Nuevo libro de Antonio Massari sobre el maxi escándalo del CSM y la ANM
Por Giorgio Bongiovanni y Karim El Sadi-26 de diciembre del 2020

En Italia la transparencia, el rigor, la humildad y la intransigencia son valores que encuentran poco espacio en ambientes grises como "fue el del CSM" (Consejo Superior de la Magistratura) o como "fue el de la ANM" (Asociación Nacional de Magistrados) de Luca Palamara (parafraseando a la novela de Pirandello). Un avispero de figuras institucionales que tienen amistades muy cercanas con hombres de la política, del mundo empresarial y financiero y con los que había un rico intercambio de favores arribistas y corruptores. En este ámbito, magistrados de la talla de Nino Di Matteo, fiscal del juicio sobre la Tratativa Estado-mafia, eran vistos como una amenaza a ciertas dinámicas de poder establecidas. Por eso el magistrado que hoy se sienta en el CSM, en calidad de consejero togado después del "reset" presionado directamente por el jefe de Estado Sergio Mattarella a raíz del caos en las Fiscalías, ha sido repetidamente atacado, burlado y obstaculizado por ese coacervo de togas sucias. Sobre este tema el periodista y escritor Antonio Massari habla clara y precisamente, en su último libro "Magistropoli. Todo lo que nunca se ha contado sobre el CSM y el caso Palamara"(Editorial Paper FIRST). Massari relata en su libro algunos de los pasajes más destacados e impactantes de las 60 mil páginas de chat transcriptas de Luca Palamara y sus colegas. En ellos se hace referencia en varias ocasiones a Nino Di Matteo que, como hemos dicho, ciertamente no era visto con buenos ojos por la anterior administración de la ANM y el CSM.

"Es preciso golpear a Di Matteo"

Los primeros chats de Palamara que la policía financiera pudo interceptar gracias al Troyano –que entre otras cosas, como dice Massari, inexplicablemente no funcionó como debería- sobre el fiscal Di Matteo se remontan a los primeros días de abril de hace dos años, después de la conferencia organizada por el Movimiento 5 Estrellas en Ivrea en memoria de Gianroberto Casaleggio, en la que Di Matteo fue convocado para hablar, frente a la audiencia del M5S, sobre la "compenetración entre la mafia y el poder" en Italia. El fiscal habló de la Tratativa Estado-mafia, recordando, y siempre citando sentencias, que "se había firmado un pacto con Cosa Nostra, negociado por Marcello Dell’Utri, que fue mantenido de 1974 a 1992 por el entonces empresario Silvio Berlusconi". Di Matteo también adelantó algunas ideas sobre la reforma de la justicia con respecto a la prescripción, a la ampliación del uso de escuchas telefónicas y a la previsión del uso de operadores encubiertos también para delitos de corrupción. Y luego el tema que está más cerca de su corazón. "Aquel al que dedicó toda su vida como magistrado: las masacres de la mafia", escribe Massari. "No podemos conformarnos con verdades parciales". La platea de 5 Estrellas se puso de pie para ovacionarlo. En primera fila Luigi Di Maio (exlíder político del Movimiento) tenía las manos peladas de tanto aplaudir, y con él también Alfonso Bonafede (actual ministro de Justicia) quien poco después, literalmente, llevó de los fondillos a Di Matteo a dar una vuelta, prometiéndole el DAP y que luego, de repente, cambió de opinión y eligió a Francesco Basentini. Un tema, éste, del que Massari también habla en profundidad en su libro. En cualquier caso, la intervención de Di Matteo había sido muy dura. "Giorgio Mulé, ex director de 'Panorama' y miembro de Forza Italia –dice Massari– se levantó hablando de 'un monólogo impactante, que ya debería haber provocado un levantamiento en todos los que se preocupan por el Estado de derecho en Italia'". Y así habría evocado la intervención del CSM para cualquier acción disciplinaria, añadiendo que Di Matteo "participó y refrendó la investigación que condujo a la sentencia definitiva de prisión perpetua en la Casación de nueve inocentes por la masacre de via d'Amelio". Fuertes acusaciones que obligaron al magistrado a replicar: "Cada uno es libre de criticar el contenido de mis reflexiones, pero deben tener la honestidad intelectual de no utilizar, en un intento de desacreditar mi trabajo como magistrado, datos que no se corresponden a los reales. En el único juicio por el atentado en via d'Amelio que seguí desde la fase de instrucción, se dictaron veinticuatro condenas definitivas por masacre que nunca han sido cuestionadas(...).En otro juicio anterior en el que participé sólo en la última fase del debate, yo mismo pedí la absolución de muchos de los imputados cuya condena estaba sujeta a revisión". "El 9 de abril, dos días después de la conferencia, Luca Palamarale escribe al presidente de ANM Francesco Minisci", informa el autor en el libro. "Acerca de di Matteo ¿nos quedamos callados?", "¿Tu cómo lo ves?" -le preguntó Minisci-. "Que al menos la ANM -respondió Palamara-, me refiero a la junta directiva, no solo a tí, le tiene que dar una paliza. Es una vergüenza lo que hizo. Si hubiera sido yo, me habrían lapidado". "Ahora veo qué hacemos", concluyó Minisci. Al final, la ANM no intervino. Pero la paliza llegó un poco más adelante.

