Jueves 28 Marzo 2024

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“RIINA VENDIDO. PROVENZANO PROTEGIDO”
HA DICHO EL ARREPENTIDO ANTONINO GIUFFRE

Por Giorgio Bongiovanni y Aaron Pettinari - 21 de Noviembre de 2013


Exactamente una semana después de que el jefe de jefes, Salvatore Riina, lanzara amenazas contra el Procurador sustituto Antonino Di Matteo (hoy ausente en el aula) y contra el resto del pool que tiene a cargo la investigación sobre la negociación entre el Estado y la mafia (representado por el Procurador adjunto Vittorio Teresi y por los Fiscales sustitutos Francesco Del Bene y Roberto Tartaglia), se regresa ante la Corte en el aula bunker de la cárcel del Ucciardone donde se desarrolla el proceso judicial). Como para disipar el clima pesado, que ayer se vio reforzado por las nuevas amenazas hacia el Fiscal de Caltanissetta 03CarceldeUcciardoneFotoDomingoelUniversalMxDomenico Gozzo, así como al Fiscal de Trapani Marcello Viola, se encuentran presentes en el aula el Fiscal en jefe de Palermo, Francesco Messineo, y el Presidente de la asociación “Libera” Don Luigi Ciotti. Este último se encontraba acompañado por un cierto número de jóvenes que se sentaron, junto a otros pertenecientes al movimiento de las “Agendas Rojas”, en los espacios reservados para el público.

04FiscalFrancescoMessineoFotogiornaledipugliaComEs precisamente Messineo el primero en tomar la palabra para dar apertura a la audiencia “expreso mi gratitud, de parte de todos los magistrados, por la participación y la cercanía demostrada en relación a los últimos hechos. Este proceso judicial se tiene que celebrar en un clima de serenidad teniendo muy presente que lo que nos impulsa es simplemente la búsqueda de la verdad”. Y es precisamente en esta dirección que se lleva a cabo el interrogatorio del colaborador de justicia Antonino Giuffré.

El ex jefe de mandamento (territorio mafioso) de Caccamo, quien en el pasado era uno de los más fieles servidores de Bernardo Provenzano repasó los años de los atentados, comenzando por el principio, o bien, por la famosa reunión de Diciembre de 1991 en la que Riina reunió a la Cúpula para dar comienzo a la temporada de la muerte. “Participé de 05AntoninoGiugfrecolaboradordejusticiaFoto247liberoItla reunión en la que Cosa Nostra, en Diciembre de 1991, emprendió la así llamada ‘rendición de cuentas’ con las personas hostiles para con Cosa Nostra: políticos poco confiables como Salvo Lima o magistrados. En dicha ocasión se decidieron los homicidios. Tal es así que en 06SalvoLimaFotoMaridasolcareBlogspotCom1992 fue asesinado Lima y luego los Jueces Giovanni Falcone y Paolo Borsellino”, dijo Giuffrè respondiendo a las preguntas del Fiscal Francesco Del Bene. Según el arrepentido, Lima no era el único de los políticos que tenían que ser castigados. “Después de la reunión comenzó una política de agresión en contra de quienes eran considerados traidores. En la lista había otros como los primos Salvo, como Calogero Mannino, Carlo Vizzini y Salvo Andò. Cuando Lima fue asesinado – dice Giuffrè - en Cosa Nostra se dijo: ‘matar a uno para enseñar a cien’ (citando el famoso dicho de Mao Tse-tung, n.d.r.). En fin, fue una señal enviada a muchas otras personas políticas, el primero de todos era Andreotti, pero también Martelli y otros. ¿Cuál era el motivo? Habíamos 07LucaBagarellaFotoCitaNuoveCorleonesido abandonados. Estaba el tema de los procesos judiciales, las operaciones policiales continuas a cargo de Falcone y Borsellino, las operaciones en Norte América, el maxi-proceso. Este último fue la gota que hizo derramar el vaso. Para Riina también se había convertido en una cuestión de imagen porque siempre tranquilizaba a todos diciéndoles que todo se arreglaría y en cambio cuando todo pasó a la Casación y quedó claro que las cosas saldrían mal fue que se lanzó la agresión violenta contra determinados personajes”.
Pero si sobre el asesinato de los enemigos mortales, Falcone y Borsellino, hay poco que añadir, Giuffré se detuvo en los años anteriores, diciendo que ya desde 1987 la mafia había cambiado su ruta en parte, trasladando sus votos de la Democracia Cristiana al Partido Socialista Italiano y a los Radicales. “Lo que hizo Riina fue buscar los puntos de apoyo más sólidos porque los referentes anteriores estaban demostrando ser poco confiables”.

