Viernes 19 Abril 2024

¿Catástrofe o terrorismo de Estado israelí?

Holocausto, Shoah, exterminio, catástrofe, Nakba, son todas palabras, simples, que expresan un sinnúmero de situaciones de extremo dolor y violencia, que dejan al desnudo a la más bruta condición humana, que tiende a poner al hermano en contra del hermano. Son estas palabras, testimonios, que tardaron años en expresarse. Comenzando por sollozos y gritos, pasando por lágrimas y largos silencios, que mirándose en la penumbra se fueron convirtiendo en historias, en nuestra historia. El pueblo palestino hace 75 años fue despojado de las tierras donde había construido su identidad. A aquella violencia descarnada, impuesta por un hermano convertido en invasor, le llamó la ‘Nakba’, la catástrofe. Una catástrofe, que, dadas las características de su desarrollo, de su perfeccionamiento, de su tecnicismo, lejos está de tener un sentido de tragedia, y más cerca está de cumplir con los parámetros del terrorismo de Estado y de los crímenes de lesa humanidad. En una sola palabra, genocidio. ¿De qué otra manera puede expresarse, la violencia sistemática que una potencia militar nuclear impone sobre un pueblo mayoritariamente armado con piedras, objetos de labranza y carozos de aceitunas? ¿De qué otra forma puede expresarse, las detenciones arbitrarias de miles de personas? ¿De qué otra forma puede expresarse, los abusos de los soldados sobre niños y ancianos? ¿De qué otra forma puede expresarse, los condicionamientos para el libre acceso a los bienes e insumos elementales? ¿De qué otra forma puede expresarse, las condiciones de vida infrahumanas de la cárcel a cielo abierto más grande del mundo?

El pasado 15 de mayo, el largo exilio forzado del pueblo palestino llegó a la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de la República del Uruguay. Por primera vez, aunque no de manera formal, el ámbito universitario dio lugar a la presentación de uno de los temas más controversiales y cercenados del presente: la violación sistemática de los derechos humanos en la Franja de Gaza, como consecuencia directa del proceso de colonización violento que realiza el Estado de Israel desde hace 75 años, en detrimento del pueblo palestino.

La convocatoria se realizó en el salón Luisa Cuesta de la facultad, bajo el título ‘1948-2023: a 75 años de la Nakba palestina’, y fue organizada por la fundación Vivián Trías y la Comisión de Apoyo al Pueblo Palestino Uruguay. La presentación fue realizada por el profesor Julián González Guyer, mientras que las ponencias estuvieron a cargo de la magister María Marta Landi, y del profesor y diputado Christian Mirza. Por su parte la ingeniera agrónoma Anahit Aharonian moderó el encuentro, que contó con la participación especial de la embajadora palestina en Uruguay, Nadya Rasheed.

Hijas de la Nakba, hijas del apartheid

Luego de la breve presentación de González Guyer -que recordó con mucho cariño a Alejandro Hamed Franco, quien falleció recientemente-, se dio inicio a la proyección del documental ‘Hijas de la Nakba’, que recoge los relatos de siete mujeres palestinas de distintas edades, que reflejan no solo el destierro y la violencia sistemática a la que es sometido su pueblo desde hace 75 años, sino también la permanencia y transmisión de su cultura, poniendo como símbolo la llave de las casas de donde fueron desalojados, que son pasadas de mano en mano, de generación en generación. La Nakba atraviesa fronteras, y en este sentido Aharonian recordó que el Estado uruguayo reconoció la existencia del Estado Palestino el 28 de marzo de 2011, coincidiendo con un encuentro internacional promovido por las Naciones Unidas. También recordó el hermanamiento diplomático realizado entre las ciudades de Belén y de Montevideo. Un gesto que fue “sencillo de firmar, pero que fue difícil de conseguir la voluntad política para hacerlos”. La segunda consideración que realizó la moderadora, fue la expansión del Estado de Israel, que “no está solo en territorio palestino, robando tierras, robado agua. Israel está en nuestro sur también y en este momento en Uruguay particularmente a través de su empresa estatal del agua Mekorot, que tiene contrato con la OSE -el Tribunal de Cuentas lo observó, sin embargo, eso siguió de largo-, y ellos son expertos en desalinizar el agua. Entonces en todas estas movidas que hay, en donde terminamos tomando agua salada, y no son necesarias porque hay agua dulce suficiente, está relacionada la intervención de Mekorot para generar el ‘apartheid del agua’”.

