, sobre todo para las nuevas generaciones, y no sólo el 19 de julio. Como dijo Salvatore Borsellino en vivo en Facebook: "Estaremos velando en vía D'Amelio no sólo un día al año, lo haremos de modo que cada uno de nosotros pueda dar un día de su vida a quienes han dado toda su vida por nosotros. Este es el lema del evento".

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*Foto de portada: © Emanuele Di Stefano