El que calla otorga
08VitoCianciminoF otoenWikipediaOrg“Cuando Riina – agregó una vez más Giuffré sobre la reunión de Diciembre – le comunicó a la Comisión mafiosa esta decisión de querer matar a los políticos y a los magistrados nadie osó oponerse. Hubo un silencio absoluto, no volaba ni una mosca”. Esta fue una reunión en la que Bernardo Provenzano no habría participado, pero éste le reveló a Giuffré que sí habría contribuido a la decisión de eliminar a Lima, abrazando la línea de Riina. “Fue Riina el que me dijo explícitamente ‘Binnu (Provenzano) y yo podemos tener incluso distinta forma de ver y quizás está bien que así sea. Pero cuando nos levantamos de la mesa puedes estar seguro de que estamos en perfecta sintonía’.”

Un nuevo Provenzano
Sin embargo, con el paso de los años la sintonía entre ambos se modificó radicalmente. “En el ’93, después de los atentados de Falcone y Borsellino me reuní con Provenzano –. Era otro hombre: había adoptado la estrategia del 'calati iunco che passa la piena' (agáchate junco que viene la creciente del río). Tenía una actitud de ‘virgen’ como si la culpa de todo lo ocurrido hubiera sido solo de Riina.
A ese punto Provenzano me dijo que había que dejar de lado el ataque frontal  en contra del  Estado porque contra el Estado se pierde. Me dijo que no hiciera ‘scruscio’ (ruido, n.d.r.) y de volver a como era  antes del cataclismo porque en seis o siete años nos habríamos salido de este camino. A partir del arresto de Riina comenzó en Cosa Nostra un proceso de “división” en dos corrientes. Por un lado el ala de Provenzano, por el otro el de Luca Bagarella, Giovanni Brusca y otros fieles servidores del “jefe de jefes” que continuaron con el ataque contra el Estado a través de los atentados de Florencia, Roma y Milán para concluir con el fallido atentado en el estadio Olímpico de 1994. “Nosotros vivíamos ese momento casi con miedo – recuerda el arrepentido – porque los atentados habían llegado incluso hasta el Continente”.

Marcello Del Utri Foto DiariocampoloBlogsPot.Com“Esbirrería” y negociación
Pero Giuffré también intervino en relación a los hechos relacionados con el arresto de Riina. “Después del arresto de Riina en nuestro grupo se creía que alguien lo había vendido y que no se había dado la orden de registrar su casa para que no se encontraran rastros, documentos”. Según el colaborador de justicia la captura de Riina y la de sus soldados más estrechos (desde los Graviano a Brusca, pasando por Bagarella), habría sido objeto de una negociación que había comenzado entre el boss Bernardo Provenzano y una parte del Estado. “¿A quién fue vendido Riina? A esa parte del Estado que de alguna manera había tenido una cercanía con Cosa Nostra – respondió Giuffré -. Y dentro del Estado algunos actuaron con buena fe, otros fueron convencidos a través del chantaje, otros en cambio lo hacían con absoluta mala fe. Riina lanzó un poderoso ataque contra una parte de ese poder que había tenido un rol en el apoyo a Cosa Nostra y los atentados sirvieron para convencer al Estado de intervenir para poner fin a todo esto. Llamémosla razón de Estado si queremos, el hecho es que la entrega, el abandono del ala violenta de Cosa Nostra que había atacado al Estado, fue el precio que había que pagar”.

Y en este cuadro de “do ut des”, según el ex jefe del mandamento de Caccamo, por un lado estaban los políticos que estaban en la lista negra de la mafia, que son quienes obtuvieron una mayor serenidad, ya que los boss terroristas habían terminado en la cárcel, y por el otro la mafia que obtuvo “beneficios y una distención de las redes represivas”.

011JuezAlfredoMontaltoFotoNoticiasLaInformacionComPero Giuffré incluso va más atrás en el tiempo con respecto al bienio ’92-’93: “En Cosa Nostra, a principios de los años ochenta algunos de nosotros sospechábamos que Provenzano tuviera contactos con los ‘esbirros’, es decir, con las fuerzas del orden. Yo no tenía noticias oficiales pero era un rumor que se escuchaba desde hacía algún tiempo. Los más viejos decían que estuviéramos atentos con él tanto por las ‘tragedias  que por su esbirrería. Yo relacioné todos esos rumores con los que se escucharon más adelante en los años Noventa que llegaban desde Catania. Se rumoreaba que Provenzano les pasaba información a los ‘esbirros’ a través de su mujer”.

