Sábado 20 Abril 2024

Por Antimafia Dos Mil-2 de octubre de 2022

No se pudo definir en la jornada dominical. Habrá segunda vuelta el próximo 30 de octubre. Jair Bolsonaro y Luiz Inácio Lula da Silva, confrontarán nuevamente en esa jornada y será la definitiva. La determinante, del futuro del Brasil, así se simple.

La jornada electoral que pasó estuvo pelo a pelo. Voto a voto, minuto a minuto, se fueron resolviendo las instancias de un país atravesado por dos ideologías notoriamente opuestas y notoriamente visibles: una izquierda de Lula da Silva y una ultra derecha de Jair Bolsonaro.

Aun sin saberse a ciencia cierta, quien será el titular del Ejecutivo brasileño, en estas elecciones presidenciales se renovó el Congreso y se eligieron a los gobernadores regionales

En ese marco de expectativas y de incertidumbres, progresivamente, los brasileños y el mundo entero fue tomando conciencia de que con un 96,93 por ciento de los votos escrutados, el Tribunal Superior Electoral (TSE), tal lo informado oficialmente en su página web, consignó que fue inevitable pasar a una segunda vuelta (elección matemáticamente definida). A hora 21 de este domingo, el panorama era el siguiente: Bolsonaro tenía un 43,68 por ciento de los votos y Lula da Silva acumulaba un 47,88 por ciento. Oportunamente da Silva superaba al actual presidente Bolsonaro pero no obtenía la mitad más uno de los votos válidos para ser electo en esta primera ronda.

La situación entonces se torno extremadamente abrumadora para todo el pueblo brasileño y para la región. Una contienda electoral sumamente particular por todo lo que sugiere, dentro de un contexto de descontento generalizado respecto a la gestión Bolsonaro, que marcó una verdadera bofetada, para quienes consideraban como favorito a Lula da Silva. No obstante, el golpe duro de una masa popular harta de Bolsonaro, también se le hizo sentir en el rostro. Y eso es reconfortante.

El líder del Partido de los Trabajadores, Lula da Silva debe estar festejando, porque estos resultados ponen contra las cuerdas a Bolsonaro. El pueblo deberá reflexionar en los días venideros, porque esta todo pendiendo de un hilo. El cambio de gestión se siente en las calles de Brasil, pero la acción de terror implantada por Bolsonaro, no pasa inadvertida, desafortunadamente.

Hoy el pueblo brasileño está literalmente dividido. Tiene sobre sí una daga, la daga de la incertidumbre, la que deberá distanciar urgentemente. El fascismo sigue aferrado a ciertas masas humanas y eso se deberá revertir con una buena tarea de campaña, en los próximos días. Es inevitable. 

Lula da Silva, en diálogo con el periodismo internacional al sufragar, en Sao Bernardo do Campo, en la región metropolitana de Sao Paulo, lugar donde iniciara su carrera política, hace años, afirmó: "El país necesita recuperar el derecho de ser feliz. Queremos un país que viva en paz, con esperanza y que crea en el futuro" y agregó:  "En 2018 no pude votar porque estaba preso, víctima de una mentira, y cuatro años después estoy votando con reconocimiento de mi total libertad y la posibilidad de volver a ser presidente de este país y que vuelva a la normalidad".

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*Foto de portada: nossodia.com.br