Jueves 18 Abril 2024

001CrimendeGiuseppeFavaotrogolpedelamafiaFotoMinimaEtMoraliaItCLAUDIO FAVA: “LA MAFIA EN EL PARLAMENTO,
LAS PALABRAS DE MI PADRE TIENEN VIGENCIA”

Por Giorgio Bongiovanni - 4 de Enero de 2014
A treinta años del homicidio del periodista Giuseppe Fava realizamos una entrevista al vicepresidente de la Comisión Parlamentaria antimafia Claudio Fava.

Eran las 21:30 hs del 5 de Enero de 1984. Giuseppe Fava se encontraba en Via del Stadio de la ciudad de Catania, y se dirigía a buscar a su nieta que actuaba en la obra “Pensaci, Giacomino!” en el Teatro Verga. Había sido una larga jornada laboral y acababa de dejar la redacción de su periódico “I Siciliani”. No tuvo tiempo de bajar de su Renault 5 porque fue asesinado por cinco proyectiles calibre 7,65 en la nuca. En el año 2003 la Corte de Casación condenó a cadena perpetua por dicho homicidio al jefe mafioso Nitto Santapaola (ideólogo) y al boss Aldo Ercolano (ejecutor) mientras que para el arrepentido Maurizio Avola, reo confeso, fue 01ClaudioFavaFotoViolaPost Itpactada una condena a siete años. Pero detrás de Cosa Nostra había muchos intereses convergentes que desembocaron en ese asesinato. Algunos representantes del poder político, empresarial y hasta incluso de la información – sobre los cuales el mismo Fava, junto a sus valientes colegas, había escrito muchas veces – han quedado siempre como sombras detrás de los bastidores de ese delito. Al día siguiente de su muerte la redacción volvió a abrir a pesar de lo ocurrido. Entre los jóvenes que trabajaban en el periódico también se encontraba su hijo, Claudio Fava, hoy exponente político del partido “SEL” y vicepresidente de la Comisión Parlamentaria antimafia, así como también periodista, guionista y escritor. Lo entrevistamos después de treinta años del homicidio de su padre, Giuseppe Fava, un periodista con la “espalda derecha” del cual hay mucho por aprender.

02GiuseppeFavaFotoWikipediaEn la última entrevista concedida a Enzo Biagi su padre dijo: “Los mafiosos están en el Parlamento, los mafiosos a veces son ministros, los mafiosos son banqueros, los mafiosos son aquellos que en este momento se encuentran en los altos cargos de la Nación”. A treinta años del homicidio de Giuseppe Fava estas palabras parecen proféticas. ¿Según su opinión reflejan lo que aún hoy vemos en el poder?
-Esa frase es una alegoría que ha tenido la capacidad de atravesar el tiempo. Hace treinta años hablar de mafiosos en el Parlamento quería decir también aludir a hechos precisos. Con el tiempo muchas cosas han salido a la luz. Pensemos en el epílogo del proceso judicial en contra de Giulio Andreotti, en el que se probó la sustancial connivencia de Andreotti con la mafia hasta el año 1980, a pesar de que el delito haya prescrito. 03GiuseppeFavaenacciondedenunciacontralamafiaFotoCoordinamentofavaOrgÉl era todo: Senador, Presidente del Consejo, Ministro y además representaba el rostro institucional de la historia política italiana que hablaba con Cosa Nostra. Desde entonces hemos tenido decenas de episodios de profunda connivencia entre instituciones parlamentarias y de Gobierno y los intereses de Cosa Nostra. Sin embargo a lo largo de los años hemos asistido a una modificación fundamental. En un tiempo era la mafia la que buscaba la protección de los políticos, hoy es la política la que necesita del apoyo, de la amistad, del consenso, de la solidaridad y de la afinidad mafiosa. Y cuando hablamos de la mafia nos referimos a una dimensión criminal que se ha expandido y que ha modificado con mayor capacidad de protagonismo la relación con la política. Por lo tanto, sí, podemos decir que lo que decía Giuseppe Fava hace treinta años lamentablemente ha quedado confirmado por la crónica de la historia de nuestro País.