"Di Matteo absurdo"

En la reconstrucción de la dinámica del círculo de Palamara, Massari relata otros chats siempre relacionados con el fiscal de Palermo. Di Matteo comentó la sentencia del Tribunal Penal de Palermo sobre la Tratativa Estado-mafia: "El exsenador fue la correa de transmisión entre Cosa Nostra y Berlusconi". Dos días después, entrevistado por Lucia Annunziata, Di Matteo agregó: "El veredicto tocó un punto importante al afirmar que mientras la mafia, entre el '92 y el '93, cometió siete masacres, dentro del Estado alguien trataba con los jefes de Cosa Nostra y transmitía sus solicitudes al gobierno para poner fin a la estrategia de masacres". Luego confesó su estado de ánimo: "Lo que más me duele es que frente a las acusaciones de utilizar instrumentalmente la función, sentimos un silencio ensordecedor y quienes esperábamos que nos defendieran se callaron. Empezando por la ANM y el CSM". La ANM respondió de inmediato, alegando que "siempre defendió la autonomía e independencia de los magistrados de los ataques y siempre seguirá defendiendo a todos los magistrados agredidos, sin entrar nunca en el fondo de la materia judicial". Esa misma noche, Palamara y el consejero de Unicost, Francesco Cananzi, comentaron en directo las palabras de Di Matteo: "Di Matteo increíble", dice Cananzi. Y Palamara: "Absurdo. Entiendes mi lucha contra esta forma de hacer las cosas". "Creo que tenemos que investigar a 360 grados", concluye Cananzi, "pero los métodos de investigación (Dambrosio Napolitano) y las declaraciones públicas antes y después no son buenos. No es necesario y son dañinos. También dificultan al juez que corre el riesgo de ser instrumentalizado. Así lo veo yo". "Así es", confirma Palamara. "Una vez más, sus comentarios demuestran que Di Matteo ciertamente no es el modelo de magistrado que prefieren", escribe Antonio Massari. "Y parece que no está solo en esto".

Magistropolis 2

Se teje la telaraña

En la noche del 6 de mayo, Palamara comenzó a interesarse por la Dirección Nacional Antimafia y su organización luego de que el Fiscal Nacional Antimafia, Federico Cafiero de Raho, hubiera creado tres nuevos grupos de trabajo dentro del DNA, uno de ellos sobre masacres y delitos mafiosos. A las 20:00 Palamara escribió a Cesare Sirignano, ex fiscal de la Dirección Nacional Antimafia: "Este grupo para investigar las masacres del que todos hablan. ¿Era necesario?".

"Sí" respondió Sirignano, "pero no es para investigar las masacres. Es para comprobar si hay eventuales vínculos entre las investigaciones que puedan haberse escapado. O no adquirido". "Te digo que no es un gran movimiento", responde Palamara. Y Sirignano: "Luca, pero no entendiste que Federico (de Raho, ndr) es de nuestra fuerza y ​​debe representarnos". "Lo sé", responde Palamara, "pero no debe equivocarse". "Tú captas un aspecto que a mí también me hizo reflexionar", replicó Sirignano. "Pero ¿no saben que en este momento Lo Voi le dijo a Del Bene que no tiene la intención de darle información general sobre el proceso? Y lo puso en una situación de mierda. Tenemos que hacer entender a esta basura que ya no mandan un carajo. Y Federico está de acuerdo con este proyecto". "Palabras que poco tienen que ver con la lucha contra la mafia", comenta el autor del libro que luego le pide explicaciones a Sirignano. "El tema del grupo masacres en nuestra oficina, y también en general, siempre se ha visto como algo que afectaba las relaciones entre la Dirección Nacional Antimafia y las distritales (la DDA, ndr)", se defiende Sirignano. "Dado que los grupos masacre son lugares de trabajo donde se va a desarrollar una capacidad investigativa que, por diversos motivos, no se había hecho antes". "Por tanto, se podrían desarrollar iniciativas mediante el análisis de documentos. Pero no todos estaban de acuerdo. Tanto el grupo masacres como el que investiga a los prófugos, son grupos sobre los que la oficina tenía una elaboración interna y no todos coincidían en este asunto".

Nino Di Matteo expulsado

También en esos días Palamara le dijo a Cesare Sirignano que de Raho: "No debe formar el grupo (...) con Nino di Matteo".