Luego agregó “Un día Provenzano me preguntó: ¿pero tú crees que yo soy un esbirro? Yo no lo podía contradecir y le dije: nada más lejos de mi pensamiento”. Mientras que, según Giuffré, “Totò Riina era considerado un pura sangre, un malandrín cien por cien”, que no daba ninguna información pero que a veces la recibía.
 
La misión de Ciancimino
Posteriormente, respondiendo a las preguntas de los Fiscales, Giuffré habló del papel de Vito Ciancimino en el marco del diálogo que él había sabido que tenía “con los carabinieri”. “Cuando se supo que Ciancimino hablaba con los Jueces instructores fue Provenzano quien dijo que me quedara tranquilo, que estaba cumpliendo una misión por cuenta de los intereses de Cosa Nostra – explicó -. Intereses de los que Provenzano obtenía muchas ganancias, no solo en términos de poder. Mientras Provenzano estuvo prófugo en Belmonte Mezzagno, en la zona de Mezzojuso, había una cierta alerta porque alguien había dicho que él se encontraba por esos lados. Era aproximadamente 1995. Provenzano me encargó la tarea de encontrar un lugar oculto en el que nos tendríamos que encontrar con este “confidente” para matarlo, pero luego el mismo ‘Binnu’ me dijo que ya lo habían matado. Se llamaba Luigi Ilardo y era pariente de Giuseppe Madonia. Tiempo después, en 2001, cuando arrestaron a Benedetto Spera, en el chalecito al lado se encontraba Provenzano y nadie fue a registrar esa casa”.

012PerodistaSaverioLodatoFotoPoliticaNanoPressItLos nuevos referentes políticos
Luego, en la última parte de la audiencia, Giuffré tocó el tema de los nuevos referentes políticos que Cosa Nostra buscó en los años inmediatamente posteriores a los atentados. “En Cosa Nostra todos nos encargamos de darle una mano al partido ‘Forza Italia’, la fuerza política que en ese entonces estaba naciendo”. El colaborador de justicia señaló al ex Senador Marcello Dell’Utri como el intermediario entre la mafia y Silvio Berlusconi. “Dell’Utri – agregó – estaba en contacto con el mandamento de Brancaccio y con los hermanos Graviano. Entre el ’93 y el ’94 comenzó un nuevo capítulo: se abrió un nuevo curso entre Cosa Nostra y la política. Provenzano, al inicio, era un poco frío, pero luego hablando de Dell’Utri y de “Forza Italia” me dijo ‘Estamos en buenas manos’
La carta de Napolitano
Antes del testimonio de Giuffré la Corte de Palermo había anunciado que dejaría a disposición de las partes la carta enviada a los Jueces por el Jefe de Estado, Giorgio Napolitano.

“Con la carta que fue  recibida en cancillería el 7 de Noviembre de 2013 – dijo en el aula judicial el Juez Alfredo Montalto - el Presidente de la República, Giorgio Napolitano, al manifestar su disponibilidad para testimoniar, pide que se evalúe ulteriormente, en aplicación también de la previsión contenida en el artículo 495, inciso 4 del Código de Procedimiento Penal, la utilidad del aporte real que dicho testimonio podría dar, teniendo en cuenta su limitado conocimiento de los hechos de alegaciones de prueba, que en la misma carta quedan transcritos detalladamente”.

Una vez que la carta sea aceptada las partes “podrán pronunciarse sobre su adquisición y utilidad, – dijo el Presidente Montalto –cualquier medida de competencia de la Corte queda reservada al resultado”. Eso significa que luego de la lectura del mensaje de Napolitano ante los Jueces de Palermo, se podría abrir nuevamente la discusión  sobre el llamamiento o no del Jefe de Estado a declarar en el proceso judicial sobre la negociación.

Por lo tanto la audiencia ha sido postergada para el día de mañana, momento en el que el arrepentido mafioso tendrá que responder a las preguntas de las partes civiles y de la defensa.
 
El “arrepentido de la montaña”, como ha sido definido el colaborador de justicia Antonino Giuffré por el periodista Saverio Lodato, ha dado de nuevo el golpe. Preciso, puntual, coherente e inquietante, sobre todo para los poderosos y los políticos aliados con la mafia.

Audiencia tras audiencia comprendemos cada vez más los espantosos escenarios que pueden llegar a descubrirse en este debate, así como comprendemos cada vez más las amenazas del “pararrayos de Italia”, Totò Riina, dirigidas a los Jueces de este proceso judicial.

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