75 años

El cuerpo de la presentación estuvo en la voz de María Marta Landi, quien antes de su discurso recordó el contacto directo que tuvo con las mujeres del documental, con quien compartió numerosas jornadas durante los viajes que realizó al territorio con las brigadas de ayuda solidaria.

Su ponencia se desarrolló bajo la consigna de “colonialismo y resistencia”. Landi destacó la historia de aquellos pueblos originarios que habitaban el suelo uruguayo antes del colonialismo europeo. “Ante todo quiero recordar a las 33 víctimas de la última agresión del régimen israelí contra la población de Gaza (ocho eran niños). Ya sabemos que atacar a la población es la forma preferida que tiene Netanyahu (el primer ministro israelí), para atravesar las crisis políticas”. También recordó a Khader Adnan, el militante palestino que murió bajo responsabilidad y custodia del Estado de Israel, tras una larga huelga de hambre que sostuvo durante 87 días, en protesta contra las detenciones arbitrarias y la opresión contra su pueblo. “Con él, Palestina pierda a un líder político, social y comunitario. Valiente, inquebrantable. Un icono de la resistencia, que vivirá en su pueblo para siempre”. Por último, realizó una mención especial para Shireen Abu Akleh, la periodista palestina, corresponsal de la cadena Al Jazeera en Gaza, que fue asesinada de un tiro en la cabeza por un francotirador del ejército de ocupación israelí, mientras cubría una nota en Yenin, uno de las ciudades palestinas convertidas en campos de concentración, según informó el diario británico The Times. “Un crimen que aún continua impune”, dijo enfáticamente Landi.

La Nakba palestina 2

Entrando ya al meollo del asunto, la magister desglosó la Nakba en tres bloques. El primero referido a al lugar central que tiene para la comprensión correcta de la cuestión palestina, “más allá de paradigmas engañosos e inconducentes (…). La Nakba es la culminación de un proceso con la progresiva migración sionista protegida e impulsada con la complicidad del ‘Mandato británico’. El origen de este mal llamado conflicto, es un proyecto colonial surgido en Europa del este a fines del siglo XIX, que se propuso conquistar la tierra de Palestina, y construir allí un Estado judío, exclusivo y excluyente, expulsando a la población árabe nativa, y sustituyéndola por población colona judía, traída de Europa y otras partes del mundo. Como sugerían los mitos, ‘Palestina era una tierra sin gente, para un pueblo sin tierra’, con el típico desprecio a las poblaciones nativas”.

En el segundo bloque, expresó la continuidad de la Nakba, que no cesa desde hace 75 años hasta hoy. En este sentido recorrió los detalles históricos sobre las cuestiones vinculadas a los límites geográficos impuestos durante los años a partir de diplomacias partidarias, que favorecieron permanentemente los intereses sionistas, desplazando año a año a los nativos. “Israel nunca tuvo, ni tendrá la intención de devolver ni un solo metro cuadrado de los territorios robados”. Por esto, la académica, consideró que los procesos de paz son “falaces e inconducentes. No hay negociación posible cuando existe semejante asimetría entre las dos partes. No se puede sentar a negociar a la víctima con el victimario”, y, sobre todo -y esto lo agregamos nosotros- mientras aún la mantiene como rehén. “En los últimos años, está creciendo el consenso internacional de que el Estado de Israel impone un régimen de apartheid, o es un Estado de apartheid, o comete el crimen internacional de apartheid, sobre el conjunto del pueblo palestino en toda la zona bajo su control, dentro de todo el territorio israelí, en los territorios ocupados y sobre la población refugiada a la que no le permite retornar (…). Ya hay cuatro generaciones de palestinos refugiados, que no se les permite volver a sus territorios. Porque de volver, alterarían la ingeniería demográfica que el régimen israelí ha creado, y su pretensión de que en pleno siglo XXI haya un Estado judío”.