"A Palamara, Nino Di Matteo, ya desde el grupo de magistrados que se ocuparon de la Tratativa Estado-mafia, no parecía gustarle en absoluto", comenta Massari. "Y al final lo suyo parece ser una premonición", añade. Porque el 26 de mayo, exactamente veinte días después de esta escucha, Di Matteo es removido del grupo que debe coordinar desde Roma las investigaciones de las Fiscalías territoriales sobre "entidades externas en las masacres y otros delitos mafiosos". Sin conexión con las consideraciones expresadas por Palamara. "El motivo de la salida reside, en cambio, en la entrevista en Atlantide del 18 de mayo del 2019 en la que el magistrado habla de cosas ya dichas, pero con un nuevo matiz, revisando la teoría sobre la Tratativa Estado-mafia, diciendo que Totò Riina habría acelerado los tiempos del asesinato de Paolo Borsellino al tener conocimiento de un contacto entre Vito Ciancimino y los carabineros del ROS", explica Massari. Un tema largamente conocido, por tanto, pero el magistrado siciliano igual acaba en la mira dela DNA por haber respondido a las preguntas del conductor Andrea Purgatori. En el DNA se afirma que sus palabras habrían roto la "relación de confianza dentro del grupo y con la Direcciones Distritales Antimafia". El 27 de mayo, fuentes de la DNA le dicen a "Il Fatto Quotidiano" que el fiscal Cafiero de Raho ha tomado medidas para resguardar el delicado equilibrio dentro de su despacho y más aún con las fiscalías distritales. El caso sería que el propio Di Matteo estaba evaluando el significado atribuido a esos episodios con los compañeros de su grupo en la DNA y con las Fiscalías Distritales. En cualquier caso, lo cierto es que Nino Di Mateo fue injustamente expulsado del grupo. "La amargura fue enorme porque trabajé durante décadas en las masacres, la vida profesional de muchos magistrados aún más autorizados que yo también ha sido marcada por continuas amarguras, deslegitimaciones y soledad", dijo un año después a Il Fatto Quotidiano Di Matteo. Hoy tenemos la prueba de que esas deslegitimaciones, esos ataques y tropiezos no tenían por qué existir porque Nino Di Matteo fue reintegrado al grupo masacres con efecto inmediato.

Un gran servicio de información

En su libro, Antonio Massari mostró la realidad de los hechos de una manera transparente y honesta, sin tergiversaciones, como deberían hacer muchos otros periodistas y escritores (el condicional es obligatorio). Leer, meditar y deducir es el método a seguir. Pero Massari no se limitó a eso, profundizó el caso Palamara, revisando papeles, documentos, impresos, destacando el entrelazamiento de intereses que constituían todo el asunto del CSM. Una telaraña en la que debería haber sido atrapado Nino Di Matteo, a quien el autor de Magistropoli describe "como uno de los magistrados antimafia mejor preparados de nuestro país". "Debemos imaginar que la Fiscalía Nacional Antimafia, que debe ocuparse de la emergencia mafiosa que aún existe, comenzando por la fuga interminable de Matteo Messina Denaro, considera a Di Matteo entre los exponentes más dignos de ser valorados internamente -escribe Massari-. Pero este no es el caso". En "Magistropoli", Massari subraya también la independencia del magistrado de Palermo, relatando la historia reciente deladecadencia de Piercamillo Davigo como miembro del CSM. Una decisión que el plenum tomó con 13 votos a favor de su separación, 6 en contra y 5 abstenciones. Entre los a favor de la separación también estuvo Nino Di Matteo, quien fue elegido al CSM precisamente en virtud de la candidatura de A&I, la corriente fundada por Davigo. Sin embargo, observa el autor del libro, "Nino Di Matteo no votó de acuerdo con la lógica correntista, que debería haberlo llevado a preferir la permanencia de Davigo en el CSM, sino de acuerdo con su conciencia. Su posición puede considerarse correcta o incorrecta, pero indudablemente fue autónomo e independiente. Como debe ser toda decisión de un magistrado", escribe Massari, quien luego agrega: "si realmente existe la posibilidad de un cambio dentro del poder judicial, en mi opinión, no está vinculado a las reformas que evidentemente siguen siendo indispensables para corregir un sistema". "La posibilidad de un cambio real la indica el propio Di Matteo, aunque ese no sea su objetivo, cuando a la lógica correntista, al esquema amigo enemigo, a la opción más útil o más cómoda, prefiere mantener la autonomía y la independencia de su propio pensamiento y de su propio convencimiento. Porque la autonomía y la independencia de la magistratura no son válidas solo afuera del mundo togado. Al contrario: valen sobre todo en las relaciones internas. Y di Matteo -concluye- las defendió hasta el final".

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