El colaborador de justicia, que declaró en el proceso Gotha, acusa al exgobernador Scopelliti

Por Alessia Candito-18 de marzo de 2021

"Paolo Romeo era el Dios de la 'Ndrangheta y la política". Y en su reino, la democracia fue aniquilada porque, prescindiendo de las apariencias, la 'Ndrangheta siempre estuvo al mando. Son palabras del nuevo arrepentido Seby Vecchio, que en su debut en la sala de audiencias no dudó en hablar de sus mil vidas y muchas caras.

"He sido policía, político, francmasón regular y miembro de la 'Ndrangheta", le dice al fiscal adjunto Giuseppe Lombardo y al fiscal Stefano Musolino que lo interrogan. Y es a ellos a quienes les habla de ese sistema en el que los clanes y su peso eran la precondición necesaria de todo equilibrio o decisión, así como de los destinos políticos de cada uno. Incluyendo el suyo. "Mi posición -explica- sirvió para cerrar el círculo en algunos pasajes, porque también era necesario mantener dentro a los Serraino".

El policía de los clanes

Y él, cuando todavía vestía el uniforme, era una expresión directa del clan de la montaña. "¿Un policía que formaba parte de la 'Ndrangheta? Lo tiene delante", le dice al fiscal que lo presiona. Nacido y criado en uno de los distritos feudo de los Serraino, desde el inicio de su carrera política contó con el apoyo del clan. Pero el salto de calidad se produjo cuando Mimmo Morabito, un hombre de la familia Serraino, pero también "hermano" de las logias desviadas de Messina, lo puso bajo su tutela, como adjunto a los contactos con la policía. "Maurizio Cortese tenía muchas ganas de presentarme y a partir de ahí comenzó mi ascenso. Participé en reuniones, fui en nombre de Cortese a cobrar los sobornos, lo ayudé durante su evasión. No fui bautizado, pero Cortese me quería a su lado tanto en el frente empresarial como operativo", admite Seby Vecchio con absoluta indiferencia.

¿Nosotros? Todos políticos del clan

Relaciones, explica, de las que se hablaba libremente incluso en el ámbito político. Con el entonces alcalde y luego gobernador, con el concejal municipal que pasará a ser subsecretario regional, con el futuro senador.

"Cualquiera que tenga contacto con la 'Ndrangheta lo sabe, lo reconoce y habla de ello en voz baja. Con Scopelliti solo al principio, con Sarra y Caridi, con quienes también las relaciones eran familiares, siempre". Los grandes de la política de Reggio -dice Seby Vecchio- no tuvieron vergüenza de mostrarse como una expresión de los clanes. El entonces alcalde, que hoy niega todo a través de una nota de su abogado, de la familia De Stefano. Alberto Sarra de la familia Condello. Caridi, capaz de relacionarse con los grandes jefes del Jónico, el Tirreno y con los jefes históricos de la mafia de Reggio. Una situación en la que las investigaciones y las detenciones no eran más que un "riesgo calculado" y sobre la cual se acababa bromeando.

"Nos decíamos 'esta vez me arrestan, o esta vez te arrestan' -recuerda el arrepentido-. Incluso en las últimas elecciones regionales y municipales se hablaba de quién sería arrestado primero".

El comodín de la masonería

Un juego a cartas descubiertas, con información confidencial a modo de comodín. "Cada uno tenía sus propios canales", explica. "Yo también hablaba con un colega mío de los servicios secretos, que me había advertido sobre la Operación Pedigree 1". Morabito, que le hacía de sombra, "tenía un maestro de logia que trabaja en la fiscalía y él personalmente tenía relaciones con los carabineros". En esos reservados circuitos masónicos de Messina -donde él mismo fue invitado a entrar varias veces "porque allí se pueden comprar jueces y abogados"- también se movía Scopelliti "pero eso me dijo una persona cercana a él, no tengo conocimiento directo". El exsenador Antonio Caridi, en cambio, recorría otras órbitas, circuitos masónicos que acabaron cruzando incluso los grandes nombres de la 'Ndrangheta, como el capo Peppe Pelle o prófugos de la zona de San Luca. Pero no debería sorprendernos porque "el mundo de los clanes, la masonería, los servicios secretos -dice- necesita un nuevo nombre para mantenerlos a todos juntos, porque están juntos". Y gobiernan, independientemente de quién ocupe puestos formales.

Habla Seby Vecchio 2

La farsa de la democracia

En Reggio Calabria, incluso las reuniones de la Junta eran una farsa. "Todo estaba empaquetado. El entonces alcalde Scopelliti leía en broma los puntos del orden del día, pero ya estaba todo decidido". Por los clanes, por supuesto. Incluso la carrera por la reconfirmación de Scopelliti -dice Vecchio- se definió así, pero solo después de haber superado los "malentendidos" con grandes familias como los Condello, dejadas muy al margen en el reparto de la torta. Y determinadas a dejarlo en claro incluso con disputas callejeras.

"En un mitin electoral, Scopelliti fue abucheado y enfrentado de manera descarada. Yo era concejal de distrito, estábamos en plena campaña electoral -recuerda Seby Vecchio- había habido algunos ataques a los camiones Leonia. Antonio Caridi en ese período también sufrió un ataque a la casa en construcción en Gallina y Antonio dijo que Scopelliti se estaba derrumbando". Un colapso de su popularidad dictado por equilibrios no respetados. "Peppe tuvo que ponerse en línea con las distintas familias -explica el nuevo arrepentido- tuvo que dejar de favorecer tanto a la familia De Stefano".

Tregua romana

El tema terminó en medio de dos reuniones romanas. Una de la 'Ndrangheta, en un convento "donde vivía la hermana de Paolo Martino", el ministro de Finanzas de los De Stefano en el norte y que representaba a los de Arcoti en esa mesa, Sarra por los Condellos, los Álvaro que en ese momento dirigían el centralísimo Café de Paris y eran los anfitriones. La segunda, en cambio, fue convocada "en las oficinas del grupo Alianza Nacional en presencia de Alberto Sarra, el senador Valentini y Umberto Pirilli", dice Vecchio, quien de inmediato puntualiza que "no se habló de política, sino de relaciones entre la política y la 'Ndrangheta. Valentini le hizo entender a Scopelliti que no podía favorecer solo a la familia De Stefano".

Buenos encuentros para bautizar nuevos acuerdos e inaugurar un nuevo rumbo. "Sarra estaba muy contento porque a partir de ahí -explica el arrepentido- comenzó la división no solo de los concejales y listas sino también de los directivos de las empresas mixtas". Eso sí, personalmente tuvo que soportar la convivencia con el entonces alcalde, que en un tiempo récord pasó de las protestas callejeras a la reelección con el 70% de los votos. "Los dos no se amaban –explica Vecchio– pero tenían que trabajar juntos porque había que mantener el equilibrio de la 'Ndrangheta. Scopelliti representó a los De Stefano y Sarra a los Condellos". Y de fondo, Paolo Romeo, porque "todas las decisiones pasaron por él". Y para el arrepentido en ese momento era casi un mito. "Así como mi hermano sueña con conocer a Ronaldo, yo quería ponerme en contacto con Romeo". Porque en las relaciones entre la 'Ndrangheta y la política -dice Vecchio- él era Dios.

----------------------

*Foto de portada: www.antimafiaduemila.com

*Foto 2: © Emanuele Di Stefano / El fiscal adjunto de Reggio Calabria, Giuseppe Lombardo