En el último bloque, Landi hizo el llamado a la acción, “puesto que no alcanzan las conmemoraciones y las reuniones informativas. Es necesario llevar adelante acciones concretas y efectivas que tengan impacto, que son las que la sociedad civil palestina organizada nos está pidiendo. Entre ellas el movimiento BDS (Boicot, Desinversión y Sanciones, ndr), que está pidiéndole a la ONU que tome medidas contra el régimen israelí, como lo hizo con el sudafricano (...). El pueblo común y corriente, como nosotras y nosotros, debemos dejar de normalizar a Israel, a dejar de tratarlo como una democracia normal y moderna”. Landi enumeró algunas medidas que tienen que ver con “exigir a los gobiernos un embargo militar total, que implique el fin de toda forma de comercio de armas, de toda la industria de seguridad israelí, que tiene que ver con el control de población, con los sistemas de vigilancia y de espionaje. También con la colaboración y el entrenamiento de fuerzas policiales y militares”. En materia económica pide “romper relaciones con las empresas israelíes que ofrecen bienes y servicios en los territorios ocupados, así como también romper los tratados de libre comercio”. Por último, convocó a unirse a la campaña internacional marcando nuestros lugares, nuestros territorios, como espacios libres de apartheid. Para cerrar, Landi afirmó que “a pesar de las apariencias engañosas, el proyecto sionista no triunfó. No ganó, por ejemplo, la guerra demográfica. Tas un siglo de intentos de aniquilar, borrar, arrancar al pueblo palestino de su tierra ancestral, junto con su memoria, con su cultura con su identidad, su rico pasado en esa tierra. A pesar de todos sus esfuerzos, hoy la población palestina supera levemente en número a la población israelí judía, que habita entre el Mediterráneo y el Jordán. ¿Cómo se puede tener un estado judío en el territorio donde la mayoría de la población no es judía? Ese es el gran dilema de Israel, quiere la tierra, pero no la gente que la habita”.

Nakba almustamira (catástrofe en desarrollo) en la Cámara de Diputados

Por último, antes de un breve intercambio de preguntas, opiniones y pareceres de los casi 30 presentes en la sala, el profesor Christian Mirza, tomó la palabra y sintéticamente repasó siete puntos en torno al Nakba, a la que destacó, marcando su continuidad y presente, como “Nakba almustamira”, una catástrofe en desarrollo.

“La guerra de 1948, que condujo a la creación del Estado de Israel, tuvo como consecuencia también la devastación de la sociedad palestina, a pesar de que Naciones Unidas votara la creación de los dos Estados. Más de los 800 mil palestinos que vivían en la parte de Palestina, sobre la cual se estableció Israel, fueron expulsados y pasaron a ser refugiados”.

“La responsabilidad e impunidad del Estado de Israel fue, y es, producto del colonialismo británico primero, y después del imperio norteamericano. Ambas potencias respaldaron, financiaron, promovieron y avalaron masacres, asesinatos a sangre fría, violaciones sistemáticas y programadas. Destrucción, ocupación y muerte. El terrorismo de Estado de Israel, hunde sus orígenes de manera inequívoca en la banda terrorista Stern y la banda terrorista Irgún, y las milicias de la Haganá”.

“El sionismo como ideología supremacista pretende exorcizar su propio dolor y tragedia, a manos del nazismo, utilizando al pueblo palestino como chivo expiatorio. A estas alturas de la historia no cabe duda de que el Estado de Israel y sus representantes más conspicuos resultan fieles reflejos de los que otrora fueron sus verdugos. La versión contemporánea del nazismo en Palestina. Establecen en Gaza la cárcel a cielo abierto más grande del planeta”.

