Viernes 6 Diciembre 2024

¿Genocidio en proceso?

Los más afectados son las comunidades yanomamis

El genocidio de los pueblos originarios en Brasil comenzó en 1492 con la llegada de Colón; un exterminio sistémico y deliberado que se extendió a lo largo y ancho del continente que hasta ese momento no llevaba el nombre de América. Para los pueblos originarios no existían fronteras, por lo tanto, tampoco la necesidad de poner nombre a pedazos de tierra.

Pero durante los cuatro años de gobierno de Bolsonaro, el genocidio volvió para todos los pueblos originarios de Brasil que habían resistido la invasión española. Cada gobierno desde entonces los fue dejando en el olvido, con políticas absurdas y acorralándolos en territorios cada vez más pequeños, emulando las reducciones del virrey Francisco Toledo en el siglo XVI. Desde 2019 hubo reiterados pedidos de ayuda del pueblo yanomami que fueron ignorados por las autoridades del gobierno de Jair Bolsonaro. Esto derivó en una investigación del Tribunal de Cuentas de Brasil, que auditará cómo fueron invertidos los recursos que el gobierno de Bolsonaro destinó a la atención de la salud de los pueblos indígenas. Según el presidente del tribunal, Bruno Dantas, sólo en 2021 se destinaron unos 280 millones de dólares a la salud indígena y se intenta determinar en qué se gastaron.

Minería ilegal en una reserva indígena

La reserva yanomami es la mayor reserva indígena de Brasil, habitada por unas 27.000 personas e invadida en los últimos años por miles de garimpeiros, personas que se dedican a la minería, en muchos casos de manera ilegal. Según el Ministerio de los Pueblos Indígenas, recién creado, unos 570 niños pertenecientes a ese pueblo murieron en los últimos cuatro años por contaminación de mercurio (usado en la minería ilegal), desnutrición y hambre. A la contaminación causada en las aguas por esta actividad se sumaron la desnutrición y el abandono en materia de salud, según el Ministerio de Justicia, quien presentó una denuncia ante la Fiscalía para determinar si se cometió el delito de genocidio contra los yanomamis.

Al asumir Lula como presidente de Brasil, el pasado 1° de enero, se encontró con una situación de abandono que lo llevó a declarar la emergencia sanitaria de importancia nacional en esa región. El miércoles 25 de enero, en el Hospital de Niños San Antonio, en Boa Vista, cinco camas estaban ocupadas por niños yanomamis que necesitaban asistencia para respirar, agotados por la desnutrición y la deshidratación, publicó Folha de São Paulo. A esas situaciones, que también atraviesan varios adultos yanomamis, se suman los parásitos y la malaria.

De acuerdo con Folha, en 2022 hubo 703 internaciones de niños yanomamis en el hospital de Boa Vista, y 29 de ellos murieron allí. Sólo en enero, 96 niños yanomamis fueron internados en ese centro de salud y la mitad permanece en el hospital. La situación es tan grave que los propios garimpeiros han llevado a los niños hasta el centro de salud. A razón de esto, el gobierno de Lula instaló un hospital de campaña para atender esta crisis. También informó que más de un millar de yanomamis ya recibieron asistencia médica de emergencia.

Buena fe del que compra y vende oro

Brasil cuenta con una ley de minería que facilita la extracción ilegal: “Desgraciadamente, esa ley permite que el oro ilegal se convierta en oro legal, como si fuese lavado, porque las distribuidoras que compran oro no necesitan cumplir ciertas pautas, ya que se presume la buena fe del que compra y del que vende”, dijo a los medios locales el ministro de Justicia, Flávio Dino. Derogarla “sería una forma de desincentivar la minería ilegal en Brasil”, agregó.

Ricardo Weibe Tapeba, secretario nacional de Salud Indígena del Ministerio de Salud, dijo que lo que encontraron en el territorio yanomami es un “escenario de guerra” y una “crisis humanitaria”. Para empezar a revertir esta situación, el gobierno dispuso el envío de 5.000 canastas familiares y suplementos alimenticios para niños de distintas edades.

“Más que una crisis humanitaria, lo que vi en Roraima fue un genocidio. Un crimen premeditado contra los yanomamis, cometido por un gobierno insensible al sufrimiento del pueblo brasileño”, dijo Lula, luego de visitar la reserva indígena hace algunos días.

La palabra genocidio está muy presente en los últimos años de la historia latinoamericana. Pero en varias ocasiones se asocia a eventos del pasado, como las atrocidades cometidas por el régimen nazi contra millones de judíos. Pero hoy todos los pueblos originarios están en el presente, no desaparecieron. Hoy viven la falta de políticas públicas reales, la desatención a los reiterados pedidos de ayuda y el permiso para que las industrias ilegales puedan operar y destruir todo su territorio.

¿Podemos pensar que estamos ante un nuevo genocidio?

Foto: Palacio do Planalto

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