¿Qué significaba en aquellos años escribir para un periódico como “I Siciliani”? ¿Y qué ocurrió inmediatamente después del homicidio de Giuseppe Fava dentro y fuera de la redacción cuando tocásteis esos santuarios inviolables del empresariado y de la política?
-Hacer “I Siciliani” hace treinta años era un trabajo muy simple desde el punto de vista periodístico. Se trataba de hacer, con la debida coherencia, con sentido común, con el amor propio y la decencia necesaria, un trabajo que lo único que tenía que hacer en Sicilia era recopilar y relacionar muchas piezas del mosaico que estaba fundado en el poder y del cual se hablaba de forma diferente de como se había hecho hasta ese momento. Un mosaico que veía juntos al poder político junto al poder mafioso y al empresarial. Pero el gran desafío periodístico, la elección de hacer el periódico y de describir esta dimensión que el poder había asumido implicaba una gran soledad. Porque en Sicilia, más allá de pocas excepciones periodísticas, las redacciones de los periódicos y de los editores se mantenían en una única posición, de absoluta complacencia con la nueva dimensión que había asumido la mafia en el marco de la sociedad civil. Se hablaba poco y mal, a menudo dirigiendo la mirada a otro lado. Incluso lo poco que se escribía sobre el sistema de poder mafioso quedaba en manos de algunos buenos periodistas que llegaban a Sicilia desde el Norte pero sin haber vivido 04MafiosoNittoSantapaolaFotoGioacchinogenchiComrealmente la mafia. En cambio nosotros estábamos allí con un periódico que se llamaba provocadora y orgullosamente “I Siciliani”. Esto había determinado una condición de gran soledad. Una soledad que en ese caso no era una condición del alma sino algo material representado por ejemplo por una carta que nos llegó desde el “Banco de Sicilia” en la que nos rechazaban 850.000 liras de publicidad en primera página, aduciendo que “I Siciliani” (que era la revista meridional más importante difundida en Italia) no se encuadraba en los márgenes de promoción de dicha institución crediticia. Y lo mismo ocurrió con todos los demás entes públicos que habían decidido contribuir con el estrangulamiento económico. Así fue que durante años nos tocó hacer este periódico sin cobrar un sueldo, lo que implicaba además medirse con la elección de hacer periodismo de una determinada manera, hablando de una Sicilia amiga de la mafia.


En una reciente editorial suya escrita para “I Siciliani Giovani” habla de la partida a Risiko que jugaban la noche antes del homicidio de su padre. En las últimas frases habla de “cuatro jóvenes que están jugando el último partido, antes de que la vida se les caiga encima”. ¿Cuáles fueron los momentos que más lo marcaron después de la muerte de su padre?
-De hecho fue el pasaje de una dimensión aún adolescente y casi inmortal de la vida, vivida en una condición casi heroica de esa profesión, a una más dura. Era la condición de cuatro jóvenes Riccardo Orioles, Michele Gambino, Antonio Roccuzzo, y yo, que vivíamos una aventura profesionalmente extraordinaria al lado de un hombre que además era un maestro del oficio. Al día siguiente esos cuatro jóvenes se encontraron envejecidos de improviso y luego relacionados con la actividad de la investigación periodística sobre la mafia de “I Siciliani”. Personalmente, está claro que interiormente fui atravesado por una sensación de soledad mientras veía su imagen ante mi. Era como tener que afrontar algo irremediable. Y éramos conscientes de que sobre nosotros recaería una gran responsabilidad. No podíamos permitirnos ningún desliz a causa del dolor si queríamos seguir cumpliendo con nuestro deber, y sin modificar la forma. No podíamos permitir que nuestra debilidad se convirtiera en un arma más para nuestros enemigos. Porque sabíamos que lo que había ocurrido se habría consumido en el intento de reducir esta historia a algo marginal, siguiendo en negar la evidencia y en destruir del recuerdo de Giuseppe Fava. Un intento realizado especialmente por algunos cobardes pertenecientes a esa burguesía falsa y cortés que se infiltraba en las profesiones liberales, en las aulas de la universidad, los ilustres cenáculos e incluso en aquellos periódicos que necesitaban negar a Fava para desmentir que existiera una conexión tan profunda entre la mafia y el poder político, financiero y económico. Y en ese momento nos dimos cuenta de que el único recurso que teníamos era la verdad, nuestra capacidad de no abandonar ni por un instante nuestra posición.