“Desde hace 75 años, siguen sucediendo de modo sistemático, permanente y organizado más tragedias. Las cotidianas, las que en dosis diarias nos acostumbramos a ver. Expulsión y expropiación ilegal salvaje. Asentamientos a cualquier precio (…). Bombardeos supuestamente selectivos, donde mueren combatientes y niños. Dirigentes de la resistencia, mujeres y ancianos. El Estado de Israel aplica lo que en nuestra región se reconoció como el terrorismo de Estado”.

“Nuestros centros de enseñanza en Uruguay, debieran incluir también el ‘lado oscuro de la luna’. El triunfo de algunos es la contracara de la destrucción, aniquilamiento y limpieza étnica de un pueblo. Quiero traer las palabras de Yair Golan, quien fue el jefe del Estado Mayor de las fuerzas de Defensa de Israel hasta el 2017, quien dijo: ‘Si hay algo que da miedo al recordar el Holocausto es notar procesos horribles que se desarrollaron en Europa, particularmente en Alemania, hace 70, 80 o 90 años, y encontrar restos de eso aquí, en Israel, entre nosotros, en el año 2016’. Claro que después de las múltiples presiones, Golan, se disculpó”.

“Limpieza étnica, es cualquier acción de un grupo étnico destinada a expulsar a otro grupo étnico con el objetivo de transformar una región étnica mixta en una pura. Tal acción equivale a la limpieza étnica, independientemente de los medios empleados para obtenerla; desde la persuasión y las amenazas, a las expulsiones y los asesinatos en masa”.

“El pueblo palestino sigue obstinadamente de pie, con piedras o con cohetes caseros, resistiendo la embestida del terrorismo de Estado. Pinta grafitis en el muro de la vergüenza. Ese muro que emula y supera con creses el muro de Berlín. Intifada, tras intifada se mueve de abajo el pueblo palestino heroico en su resistencia”.

El profesor Mirza, quien además es diputado suplente por el Frente Amplio, durante la sesión plenaria de la Cámara de Diputados del pasado miércoles 17, realizó una intervención donde repasó uno por uno los puntos compartidos durante la presentación en la facultad. Lo hizo en tiempo récord, corriendo antes del suene de la chicharra que marcaba que el Parlamento uruguayo podía pasar del “tratamiento” de un genocidio contemporáneo y actual, a las frívolas consideraciones de grupos culturales y otras cuestiones definitivamente minúsculas. “Solicito que mis palabras sean enviadas a la embajada de Palestina, a la embajada de Israel, a nuestra Cancillería, a las autoridades de ANEP y a todos los medios de comunicación”, alcanzó a decir Mirza sobre el sonido de la campana. Distantes y distendidos sus colegas alzaron las manos: “53 en 54”, susurró la asistente del presidente, y a otra cosa.

La Nakba también llegó a la sede de la ONU

Mención aparte merece la intervención de la embajadora Rasheed que, por cuestiones de agenda, no pudo conectarse de manera directa con el evento, puesto que se encuentra de viaje en New York, en los Estados Unidos, con motivo de que, por primera vez en la historia de las Naciones Unidas, se realizó un reconocimiento de la Nakba en la Sede de la ONU, ubicada en la isla de Manhattan. Rasheed, luego de agradecer las presentaciones, afirmó que “las nuevas generaciones están dedicadas a la libertad de Palestina, y están comprometidas a compartir el mensaje de nuestra causa con el mundo”. También dejó en claro que “pese a todo el sufrimiento, la identidad nacional palestina es muy fuerte”.

Quizás el tratamiento que se le dio a la Nakba palestina en la sede de la ONU haya sido más profunda y comprometida que la que se le dio en el Parlamento uruguayo. Mientras tanto, desde las páginas de esta redacción, lamentablemente, seguiremos contando la catástrofe del ser humano, que sigue empeñado en la guerra del hermano contra el hermano.

Foto: Antimafia Dos Mil