05AldoErcolanoFotoIenesicilianeItUn gran Juez, Giovanbattista Scidà, dijo: “Una vez caído Fava, fue como que Catania hubiera sido entregada al hampa. ¿Cuánto ha cambiado la ciudad de Catania desde el homicidio de su padre?
-Lo que ha cambiado es toda Italia. Hoy hay más conciencia sobre el hecho que la lucha en contra de la mafia es una cuestión civil de democracia que no puede dejarse únicamente en las manos de quienes están expuestos en primera línea sino que compete a toda la sociedad civil italiana. Además aquellos a los que llamamos “cuellos blancos” tienen menos sentido de impunidad. También es cierto que el camino es largo aún y este discurso no vale solo para Sicilia. Basta con pensar en lo que dijo la Jueza Ilda Boccassini recientemente ante la Comisión Parlamentaria antimafia, que hoy en Milán se registra un alto nivel de silencio mafioso con respecto a la extorsión y a la violencia por parte de la ‘Ndrangheta. Ante determinadas acciones algunos empresarios y comerciantes prefieren callar. Un hecho que da la imagen de una ‘Ndrangheta capaz de seleccionar a sus referentes políticos de forma tal de controlar sistemáticamente el mercado de los subcontratos, del suministro de hormigón, de materiales ferrosos, y todo lo demás. Todo el business que se puede encontrar en una obra y que tanto en Lombardia como en otros lugares mueve cientos de millones de euros. Y los encontramos también en las obras de la Expo 2015. Hoy sabemos más sobre estas cosas que hasta hace algún tiempo se mantenían ocultas.


En calidad de vicepresidente de la Comisión Parlamentaria antimafia ¿considera que realmente se podrá llegar a la verdad sobre la negociación entre la mafia y el Estado y hacer luz sobre los atentados del ‘92 y del ‘93 identificando a los ideólogos de estos atentados?
-El proyecto forma parte de mis intenciones porque personalmente creo que al lado de la verdad judicial, que se desarrolla dentro de los límites del código penal, hay también de todas formas una verdad histórica y política sobre la negociación y la temporada de los atentados. Han ocurrido hechos, que a menudo terminan siendo olvidados, que manifiestan la relación de los intereses de Cosa Nostra con sectores del Estado. Y hay algunos nexos que podrían ser descubiertos más allá del hecho de que estos puedan tener alguna relevancia a nivel judicial. Porque si no la tienen en ese ámbito seguramente la tienen en el plano político. Y este es el aspecto que destaco del trabajo que la Comisión Parlamentaria puede desarrollar respecto al proceso judicial y a las investigaciones que se están llevando a cabo.
A nosotros no nos compete dictar condenas sino establecer la verdad sobre lo ocurrido. Personalmente persigo esta intención al punto tal de haber dirigido una solicitud al Ministro de Justicia y al del Interior (que presentaré también a otros interlocutores con los que tendré la posibilidad de reunirme, como por ejemplo el Director del DAP (Departamento de Administración Penitenciaria) y los responsables de los servicios de inteligencia italianos), por el momento sin haber recibido respuesta. Dicha solicitud tiene que ver con el contenido reservado, conocido como “protocolo mariposa”, que relacionaría al DAP con el SISDE (Servicio para la Información y Seguridad Democrática), al punto tal que habría previsto la posibilidad de parte de los agentes del SISDE de reunirse con los detenidos sometidos al régimen del art. 41 bis sin dejar ningún rastro de su visita. Así es que hechos como este, poco claros, que dejan una percepción opaca de esto Estado, que absolutamente tienen que salir a la luz. Así como es intolerable que todo esto escape del control judicial. Tenemos que entender el porqué se ha creado un documento de ese tipo, porqué concernía en particular a los detenidos bajo el régimen de cárcel duro del art. 41 bis, por qué motivo se habrían tenido que reunir ciertos personajes, con qué objetivo, y si de esa manera se pretendía obtener o proponer algo. Este se convierte en un pasaje de la negociación que hay que reconstruir y desvelar, en el plano penal y político.


06PeriodicoISicilianiFotoMediterraneoSurY precisamente alrededor del proceso sobre la negociación Estado-mafia hoy se denota la anomalía de Totò Riina que, interceptado, dice que se está volviendo loco por este proceso judicial, condenando a muerte al Juez Nino Di Matteo y manifestando nuevas intenciones terroristas. ¿Cuál es la idea que usted tiene al respecto?
-Como vicepresidente de la Comisión Parlamentaria antimafia le pedí urgentemente a la Presidenta Rosy Bindi (quien aceptó) que nos dirigiéramos, aunque fuera en una visita informal, a Palermo inmediatamente después de la noticia de las amenazas de Riina de manera tal de manifestar la solidaridad hacia los magistrados que están llevando a cabo un trabajo muy importante. De hecho fue la primera visita institucional que ellos recibieron por parte del ambiente político. En lo que se refiere a las amenazas en sí creo que para Riina el problema no es una condena más sino el riesgo de que este proceso determine el descubrimiento de relaciones de contigüidad y conmixtiones que han permanecido ocultas a lo largo de veinte años. Un aspecto que puede preocupar mucho no solo al sector terrorista de Cosa Nostra, sino también a quienes han negociado con ella. Con su acción Riina reivindica además su rol de “número uno” en Cosa Nostra y lo hace saber además fuera de la cárcel. Luego hay una tercera clave de lectura: es como si Riina dijera que, en el momento que llegará a haber nuevas matanzas y atentados en Palermo y Trapani, tendríamos que apuntar el dedo hacia él. Podría ser un método absolutamente eficaz para encubrir eventuales responsabilidades ajenas y no se pensaría en otros intereses y corresponsabilidades en un eventual proyecto terrorista.


En Catania, así como en el resto de Italia, los magnates editoriales han sido siempre los mismos, desde Ciancio a Berlusconi. Según su opinión, que además de ser político es periodista y escritor ¿qué podría hacer frente a este panorama mediático un joven periodista?
-Una medida indispensable para el oficio de periodista es tener la espalda derecha, de lo contrario dicho oficio se convierte en otra cosa. Claro está, a diferencia de hace veinte o treinta años hoy existe un circuito mediático que no se limita solo a grandes monopolios editoriales de la prensa. Esto es algo que hemos visto viendo crecer a una nueva generación de periodistas que han podido utilizar estos modernos instrumentos para crecer profesionalmente pero también para hablar con libertad y pasión de su tiempo en Sicilia y en otros lugares. Hay que recordar que en Sicilia, en Calabria y en Lombardía existen cientos de jóvenes colegas que están amenazados y que son intimidados por la eficacia de la labor que hacen y que han hecho. A menudo colegas y jóvenes que trabajan por cinco o diez euros por artículo. Y este es un dato triste y preocupante. El aspecto positivo es precisamente la existencia de esta generación. Hace un tiempo había diez corresponsales en toda Italia y pocas realidades como las de “I Siciliani”. Hoy existe una generación que ha recogido las semillas sembradas por quienes han vivido y muerto en estos años por este oficio y que lo han llevado adelante con la cabeza bien alta.

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